Este lunes arrancó en Davos, Suiza, la reunión anual del Foro Económico Mundial, bajo el lema Cooperación en un mundo fragmentado, que tendrá actividad hasta el viernes 20 de enero. Del medio centenar de jefes de Estado y representantes de gobierno y centenares de empresarios de transnacionales, este año cuenta con figuras que provienen de latitudes políticas distintas.
Si bien están el ecuatoriano conservador Guillermo Lasso y Rodrigo Chaves, ex funcionario del Banco Mundial y presidente de Costa Rica, la presencia del colombiano Gustavo Petro y de dos ministros de Lula, Fernando Haddad y Marina Silva, muestra una apertura que otros años no se daba.
Entre otras cosas, porque el continente latinoamericano muestra una izquierda que eligió el camino de coaliciones amplias para derrocar a las ultraderechas y porque es una región postergada, pero con mucho potencial en la agenda climática, energética, alimenticia y, sobre todo, política.
Este martes expusieron los ministros de Economía y Medio Ambiente de Brasil, Fernando Haddad y Marina Silva, respectivamente. Participaron de un panel llamado "Brasil: una nueva hoja de ruta", junto a la diplomática salvadoreña Marisol Argueta de Barillas, directora principal para América latina del Foro Económico Mundial.
Fue para subrayar lo que dijo Haddad, un lulista de pura cepa: la reducción a cero del déficit fiscal brasileño en los próximos dos años de la gestión que se inició el 1° de enero.
Las ambiciosas metas sociales de Brasil las expresó el propio Lula el día de su asunción, y tienen que ver con 30 millones de brasileños a los que necesita sacar de la pobreza. Por ahora cuenta con el plan Bolsa Familia que, a todas luces, es insuficiente.
Lo expuesto por el flamante ministro de Economía apunta a un equilibrio difícil en la región: austeridad del Estado y justicia social. Es cierto que, en Davos, esa idea es música para los oídos de inversores. Como también es cierto que Brasil, en la región, combina trabajo informal y salarios bajos con economías digitales e industrias exportadoras y con un Banco Central que tiene US$ 300.000 como respaldo de una moneda fuerte como el Real.
Marina Silva, militante ambientalista de mucho compromiso, reclamó a los países ricos por el compromiso incumplido del Acuerdo de París de 2015 de US$ 100.000 millones a partir de 2020. La pandemia y la crisis energética no mitigaron la degradación del planeta. Un planeta que muestra un grado de enriquecimiento notable de un puñado de mega millonarios y un endeudamiento de los Estados más poderosos agravados por la pandemia, la guerra y la crisis energética.
"Tenemos una buena regulación global, pero faltan inversiones. Los US$ 100.000 millones que fueron el compromiso de los países desarrollados aún no fueron aportados. Tenemos que tener un aporte de recursos para acciones de mitigación, así como para la adaptación", expresó Silva, quien además pidió acciones más efectivas a los países ricos sobre la reducción de emisiones de combustibles fósiles.
"Brasil tiene compromisos ambiciosos para ser un país económicamente próspero, socialmente justo, políticamente democrático, culturalmente diverso y ambientalmente sostenible", añadió en un tuit la ministra de Medio Ambiente brasileña.
Este martes también intervino el costarricense Rodrigo Chaves. Lo hizo en un panel denominado "Democracia: el camino a seguir".
Allí enfatizó que la democracia debe evolucionar. "Podríamos optar por lo aparentemente fácil y vender la idea de que la democracia no necesita evolucionar, de que no necesita transformase", expresó, según consigna la agencia rusa Sputnik.
Para el mandatario, ese sistema político "es el único camino y es el único medio" para seguir adelante, pero estimó que la coyuntura histórica actual exige "un esfuerzo mayor" en pos de la renovación democrática "que para muchos parece perdida". Chaves llamó a "no ver la democracia como el objetivo sólo de un país".
Chaves, ex funcionario del Banco Mundial, instó a enfrentar la desigualdad en el mundo. Al respecto, citó el último Informe sobre la Desigualdad Global, de 2022, en el que se especifica que el 10 % más rico de la población mundial recibe actualmente el 52 % del ingreso mundial, mientras que la mitad más pobre de la población gana el 8,5 %.
"En promedio, una persona del 10 % superior de la distribución mundial del ingreso, gana US$ 122.000 por año, mientras que una persona de la mitad más pobre gana US$ 2.800 anuales", precisó.
Para este miércoles se espera la intervención de Chaves, Lasso y Petro en un panel conjunto, que lleva por nombre "Liderazgo para América Latina". Ahí también estarán Haddad y la vicepresidenta de República Dominicana, Raquel Peña.
El mandatario colombiano, además, participará en el panel "Liderando la carga a través de la nueva normalidad de la Tierra". La Presidencia de Colombia informó que la agenda de trabajo del mandatario estará orientada, además de a enfrentar la crisis climática, a promover la transición energética y lograr la paz total, una de las banderas de su administración.
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