Giorgia Meloni lucha contra el endurecimiento de las normas de contaminación de automóviles.

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El gobierno de Giorgia Meloni frena la transición hacia los autos eléctricos italianos

El paso al paradigma eléctrico podría suponer una pérdida de más de 60.000 puestos en Italia de aquí a 2035, sólo en el caso de los proveedores de la industria automovilística.
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26 de mayo de 2023 a las 05:04

Después de batallar en vano contra el fin de los motores de combustión en los vehículos nuevos a partir de 2035, el gobierno nacionalista de Giorgia Meloni encabeza ahora la lucha en Europa contra el endurecimiento de las normas de contaminación de automóviles propuesto por Bruselas.

"Italia está al frente, nuestras posiciones son cada vez más compartidas", aseguró esta semana el ministro de Empresas, Adolfo Urso, un ferviente defensor de la industria nacional frente a una "visión ideológica" de la lucha contra el cambio climático.

Se refería así al frente formado por ocho países europeos, incluidos Italia y Francia, opuestos a una futura norma bautizada Euro 7 que endurece las condiciones de pruebas de emisiones de los vehículos y que entrará en vigor a partir de 2025.

La propuesta europea "es claramente equivocada y no es útil desde el punto de vista ambiental", sostuvo el ministro de Transporte Matteo Salvini, quien pidió un "bloqueo mayoritario" de este proyecto, considerado costoso por la industria automovilística.

Salvini, líder de la ultraderechista Liga, condujo la ofensiva contra la extinción de los motores de combustión en 2035, por considerarla "una locura" que "destruirá miles de empleos de trabajadores italianos" en beneficio de China, que lleva la delantera en materia de autos eléctricos.

Tras una amenaza de última hora de Alemania de bloquear la medida, Bruselas abrió en marzo la vía a los carburantes sintéticos exigidos por Berlín, sin ceder a la petición de Roma de autorizar los biocarburantes para prolongar la vida de los motores de combustión.

Según los expertos, la controvertida tecnología de los carburantes sintéticos, aún en desarrollo, sólo afectaría a una minoría de los vehículos de lujo, como los de Ferrari, que acogió con satisfacción la concesión hecha por Bruselas.

La presión industrial

En Italia, "las cuestiones ambientales y climáticas quedan siempre relegadas al segundo plano", bajo la presión de un "fuerte cabildeo industrial" en los sectores de los automóviles y la energía, dijo Federico Spadini, dirigente de Greenpeace Italia.

"Ninguno de los gobiernos de los últimos años estuvo a la altura de los retos ambientales. Italia no se hizo un nombre en Europa como paladín del clima", declaró a la agencia de noticias AFP.

A su juicio, "es cierto que con el gobierno de Meloni la situación se deterioró".

Italia es el país con peores resultados en Europa: las ventas de autos eléctricos cayeron un 26,9% en 2022 y su cuota de mercado sólo alcanzó 3,7% frente a un promedio de 12,1% en la Unión Europea (UE). Los incentivos a la compra de vehículos cero emisiones fracasaron.

"No hay entusiasmo por los vehículos eléctricos en Italia. La oferta es escasa, con un sólo modelo del fabricante nacional Fiat", constató el analista Felipe Muñoz, de Jato Dynamics.

Además, "el poder de compra no es muy alto, la gente no puede permitirse coches eléctricos caros, así que la demanda es débil, al contrario que en los países nórdicos", explicó a AFP.

Esta opinión es compartida por Gerrit Marx, presidente del fabricante italiano de camiones Iveco.

"Corremos el riesgo de transformarnos en una gran Cuba, con autos muy viejos que seguirán funcionando durante muchos años porque gran parte de la población no podrá permitirse un modelo eléctrico", advirtió.

Muy tarde

En 2022, Italia contaba con cerca de 270.000 empleados directos o indirectos en la industria automotriz, que representa el 5,2% del Producto Bruto Interno (PBI).

El paso al paradigma eléctrico podría suponer una pérdida de más de 60.000 puestos en Italia de aquí a 2035 sólo en el caso de los proveedores de la industria automovilística, según su asociación europea Clepa.

"Italia ya no tiene una gran industria automovilística tras la absorción de Fiat por Stellantis en 2021, aunque sigue siendo importante en términos de componentes, que están orientados hacia los motores tradicionales", explicó a AFP Lorenzo Codongo, execonomista jefe del Tesoro italiano.

Tanto los sindicatos como el gobierno reconocen que Italia se quedó atrás en términos de electrificación de vehículos. "Si el motor endotérmico desaparece de un día para el otro, no estaremos en condiciones de pasar a ser totalmente eléctricos", admitió Alberto Pastorello, secretario regional del sindicato Uilm.

"Estamos extremadamente atrasados, en Italia hay apenas 36.000 estaciones de recarga eléctrica comparado con 90.000 en la pequeña Holanda", reconoció también el ministro Urso.

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