Kagelmacher celebra el segundo gol

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El triunfo que necesitaba: Peñarol se sacó el clásico de encima y volvió a avanzar

El aurinegro se sacó de encima el contrapeso del partido que perdió en el Gran Parque Central, sigue por el Apertura y busca revulsivos para el jueves
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11 de julio de 2021 a las 23:21

Con el contrapeso de la derrota que sufrió en el clásico ante Nacional, para Peñarol este domingo ganar estaba por encima de cualquier otra aspiración futbolística. El traspié ante los tricolores y la urgencia por la posición que tenía en la tabla del Torneo Apertura le exigía un solo resultado, que consiguió por 2-0 ante Cerrito en el partido de la décima fecha en el Campeón del Siglo.

Con este triunfo, Peñarol quedó a seis puntos del líder Plaza y a tres de los escoltas Nacional y River Plate.

Con la irregularidad que plantea el torneo local, lejos de sentir que ya no tiene chances, los 15 puntos que debe disputar mantienen las esperanzas de un equipo que se expresó, indisimulablemente en el campo, con las consecuencias del clásico del Apertura, las bajas y las precauciones para lo que se viene el jueves en el segundo clásico de julio, ahora por el partido de ida de octavos de final de la Sudamericana.

Lento. Con aisladas acciones sobre el arco rival. Volviendo a reconocer los circuitos ofensivos con Giovanni González y Facundo Torres, ausentes durante cinco semanas por su citación a la selección para los partidos de la Copa América y las Eliminatorias, para Peñarol el partido ante Cerrito transitó sin estridencias y con cautela. No tomó riesgos. Cuidó cada metro del campo.

El partido, además del impacto anímico de la semana anterior en el Gran Parque Central, para Larriera tenía un elemento que no era menor: jugar sin su goleador Agustín Álvarez Martínez, con una contractura y cuidados especiales para el clásico dentro de cuatro días. Sin el juvenil delantero, el ataque no es el mismo. El argentino Ariel Nahuelpán hizo la diferencia en el marcador en el segundo tiempo y abrió el camino al triunfo. También pudo convertir de cabeza en el primer tiempo, cuando solo frente al arco remató afuera, pero no consigue generar el mismo juego que el futbolista formado en la cantera.

Tampoco estuvo Cristian Olivera, quien también se encuentra en sanidad. Además, el entrenador realizó otras tres variantes, quedaron fuera del equipo titular Maxi Pereira (ingresó Gio González como lateral), Carlos Rodríguez (jugó Fabricio Formiliano) ni Jesús Trinidade (en su lugar fue Damián Musto), y Juan Acosta (por donde llegó el gol de Ocampo que abrió el clásico), no estuvo ni en el banco de suplentes.

Los cambios en la formación le quitaron el ritmo que va adquiriendo un equipo a medida que avanza la competencia. No obstante, Larriera consiguió darle una solidez defensiva (Kevin Dawson no pasó riesgos en su arco) y el mediocampo manejó los tiempos del partido. Musto por delante de la línea defensiva y con una figura que se mostró con cuatro futbolistas luego del volante tapón, Torres, Ceppelini, Gargano y Canobbio, procuraron generar juego para el delantero argentino. Lo consiguieron por las bandas y con la velocidad de Gio González, el mejor futbolista que tenía Peñarol antes de su incorporación a la selección, en mayo.

Peñarol destrabó el partido en tres minutos, en el inicio del segundo tiempo, con los goles de Nahuelpán y Kagelmancher. Antes y después el partido fue un trámite.

Al pasar raya, al entrenador de Peñarol le quedó muy poco, apenas el triunfo y los circuitos ofensivos que por derecha surgieron con la asociación de Gio González con Torres o Canobbio, que cambiaron de punta durante el partido, y abrieron la cancha. Así llegó el primer gol.

También reafirmó un concepto sobre le que trabaja desde enero, lo que puede sumar Gargano liberado en el mediocampo, en una función que es muy productiva para este equipo aurinegro que necesita mover con precisión y profundidad el balón en la zona media.

El problema que tiene el entrenador ahora es que necesita volver a encender a Torres, y llevarlo al nivel que tenía previo a su partida con la selección. Con el joven futbolista en su máxima expresión, contagia un ritmo que ningún otro jugador de Peñarol se lo puede aportar.

Se viene el segundo clásico de julio, ahora por octavos de final de la Sudamericana, y allí estaban las miradas incluso durante este fin de semana. Lo que queda claro es que jugando como ante Cerrito, no le puede ganar a Nacional. Los aurinegros necesitan revulsivos para el jueves en el Gran Parque Central. Revulsivos anímicos y deportivos. Este domingo no tuvo ninguno de los dos, porque se detuvo solo en lo urgente, salir del impacto de la derrota clásica y conseguir lo que necesitaba, ganar.

El protagonista de la noche en el Campeón del Siglo fue el VAR, por la forma en que enlenteció el partido, que de por sí se jugó en cámara lenta, y las pausas que se originaron al juego el chequeo después de cada gol o en las siete situaciones en la que intervino el videoarbitraje.

En cada una de las participaciones, el juego estuvo detenido entre un minutos y medio y dos minutos, lo que le quitó ritmo y emoción al fútbol, porque el VAR está en una indisimulable etapa de ablande, con árbitros que están ensayando con la nueva herramienta en Uruguay y con tecnología que en otras competencias internacionales las manejan con la misma velocidad intensa a la que se juega en el campo.

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