Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA

García, el venezolano que juega pensando en su familia: "la maldad está en todos lados"

Vive solo en Montevideo, con la incertidumbre de despertar todos los días pensando en la suerte que corre su familia en la convulsionada Venezuela
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29 de agosto de 2017 a las 05:00
Solo en Montevideo. Sin siquiera tener conocimiento del número de puerta donde vive. Heber despierta todas las mañanas con un nudo en la garganta. La incertidumbre de saber cómo se encuentran sus seres queridos gobierna su mente.

"La maldad está en todas partes... Me pega lo que pasa en mi país. Tengo a mis padres y mis hermanos allá, pero ya no puedo llorar. Tengo que estar fuerte y luchar pasa salir adelante y sacarlos de Venezuela", asume como reto.

Para lograrlo debe cristalizar el sueño que empezó a acunar desde que tenía cuatro años, cuando su padre le puso por primera vez una pelota en los pies. No es sencilla la vida por estas horas para el venezolano Heber García. A la distancia mira los problemas y la violencia que atrapa a su país. Pero no le queda otra que meterse en el fútbol. Necesita hacerse de un nombre y destacarse en Sud América para cumplir su deseo de sacar a su familia de Venezuela.

"Empecé a jugar fútbol con mi papá", dice García con una inconfundible tonada venezolana a Referí. Y narra cómo se formó: "Mi padre me ponía una pelota en los pies a los cuatro años y luego decidió llevarme a una escuela de fútbol donde destacaba habilidades y me fui formando, pasando categorías hasta que hice una prueba en Portuguesa, que fue donde me formé profesionalmente".

García, volante de buen pie, comenzó a ser citado para las selecciones juveniles lo que despertó el interés de Deportivo La Guaira que compró su pase. La citación al Sudamericano sub 20 fue lo que abrió el interés del exterior.

"Yo me encargo de jugar al fútbol, para lo demás está mi representante que un día me dijo que tenía ofertas de Colombia y Uruguay", comenta.

"¿Por qué Uruguay? Fue una decisión familiar. Le di la responsabilidad a mi papá que decidiera, que yo iba a estar contento porque gracias a él he logrado lo del fútbol. Y me dijo que Uruguay sería una plaza bonita, ya que el entrenador también me quería. Y acá estoy, peleando por hacerme un nombre".

El estilo uruguayo


García pasó de vivir de la locura de Caracas, donde estaba acompañado de su familia, a la tranquilidad y soledad de Montevideo. Debió adaptarse a un fútbol con determinadas particularidades.

"Acá son muy aguerridos y más en mi posición, que me encanta tener la pelota, hacerla circular, y se me complica porque casi todos los rivales son fuertes en marcas personales. Sabía que el fútbol uruguayo es aguerrido, de tener mucha personalidad", expresa.

García revela que "los uruguayos se conocen por su forma de juego, de meter, de provocarte en el partido. Me ha costado. ¡Uh! No entendía cuando me provocaban; son complicados en eso. Lo vivo en casi todos los partidos porque como soy un juvenil del equipo, un chamo, a los que tienen experiencia les pega que los deje en evidencia".
No entendía cuando me provocaban. Son complicados en eso los uruguayos. Les molesta que les hagas un dribling, pero ya me estoy acostumbrando" Heber García Volante de Sud América

Vivir preocupado

Heber vive solo. Reconoce que le agrada la tranquilidad de Montevideo. Que se las ingenia para cocinar pero que le cuesta con las tareas de limpieza.

"Extraño, claro, siempre. Pero es el sacrificio que debo hacer", admite.

Pero el tema más complejo es vivir con la espina de la realidad social que existe en su país.

"La verdad que sí me preocupa mucho lo que pasa en Venezuela, le pido mucho a Dios que nos ayude. Mis padres y mis hermanos, que son menores que yo, viven allá. Tenemos contacto directo con ellos y mi representante también se encarga si les hace falta algo. Yo les envío cosas", admite.

Y luego trasmite su deseo: "Quiero jugar, sumar minutos y después con el tiempo sacar a mi familia de allá. Si me los puedo traer, me los traigo. Cada vez está más complicado. Cualquier cosa te puede pasar ahorita. La maldad está en todas partes".

El mate

Al baño

Entre risas, el venezolano Heber García contó que tomó mate pero que no le gustó. "No, no se trata de que sea demasiado amargo sino que mandaba al baño. A lo mejor con el tiempo me acostumbre".

Los líos con los charrúas

En la carrera de García ya pasaron a ser comunes los cruces con los uruguayos. En el último Mundial sub 20 estaba la mañana que los jugadores de ambas selecciones se tomaron a golpes de puño en el hotel. "Son cosas del fútbol", fue su definición entre risas.

Hay un hecho que le llamó la atención y lo reveló a Referí: "Acá me pasó de tirar un cañito y que los uruguayos se enojen y te insulten. Pero eso me gusta, que me provoquen me gusta", comentó.

El gol de la avivada

García se hizo conocido en Uruguay por una avivada típica de un jugador uruguayo. En un partido con Plaza el golero rival tomó la pelota y se dispuso a sacar. García quedó por detrás y lo campaneó. ¿Qué hizo? "Calculé cuando iba a sacar a ver si la soltaba y cuando vengo trotando la suelta". ¡El típico garrón uruguayo! Pasó por detrás, se apoderó del balón, y anotó. "Yo lo hacía en los entrenamientos, en partidos amistosos, pero nunca me había salido. Es común que cuando van ganando el golero haga tiempo. Me querían matar los rivales. Yo me hacía el que no había pasado nada. El juez estaba de espaldas", contó.

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