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Fiscalía pidió procesar sin prisión al piloto que estrelló su avión en Playa Pascual
La fiscalía de Libertad solicitó el procesamiento sin prisión de Rodrigo Artagaveytia, el hombre que piloteó el avión que cayó en las aguas de Playa Pascual el 8 de octubre de 2017 y en el que viajaba un médico cirujano chileno llamado Fernando González Foretic, de 55 años, que murió ahogado luego del impacto. Artagaveytia es uno de los dueños de la estancia La Rábida -ubicada en el kilómetro 43 de la ruta 1 en San José-, que ese domingo había sido escenario de una reunión de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes.
Todos los años a la altura de octubre, el grupo organiza un partido de rugby en conmemoración de esa tragedia contra un equipo los Old Boys de Chile -la institución a la que iban a enfrentar en aquella oportunidad en la capital chilena-. El partido de 2017, sin embargo, tampoco llegó a jugarse. Sobre las 16:30 de ese 8 de octubre, algunos de los participantes del encuentro fueron hasta la playa, que está a tres kilómetros del casco de la estancia, para observar el atardecer.
La primera sorpresa ocurrió cuando llegaron a la arena: Artagaveytia decidió alcanzarlos en su avión, un Pippper Cap J 3, y aterrizó en la playa.
Ya entonces, en el informe realizado por la Comisión Investigadora de Accidentes e Incidentes de Aviación, cuyas conclusiones están recogidas en el escrito de la fiscalía al que accedió El Observador, el piloto y estanciero cometió dos irregularidades: "No se realizó una adecuada inspección prevuelo", como obliga la Dirección Nacional de Aviación Civil a todos los pilotos antes de todo despegue -dice el análisis-, y aterrizó la aeronave en una zona no habilitada. Hacer esto último, según había informado El Observador, constituyó una "infracción gravísima" que bien podía costarle la suspensión definitiva de la licencia como piloto.
Pero además, en el informe consignado en la acusación por el fiscal Césare Cingia "la zona contaba con factores adversos para una operación de una aeronave de aviación general".
Ignorando esas consideraciones, Artagaveytia accedió a que Fernando González se subiera al avión con él. Quería dar un paseo. Y no era el único: había otros que también querían subirse, pero fue el médico chileno quien se anticipó.
El avión despegó y a los pocos metros en el aire viró hacia la derecha, en dirección al Río de la Plata. Cuando ya volaba encima del agua "fue sorprendido por una cortante de viento no esperada" que provocó que el avión perdiera altitud y se estrelló en el agua a 300 metros de la costa.
La razón técnica del accidente fue que Artagaveytia quiso hacer el viraje sin antes asegurase que tenía "un régimen de ascenso adecuado" y en última instancia por tener "un exceso de confianza en las habilidades adquiridas por la experiencia", según concluye el análisis de la Dinacia.
El piloto y González se desprendieron de los cinturones. Artagaveytia se quitó la ropa y el calzado, y le dijo a González que hiciera lo mismo. Pero el médico chileno no pudo hacerlo y se hundió. El piloto nadó hacia la orilla.
El cuerpo de González apareció al otro día, con la ropa puesta.
"El accidente se produjo por falta de previsiones y de las inadecuadas maniobras realizadas por el piloto Rodrigo Artagaveytia", dice el documento del Ministerio Público, además de hacer referencia a que el piloto no cumplió con "el deber objetivo de cuidado que se exige a todo conductor de aeronave".
Y luego concluye que "no cabe lugar a dudas (...) que el indagado actuó por lo menos con negligencia", y es por eso que la fiscalía lo encontró responsable de "un delito de homicidio culpable".
De todos modos, como este procesamiento se solicitó sin prisión como medida cautelar -el caso se rige por el sistema penal anterior a noviembre de 2017- Artagaveytia no irá a la cárcel si tiene esa pena al final de la investigación. Eso, en el supuesto de que la Justicia confirme el procesamiento y lo condene finalmente por este delito.
