En los últimos cien años, Turquía sufrió 50 sismos de magnitud igual o superior a 6

Mundo > Siniestros

En los últimos cien años hubo medio centenar de movimientos sísmicos en Turquía

En 1939, en Erzincan, una ciudad en el este de Turquía, un terremoto con una magnitud de 7,8 produjo casi 33.000 muertes. En 1999, hubo más de 17.000 víctimas fatales. Con los muertos de los dos movimientos del pasado 6 de febrero, la cifra de decesos en sismos de más de 7 grados de magnitud llega a 80.000
Tiempo de lectura: -'
08 de febrero de 2023 a las 05:04

En la madrugada del 17 de agosto de 1999, con una duración de apenas 37 segundos, Turquía vivió un terremoto que, hasta hace unos días, estaba impreso en la memoria de la mayoría de sus 85 millones de habitantes. Los relojes marcaban las 3.02 de la madrugada, en consecuencia, a todos, o casi todos, el feroz temblor los tomó directamente durmiendo, encerrados en sus habitaciones.

El epicentro fue el noroeste del país, cerca de donde se encuentra Estambul, una de las ciudades más visitadas y más hermosas de la Tierra, con la mayor población de Turquía. El terremoto de 1999 fue de 7° en la escala Richter. Los movimientos sísmicos de la madrugada del 6 de febrero, 24 años después, fueron de 7,5° y 7,8° en la escala de Richter y sucedieron en el sur del país.

En 1999, los primeros días se hablaba de 2.000 muertos. Luego, tras las tareas de rescate y las remociones de escombros, la cifra se elevó dramáticamente a 17.127 fallecidos comprobados. Estambul tuvo un millar de muertos. Esta vez, el epicentro estuvo un poco más lejos de esa ciudad que alberga a 8.000.000 de almas.

En la madrugada del pasado 6 de febrero, el primer sismo ocurrió a las 4.17 de la madrugada. De nuevo, las personas durmiendo en sus casas. Fueron apenas 30 segundos en el sur de Turquía, seguido de otro terremoto al norte, que también afectó a Siria. 

La Agencia Turca de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) aumenta hora tras hora el número de personas muertas. Con las autoridades sirias ocurre lo mismo.

Tanto en 1999 como en 2023, después de los movimientos sísmicos, mucha gente decidió dormir a la intemperie por temor a que un nuevo desastre los tomara entre construcciones de cemento. Esta vez, con los fríos invernales mediante y con vastas zonas sin electricidad.

Turquía, de acuerdo a los estudios geológicos, está situado en la confluencia de tres placas tectónicas, la de Anatolia, la de Arabia y la de África. En los bordes de las placas tectónicas se concentran las actividades sísmicas. A su vez, el país está atravesado por dos grandes fallas geológicas, la de Anatolia septentrional, que limita con la placa Euroasiática y se extiende desde el altiplano armenio hasta el Mar de Mármara, y la de Anatolia oriental, que limita con la placa Arábiga.

Una falla es una fractura o zona de fracturas a lo largo de la cual se produce un desplazamiento que, cuando sucede, hace temblar la superficie y desatar la tragedia. Si bien los geólogos que estudian y siguen los posibles movimientos sísmicos estaban advertidos de estos terremotos, nunca pueden tener certezas ni precisiones.

Turquía y Siria están en una de las zonas más riesgosas para los movimientos de las placas tectónicas que producen los sismos. Mucho antes de los desastres de 1999 y 2023, el 13 de agosto de 1882, la falla de Anatolia tuvo un sismo de magnitud 7,4. También repercutió en Siria. En aquel entonces, con menos población y muchos menos edificios urbanos, las víctimas fatales fueron alrededor de 7.000 sólo en la ciudad siria de Alepo. Las réplicas continuaron a lo largo de todo un año, generando muchos más daños.

Cada vez que hay un movimiento en el suelo o tiembla una lámpara, en los cuerpos de los sirios y los turcos se activan las alarmas, se activan conductas de defensa y también aparecen los fantasmas, los traumas.

Los geólogos especializados en sismos y terremotos no pueden predecir las catástrofes. Aún con avances tecnológicos que permiten la interconexión entre los organismos de todos los países que vivieron tragedias y están con todos los recursos disponibles tratando de adelantarse a los hechos.

En los últimos cien años, Turquía sufrió 50 sismos de magnitud igual o superior a 6. Es decir, terremotos capaces de destruir zonas pobladas en áreas mayores a 100 kilómetros de circunferencia. En total, estos 50 terremotos dejaron más de 80.000 víctimas fatales.

El terremoto de Erzincan, una ciudad en el este de Turquía, golpeó a la 1.57 de la madrugada del 27 de diciembre de 1939, con una magnitud de 7,8. Se trató del segundo terremoto más tremendo en ese país después del ocurrido en 1668 en el norte de Anatolia. En 1939 murieron 32.968 personas.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan se refirió a la tragedia de 1939 haciendo una comparación con lo vivido días atrás. La preparación de la población, a través de simulacros y de simulación de emergencias es fundamental según refieren los especialistas. El ingeniero experto en Geofísica de la Universidad de Kocaeli, Serif Baris, habló con la corresponsalía de CNN en Turquía y advirtió que la falta de preparación lleva a conductas nocivas, desde saltar por la ventana al sentir un temblor o dejar tirados los autos en las rutas para buscar un supuesto refugio y bloquear los caminos por donde deben ir los grupos de rescate.

La Agencia de Gestión de Emergencias de Turquía (AFAD) hizo una prueba meses atrás enviando alertas a todos los teléfonos móviles del país. En muchos casos, llegaron horas después del horario previsto para el simulacro.

“Sabemos que va a haber terremotos, los vivimos, tenemos experiencia porque ocurren frecuentemente, y a veces son muy destructivos. Una de las principales causas de que sean tan destructivos es la calidad de las construcciones”, dijo al diario español El País la presidenta de la Cámara de Ingenieros Civiles de Esmirna, Eylem Ulutas Ayatar.

Después del terremoto de 1999, se reformaron numerosas agencias en Turquía y sus equipos de protección civil se encuentran ahora entre los más expertos de la región. Sin embargo, los controles a la construcción antisísmica son deficientes. “El sistema de inspección de infraestructuras prometido en 1999 sólo se implantó, en modo piloto, en 19 provincias y no se extendió a toda Turquía hasta después de ocurrido el terremoto de Van, 12 años después”, explica Ayatar.

“Ahora, lo que más necesita el país es cooperación para sacar a quienes quedaron atrapados bajo los escombros, mantas y comida para los damnificados y ayuda para superar el trauma”, dijo Ayatar. Y agregó: “Pero, una vez que todo esto pase, debemos preguntarnos por qué, cada vez que se produce un terremoto, tenemos que aprender por las malas que es hora de aplicar las leyes, conocimientos técnicos y experiencia que tenemos para reducir su impacto”.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...