Los océanos chocan contra los rascacielos, formando túneles acuáticos en las calles de Manhattan. Pesadas capas de nieve se apilan infinitamente, enterrando civilizaciones enteras en blancos pabellones. Eventualmente, el líquido se convierte en hielo y la vida como la conocemos es amenazada por un congelamiento eterno.
Este es el horrendo escenario de El día después de mañana, la película de ciencia ficción de 2004 dirigida por Roland Emmerich y protagonizada por Jake Gyllenhaal. Basada en un futuro imaginado de calentamiento global acelerado, la película fue un gran éxito de taquilla: recaudó cerca de US$ 500 millones en todo el mundo, pero los climatólogos enseguida pusieron en la mira su valor científico.
Patrick J. Michaels, un reconocido escéptico del cambio climático, escribió en USA Today luego del lanzamiento de la película: "Como científico, me erizo cada vez que mentiras disfrazadas de ciencia son utilizadas para influenciar el discurso político... Cada uno de estos fenómenos son físicamente imposibles".
Él se unió a un coro de críticos que calificaron la película como salvajemente contrafactual. Yahoo! incluyó a El día después de mañana en una lista de las diez películas más inexactas científicamente, mientras que el paleoclimatólogo de la Universidad de Duke, William Hyde, declaró: "Esta película es a la ciencia del clima lo que Frankenstein es a la cirugía de trasplante de corazón".
La extrema tendencia de enfriamiento retratada en la película es causada por un colapso en la circulación termohalina del Atlántico Norte (o AMOC por su sigla en inglés), una corriente que modera las temperaturas al norte del Ecuador. Cuando la película fue lanzada, sin embargo, todavía no había sido investigado si un evento de esa índole podía tener tales consecuencias.
Hoy, un estudio del clima por la Universidad de Southampton publicado en Nature Scientific Reports, indica que fuimos ingenuos al sentirnos seguros de una realidad como la de El día después de mañana.
"El escenario básico del resultado del AMOC como resultado del calentamiento global no es completamente impensable", dijo el autor del estudio, Sybren Drijfhout, a The Washington Post.
De acuerdo con el profesor de oceanografía y física del clima, los patrones de calentamiento actuales solo indican que un colapso del AMOC es posible, pero también que las consecuencias resultantes podrían parecerse a las de El día después de mañana, aunque no tan extremas.
Usando un modelo avanzado del clima en el instituto Max-Planck de Alemania para simular ambas condiciones, la del calentamiento global y el colapso de AMOC, el equipo de Drijfhout descubrió que las temperaturas globales podrían registrar una caída de hasta 10 grados Celsius, tres veces mayor que las tendencias actuales.
En un sistema circulatorio funcional, el AMOC produce una baja moderada de la temperatura del Atlántico Norte al llevar agua tibia y salada del Océano Indio y del Atlántico Sur al hemisferio norte.
Pero este sistema depende de las conexiones de las aguas de la superficie al norte y del flujo de las aguas más profundas hacia el sur, que puede ocurrir dentro de sólo unos rangos de hundimiento en el Atlántico Norte. Estos rangos existen solo donde el agua de la superficie se acerca lo suficiente al punto de congelamiento, tal que se vuelve lo suficientemente densa y pesada para hundirse.
Con la capa de hielo de Groenlandia derritiéndose como resultado del cambio climático, el proceso esencial del AMOC se está enlenteciendo. Si no somos cuidadosos, dijo Drijfhtou, podría producirse un efecto comparable con el de El día después de mañana.
Mientras que la secuencia climática de la película está claramente acelerada y exagerada, notaron los científicos, las consecuencias de la vida real de un colapso del AMOC podría ser una causa no menor de preocupación.
El frío podría golpear más fuerte a la Europa del Oeste, mientras que los Americanos tendrían que lidiar con las inundaciones. El Reino Unido, Holanda y Dinamarca podrían experimentar fuertes caídas de la temperatura y el nivel de los mares en el Este de Estados Unidos podría elevarse casi hasta un metro.
"Esto podría afectar cientos de millones de personas", dijo Drijfhtou. "Al menos temporalmente, Europa podría sufrir condiciones que podrían parecerse a una pequeña Era del Hielo de la Edad Media".
El colapso del AMOC podría ser acompañado por una continuación de las condiciones del calentamiento global. Esto podría compensar y superar las tendencias de enfriamiento dentro de 40 años, aunque en algunos lugares cerca de la costa este del Atlántico del Norte, la vuelta atrás podría tomar más de un siglo.
Cerca del final de El día después de mañana, los héroes llegan a una biblioteca tapada por nieve, sus ocupantes sobreviven apenas por el calor de la quema de libros. Nueva York se ha convertido en una especie de ciudad ártica y los helicópteros escanean su paisaje congelado, buscando sobrevivientes.
Tal vez, trágicamente, fue todo un pronóstico al principio del personaje principal, un paleoclimatólogo cuyas advertencias llegaron a oídos sordos.
"Cuando hablamos del cambio climático", dijo Drijfhout, "estamos jugando un juego peligroso".
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