El Frente Amplio (FA) y el Partido Nacional (PN) ya se ven en el balotaje pero saben que buena parte de su suerte se juega el próximo domingo.
A partir del resultado de las elecciones del 27 de octubre, solo uno de los dos –Daniel Martínez o Luis Lacalle Pou– asomará como el favorito para ganar en noviembre y calzarse la banda presidencial el 1° de marzo.
Este miércoles, a solo cuatro días del día D, tanto el oficialismo como el principal partido de la oposición harán sus últimas grandes demostraciones de fuerzas, y eligieron para ello los mismos lugares que cinco años atrás.
El Frente Amplio convoca esta tarde a un acto masivo en la rambla Wilson, allí donde en octubre de 2014 Tabaré Vázquez y Raúl Sendic dieron la última arenga a unos 300 mil militantes de la izquierda. “El próximo domingo, pese a quien le pese y a quien no le guste, el FA gana y con mayoría parlamentaria”, vaticinó Vázquez en aquella jornada. Las urnas, días más tarde, le darían la razón contra los pronósticos de las consultoras.
A diferencia del por entonces candidato y hoy presidente, Martínez no hace tanto énfasis en la obtención de la mayoría parlamentaria. De hecho, en sus discursos aprovecha para sembrar dudas a la gobernabilidad de la eventual coalición opositora –un “Frankenstein” que “va a tener problemas para pegar cosas impegables”, según sus palabras– y para reivindicar su capacidad de generar acuerdos suprapartidarios en caso de ser necesario –“en la Intendencia demostramos que cuando hay propuestas en beneficio de la gente siempre hay gente dispuesta a votar”, dijo días atrás en Rivera–.
Quien sí ha retomado la prédica de Vázquez es la candidata a vicepresidenta Graciela Villar. Entrevistada este lunes en TV Ciudad, la exedila dijo estar “convencida” de que el oficialismo retendrá la mayoría parlamentaria.
Mientras los frenteamplistas colmen la rambla de Montevideo, el nacionalista Luis Lacalle Pou estará cerrando su campaña en la ciudad de Las Piedras (Canelones), su amuleto para la interna de este año y las elecciones de 2014.
Cinco años atrás, el candidato blanco hizo alusiones al “candidato del continuismo” –ahora habla del “candidato del gobierno”– y dijo que la elección marcaría “un cambio de época” y un “fin a las mayorías parlamentarias”.
Lacalle llega a este miércoles en una posición más favorable que en 2014, y se muestra más confiado para imponerse en las urnas. Si bien las encuestas pintan un panorama más afín a la alternancia que cinco años atrás, con una oposición que supera al Frente Amplio en lo previo, también marcan que el Partido Nacional está por debajo de la intención de voto que tenía en la elección anterior.
La fragmentación del bloque opositor no le quita el sueño a Lacalle Pou, que se muestra optimista de lograr una coalición sólida a poco de abrirse las urnas. “Creo que va a haber un Frente Amplio minoritario, que va a ser incapaz de hacer acuerdos con otros partidos y solo puede llegar a establecer un esquema parlamentario si es mayoría absoluta. De otra manera no va a poder conseguir aliados. Y de este lado, va a quedar una amplia mayoría de partidos de la oposición con oportunidad de coaligarse”, dijo en entrevista con El Observador.
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