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Cómo sigue la investigación de los restos encontrados en el Batallón nº 13
El Grupo de Investigación en Arqueología Forense (GIAF) encontró este martes restos óseos humanos en el Batallón nº 13. Los antropólogos trabajaron toda la noche y continuarán con las tareas de excavación hasta el mediodía, confirmó a El Observador el fiscal especializado en Delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe.
El fiscal explicó que el hallazgo no siguió "ninguna pista", y fue producto del trabajo que se realiza allí desde hace más de un año. Además, afirmó que identificar los huesos puede llevar un par de semanas.
El funcionario dijo a radio Carve que los restos estaban enterrados a 80 centímetros de profundidad, aproximadamente. "Esto es mucho de azar, porque no llegan datos precisos. Por eso se decidió hacer la intervención total. El batallón es inmenso".
El antropólogo José López Mazz lideró durante casi 10 años (2005-2014) la búsqueda de restos de desaparecidos durante la dictadura militar. Durante ese período se encontraron los cuerpos de Ubagesner Chaves Sosa, Fernando Miranda, Julio Castro y Ricardo Blanco, y restos correspondientes a otras dos personas que no pudieron ser identificadas.
Mazz trabajó muchos años en el Batallón nº 13, ubicado en Instrucciones y Casavalle, en el predio contiguo a donde funcionó el centro clandestino de detención y tortura 300 Carlos, entre 1975 y 1977. En diálogo con El Observador, el antropólogo explicó los pasos que se deben seguir luego del hallazgo de restos.
"Lo que están haciendo ahora es lo más importante. Cuando aparece un hueso tenés que abrir una zona para ver la extensión, porque capaz que el hueso es la punta de una cosa más compleja. Hay que separar la escena del crimen, como se la conoce", dijo.
Luego, hay que excavar de forma detallada para buscar evidencias. "Puede haber un proyectil, monedas, no se sabe lo que se puede encontrar. Esta etapa es fundamental y hay que tener mucho cuidado", sostuvo.
La siguiente etapa ocurre en el laboratorio, donde se analizan los huesos para identificar traumas óseos que pueden indicar tormentos (daño que se causa a las personas para obligarlas a declarar). "En algunos cuerpos que encontramos se veían fracturas perimortem de las torturas", recordó.
Después, se toma una muestra de un hueso o diente, se extrae el ADN y se coteja con un banco de ADN de detenidos desaparecidos uruguayos que se encuentra en Argentina.
La identificación de los restos óseos puede tardar un par de semanas, según López Mazz. Luego de cotejar las muestras, puede suceder que no se identifiquen los restos, y esto tiene dos explicaciones: que no se haya conservado material genético, o que el medio en el que estuvieron los huesos haya inhibido la conservación del material para el estudio. El antropólogo explicó que el cráneo y los dientes se conservan bastante bien.
Cuidados
En la zona en que se encontraron los restos, se establece una cautela para que nadie pueda ingresar hasta que no se termine la investigación.
Cuando los restos salen de la escena del crimen, deben ser retirados con una cadena de custodia. "Debe establecerse por qué manos va a pasar, esa es la trazabilidad de la prueba y es necesario para que no se vea alterada", dijo. El procedimiento es dispuesto por el juez.
Los investigadores continuaron trabajando durante la noche porque la zona es inundable y las lluvias podrían perjudicar las tareas. "La zona es muy compleja, está muy alterada, ya que había cañadas y se hicieron trabajos de sanitaria", afirmó.
