El running y la importancia del descanso para un mejor rendimiento

Como en cualquier otro deporte, el descanso es parte del entrenamiento responsable. Un error bastante frecuente es tomar un descanso cuando el cuerpo llega al límite, o cuando aparece una lesión. 

Durante el entrenamiento el cuerpo sufre “daños”, sobre todo en fondos largos o trabajos de intensidad. Nuestros músculos, tendones y articulaciones necesitan descansar para reparar esos daños, de lo contrario el cuerpo no será capaz de recuperarse y esto podría causar futuras lesiones, debilitamiento y bajas defensas. 

A veces, la obsesión por no dejar de entrenar nos puede jugar una mala pasada, por esa razón es fundamental tomar esos descansos como una manera de reparar el organismo.

El hecho de no descansar no le permite al cuerpo que asimile el entrenamiento, provocando un efecto “meseta” impidiendo mejorar el rendimiento, causando además frustración, estancamiento y lesiones en el deportista. Esto se o conoce como “sobre entrenamiento” y puede evitarse.

Descansar de manera consciente le permite al cuerpo asimilar el trabajo realizado, preparándolo para futuras situaciones de estrés, volviéndolo más fuerte en cada entrenamiento. Este proceso se conoce como “sobrecompensación” y es la manera en que nuestro organismo se recupera y fortalece de manera eficaz. 

Es importante respetar este período de descanso, de los contrario no se obtiene una buena regeneración muscular, y el estado físico no mejorara de manera óptima para las siguientes sesiones de entrenamiento. 

También es bueno incluir el estiramiento y masajes como parte del trabajo.

El proceso de recuperación y adaptación va a depender del tipo de entrenamiento, intensidad y volumen trabajado, esto siempre guiado por un entrenador formado.

El entrenador David Vega nos señala puntos importantes para tener en cuenta.

Sobre el dolor y la molestia constantes, expresa: “Un poco de dolor después del ejercicio es normal y significa que trabajaste tus músculos lo suficiente. Pero ese dolor se debe pasar en un día o dos. Si tus articulaciones y músculos están constantemente doloridos, es probable que te estés exigiendo demasiado”.

Acerca de la dificultad o pesadez para un mismo ejercicio, dijo: “Si estás batallando para hacer ejercicios que antes eran fáciles para ti, es el momento de bajar la intensidad de tus entrenamientos”.

En torno al aumento de tu ritmo cardíaco, señaló: “Tu frecuencia cardíaca sube con el ejercicio, pero si tu ritmo cardíaco es más alto de lo normal cuando estás en reposo, esta puede ser una de las causas. Las personas que entrenan en exceso también pueden notar que su ritmo cardíaco necesita más tiempo para volver a la normalidad después del ejercicio”.

¿Qué sucede si enfrenta dificultades para dormir o falta de hambre? “Hacer demasiado ejercicio puede hacer que pierdas el apetito y que te sea difícil conciliar el sueño, sobre todo si te ejercitas dentro de las dos horas antes de irte a la cama”, dijo Vega.

¿Es posible que te enfermes con facilidad? “El ejercicio excesivo puede debilitar tu sistema inmunológico, por lo que puedes tener resfriados u otras infecciones constantemente. También puedes tener dolores de cabeza frecuentes”, sentenció el entrenador.

La alimentación también tiene un rol importante, y no se trata de comer cualquier cosa, sino de alimentarse de forma rica y equilibrada para favorecer la recuperación del organismo luego de cada entrenamiento, además de mantener la energía para las siguientes sesiones.