La sanción de dos temporadas sin jugar la Liga de Campeones que la UEFA le dictaminó a Manchester City el pasado viernes cayó como una bomba en el fútbol europeo y mundial, y entre los seguidores de este deporte comenzaron las especulaciones sobre qué pasará con el equipo inglés que tiene a Pep Guardiola como técnico y a varias estrellas que brillan en la Premier League y la principal copa del Viejo Continente.
Después de unos años de progresión fulgurante hasta la cima del fútbol inglés, gracias a los generosos esfuerzos financieros del jefe Mansour Bin Zayed al-Nahyan, Manchester City se enfrentaría a su reto más grande si tiene que pasar dos años sin disputar la lucrativa Liga de Campeones.
El agente de control financiero de la UEFA anunció el viernes que el City quedaría excluido dos años de toda competición europea y que debería pagar una multa de 30 millones de euros.
La respuesta del club de Manchester no se hizo esperar y, en un comunicado con un tono contundente, anunció su intención de apelar y de utilizar todos los medios legales para obtener un "juicio imparcial" gracias a un "vasto conjunto de pruebas irrefutables para apoyar (su) posición", que asegura poseer.
Con cuatro títulos de Premier League, dos Copas de Inglaterra y cuatro Copas de la Liga, Manchester City ha llenado considerablemente sus vitrinas desde la llegada de los emiratíes en 2008. Pero todavía se le escapa la Liga de Campeones, el objetivo último del proyecto.
Actualmente Manchester City es un club que tiene un estatus financiero y los recursos para respetar las reglas del fair play financiero, que autoriza pérdidas de 30 millones de euros en tres años.
Pero durante el periodo 2012-2016, la Comisión de Control Financiero de los Clubes (ICFC) estimó que los Citizens habían inflado artificialmente sus ingresos de patrocinios vinculados al jeque Mansour para permanecer por debajo de ese límite.
Unas acusaciones que el City rechaza, al tiempo que mide el riesgo de quedar excluido de las competiciones europeas: el futuro del entrenador Pep Guardiola, a quien le queda solo un año de contrato, estaría en duda.
El español hizo que los Skyblues entraran en la historia del fútbol inglés al sumar 100 puntos en la temporada 2018-2019 y al conseguir por primera vez un triplete doméstico.
Pero el entrenador que dirigió antes a Barcelona y a Bayern de Múnich no ha podido evitar que esta temporada Liverpool se haya escapado en la clasificación y le saque 22 puntos de ventaja.
Y no es seguro que la perspectiva de pelear solo por títulos nacionales durante dos años le motive, pues lo que busca es repetir sus éxitos continentales conseguidos con el Barça (2009 y 2011).
Si no hay apelación y la sanción sigue en pie, Pep deberá apostar todas las fichas a ganar la Champions en esta edición, en la que su equipo se encuentra en octavos de final y jugará el partido de ida ante Real Madrid el próximo 26 de febrero en España.
Una cuestión que también afecta evidentemente a jugadores como Kevin de Bruyne, Raheem Sterling o Riyad Mahrez, que están en la cima de su carrera y aspiran a levantar la Champions.
Tras conocerse la sanción, por ejemplo, en Argentina se especuló con un regreso anticipado de Sergio Agüero a Independiente, el club en el que se formó.
El potencial destino de estas estrellas no es seguro, pero el City, obligado a reducir gastos sin la Liga de Campeones, tendría menos argumentos para convencerles de quedarse.
El año pasado, el equipo inglés ingresó 93 millones de euros en concepto de derechos televisivos por la máxima competición europea, sin contar las ganancias de los partidos o de patrocinios.
Un beneficio imposible de compensar sin desprenderse de algunos activos, pues el fair play financiero va a seguir aplicándose.
Tampoco puede excluirse las sanciones en el plano nacional -bajo la forma de retirada de puntos- ya que la Premier League vigila a su vez estas historias de respeto a la disciplina presupuestaria.
La gran incógnita es la actitud del accionista.
El expresidente del club, Garry Cook, había explicado en The Athletic en diciembre que la ambición de Abu Dabi era hacer del City una suerte de marca embajadora del emirato.
¿Pero qué pasa si esta marca se ve empañada por estas sanciones o si el fair play financiero se convierte en un freno ineludible a las ambiciones del club?
En estos momentos, las cuentas del club, prósperas, alejan el fantasma de una salida repentina del mecenas emiratí. Con 645 millones de euros anuales de cifra de negocios y un beneficio acumulado de 61,5 millones de euros en los últimos cinco años, el City ha alcanzado su punto de equilibrio.
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