La escena ocurrió en agosto de 2014. La fórmula del Frente Amplio, encabezada por Tabaré Vázquez y Raúl Sendic, recibía el 39% de intención de voto y corría serios riesgos de perder el gobierno. Los datos de las encuestas alertaron a los dirigentes, pero también a los militantes, que echaron a andar la maquinaria. El “susto” había despertado al “mamado”, en palabras de la senadora Lucía Topolansky.
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