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Gobierno analiza nueva iniciativa de Buquebus para terminal en puerto de Montevideo y evalúa retomar la concesión

El último gobierno del FA no renovó la concesión que Buquebus ostentaba desde 1994; la empresa afianzó su proyecto para el puerto de Montevideo tras las iniciativas frustradas en dique Mauá y Punta Carretas
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24 de mayo de 2023 a las 05:01

"Lo de Mauá no prosperó, pero yo tampoco tengo nada formal para otra propuesta. Si lo presentan, lo estudiaremos con todo gusto".

Así lo transmitió a la empresa Buquebus el ministro de Transporte, José Luis Falero, quien ya el mes pasado recibió –esta vez por la vía oficial– una iniciativa privada impulsada por Juan Carlos López Mena para reformar la terminal de pasajeros en el puerto de Montevideo. 

"Presentaron una iniciativa más segura que incluye también una salida para los cruceristas. Posiblemente en junio quedaría definitivamente estudiada para ver si es viable, y se licitaría", confirmó el propio jerarca a El Observador. De aprobarse el proyecto, el mecanismo concede al privado que lo formuló una ventaja de entre el 5% y el 20% en el proceso competitivo. 

"La iniciativa que presentaron cubriría las expectativas, de acuerdo a lo que me dijeron los técnicos", transmitió Falero, quien ya la semana pasada había reconocido ante la comisión de Transporte de Diputados que la idea para renovar el dique Mauá con una nueva terminal había quedado en "stand by". 

Esa propuesta original de la constructora Berkes había tomado vuelo cuando se sumó como socio Corporación América, un gigante de la región que gestiona los aeropuertos del Uruguay. El proyecto suscitaba el interés del piso 11 de la Torre Ejecutiva mientras la Intendencia de Montevideo negociaba otorgar predios donde erigir edificios de vivienda y oficinas que viabilizaran la inversión. 

Corporación América renunció sin embargo a esa iniciativa luego de que el gobierno no accediera al pedido de que concedieran también la operativa del puerto de Colonia como forma de dar la suficiente espalda financiera para los millonarios desembolsos que exigía Mauá. La noticia también estuvo precedida por una reunión en Buenos Aires entre Buquebus y ejecutivos de la Corporación, y un extraño episodio en que, quien informó sobre el paso al costado, fue López Mena y no la otra empresa. 

A pesar de que el presidente Luis Lacalle Pou pidió a Falero un "último esfuerzo" para resucitar la iniciativa, los números seguían sin cerrar, y el gobierno pasó a estudiar alguna alternativa que concretara un deseo que ya sobrevive a las administraciones: que la circulación de pasajeros no coincida con la pesada logística de carga que atraviesa el puerto y pasa a tan solo unos metros de la actual terminal. 

Ingreso a la terminal de pasajeros coincide con la logística de carga en el puerto de Montevideo

La nueva iniciativa privada supone oficializar una idea manejada informalmente entre Falero y López Mena desde abril del año pasado. El proyecto implica reformar una terminal que –entre espacios estrechos, escáneres y entradas y salidas por el puerto– no conforma a las autoridades, al tiempo que propone un paso en altura –tal como una manga– para que vehículos y pasajeros que se dirigen a la terminal no se crucen con los camiones del recinto.

Falero ya se había pronunciado contra un acceso subterráneo, dado que implicaba romper el pavimento a la altura de la rambla portuaria. 

Las conversaciones reeditan así una vieja aspiración de López Mena, quien en 2015 chocó con el último gobierno del Frente Amplio cuando la administración resolvió no renovar la concesión que Buquebus ostentaba desde 1994. A la empresa le interesa ahora estudiar un sistema de concesión –similar al que rige en los aeropuertos– para hacerse cargo del servicio a largo plazo, a modo de contrapartida de la inversión prometida

"Tienen que prever cómo financiarlo ellos mismos porque el Estado no tiene previsto ninguna obra de infraestructura allí", explicó Falero. "La concesión en su momento (2015) no se renovó, quizás porque no había otras obras que lo ameritaran. Si ahora cumple las expectativas con las obras nuevas, se puede revisar y hacer una concesión. Tampoco es bueno que el Puerto se tenga que hacer cargo de la terminal permanentemente porque también tiene su costo para el Estado", indicó el jerarca. 

López Mena no disimuló ocho años atrás su malestar cuando el entrante gobierno de Tabaré Vázquez indicó que no renovaría la concesión. "Mujica me dio su palabra y me dijo que había habido un error. Hay testigos. Me dijo que me quedara tranquilo, que me iba a ampliar la concesión", dijo a El País en julio de 2015, y terminó llevando sin éxito el caso al Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA).

La decisión terminó acordándose en buenos términos en reunión con el entonces ministro Víctor Rossi. Ya para entonces se había descartado la posibilidad de un proyecto en Capurro. Al poco tiempo López Mena presentó una iniciativa privada para una terminal en el Dique Mauá que, pese a la encendida defensa de Rossi, naufragó en el Parlamento por las diferencias internas del oficialismo por la enajenación de los terrenos. "En Uruguay hacen esfuerzos para ser pobres", declaró el empresario en caliente. 

Con la nueva administración en el poder y su aspiración original archivada, Buquebus propuso trasladar la terminal al faro de Punta Carretas, mientras el entonces ministro Luis Alberto Heber arremetía contra la viabilidad del proyecto para puerto deportivo heredado del Frente Amplio para ese punto. “El hecho de que exista una terminal de Buquebus hace que pueda haber un canon que nos permita financiar lo que hoy no tiene financiación", justificó en 2020. 

También esa iniciativa se enfrió y a los meses cobró fuerza el ambicioso proyecto para el dique Mauá, lo que crispó los ánimos de un Buquebus que comunicó al gobierno su "malestar", al tiempo que Falero le salió al cruce a los pocos meses, alegando que "los operadores de ferries se tienen que remitir a lo suyo"

Con Mauá oficialmente descartado y ahora sí una iniciativa privada sobre la mesa, administrando las tensiones entre intereses corporativos, el gobierno se apresta a redefinir el rumbo. 

Recurso contra licitación por sistema de seguridad

El Tribunal de Cuentas observó el proceso licitatorio para adquirir un nuevo sistema de seguridad para pasos fronterizos por vía aérea, terrestre y fluvial, informó La Diaria.
El proyecto surgido de una iniciativa privada de Dafiway –que ya había naufragado en la administración de Larrañaga en el Ministerio del Interior y que volvió a la carga en alianza con Corporación América– recibió recursos de revocación interpuestos por Buquebus y Colonia Express, ambas empresas dedicadas al transporte fluvial de pasajeros.
Buquebus alegó que el "precio por servicio de seguridad" incluido en los pasajes supondría un "impuesto encubierto", transfiriéndole lo recaudado a la empresa encargada de la seguridad del sistema, "un tercero ajeno al contrato" con el pasajero. 
La empresa criticó también que se violaba "el principio de igualdad y diferenciación arbitraria" dado que el control fronterizo lo pagarían "únicamente" quienes "ingresen y egresen por vía fluvial", lo que a su entender no tenía "motivo razonable" e implicaría que a “personas con menos recursos" se les encarezca "significativamente el pasaje mientras que quienes viajan en avión y pagan "miles de dólares" no debían abonarlo.

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