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Nuevo Plan de Educación fijó metas cuantificables para pruebas PISA en lectura y matemática
Si bien la agenda educativa en 2020 parece haber sido tomada completamente por la pandemia –presencialidad sí, presencialidad no, brotes, comedores escolares, aforos, entre otros–, en la Ley de Urgente Consideración (LUC) se introdujeron cambios a 76 artículos de los 120 presentes en la ley de educación del 2008.
En campaña electoral, el ahora ministro de Educación Pablo Da Silveira sostuvo que elaborarían un Plan Nacional de Educación al principio del quinquenio en el que se fijen prioridades y metas. No sucedió al inicio del período, pero quedó legislado en la LUC y a principios de julio del segundo año de gobierno, el Ministerio de Educación y Cultura presentó su Plan de Política Educativa Nacional 2020 – 2025.
En las más de 35 páginas de lineamientos y definiciones, entre otros aspectos, el Poder Ejecutivo estableció una meta cuantificable en cuanto a los resultados de las pruebas PISA para las áreas de lectura y matemática.
Los resultados de la evaluación propuesta por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha sido un insumo constitutivo del argumento oficialista de que es necesario un cambio en la educación. En 2018, Uruguay lideró el podio continental en matemática con 417,6 puntos, en lectura quedó por debajo de Chile con 427,1 puntos y en ciencias obtuvo la misma posición con 425,8. Esto corresponde a Nivel 1, Nivel 2 y Nivel 2, respectivamente. La medición va del Nivel 1 (el más bajo, que según la disciplina luego se puede desagregar en 1A, 1B y 1C) a Nivel 6.
A pesar de estar en el podio a nivel continental, estos no son buenos resultados al compararlo con el promedio de la OCDE. El puntaje promedio de la OCDE en lectura fue de 487 puntos. Si bien la traducción entre los puntos y los niveles varía según la disciplina, a modo de ejemplo, en lectura Uruguay se ubicaría en un Nivel 2 en el panorama general con sus 427 puntos y el promedio de la OCDE en el Nivel 3.
Además estos resultados implicaron ampliar la brecha respecto al 2015, la edición anterior de las pruebas. En esa oportunidad Uruguay había obtenido en lectura 437 puntos (10 puntos más que en 2018) y el promedio de la OCDE era 490 puntos (tres puntos más que en 2018).
El Plan de Educación Nacional 2020 – 2025 se fija dos metas respecto a las pruebas PISA. La primera consta de bajar a 39% el porcentaje de jóvenes de 15 años por debajo del umbral de competencias definido por PISA (Nivel 2) en la prueba de lectura para el 2023. En 2018 el 41,9% de los alumnos uruguayos se encontraba por debajo del Nivel 2 en lectura.
La segunda meta es reducir a 47% el porcentaje de jóvenes de 15 años por debajo del umbral de competencias definido por PISA (Nivel 2) en la prueba de matemática para 2023. En 2018 el 50,7% de los alumnos se encontraba por debajo del Nivel 2 en esta disciplina.
¿Qué implican los niveles que alcanzó Uruguay?
Nivel 2 en lectura: "Los lectores en el nivel 2 pueden identificar la idea principal en un texto de longitud moderada. Pueden entender las relaciones o interpretar el significado dentro de una parte limitada del texto cuando la información no es relevante y el lector debe realizar inferencias básicas, y / o cuando la información está en presencia de alguna información que distrae. Pueden seleccionar y acceder a una página en un conjunto basado en indicaciones explícitas aunque a veces complejas, y localizar una o más piezas de información basadas en criterios múltiples, parcialmente implícitos. Los lectores en el nivel 2 pueden, cuando se les indica explícitamente, reflexionar sobre el propósito general, o sobre el propósito de detalles específicos, en textos de longitud moderada. Pueden reflexionar sobre características visuales o tipográficas simples. Pueden comparar reclamos y evaluar las razones que los respaldan en base a declaraciones cortas y explícitas. Las tareas en el nivel 2 pueden incluir comparaciones o contrastes basados en una sola característica en el texto. Las tareas reflexivas típicas en este nivel requieren que los lectores hagan una comparación o varias conexiones entre el texto y el conocimiento externo, basándose en experiencias y actitudes personales".
Nivel 1 en matemática: los alumnos "responden a preguntas que involucran contextos familiares donde toda la información relevante está presente y las preguntas están claramente definidas. Identifican información y llevan a cabo procedimientos de rutina de acuerdo a las instrucciones directas en situaciones explícitas. Llevan a cabo acciones que son casi siempre evidentes y se deducen inmediatamente de los estímulos dados".
La desigualdad
El promedio de los resultados obtenidos en las evaluaciones de comprensión lectora es de 427 puntos para Uruguay, que se ubica en el puesto 48° en un ranking de 79 países y economías. Pero si se dividen los datos por quintiles socioeconómicos, los resultados cambian notoriamente.
Aquellos alumnos que asisten a centros educativos del quintil 1 (más carenciados), obtienen, en promedio, 339 puntos en estas pruebas. Y los que asisten a liceos del quintil 5 (más ricos) obtienen 490 puntos. Es decir, en un mismo sistema educativo conviven dos realidades muy distintas y se diferencian geográficamente: por un lado están los que aprenden a nivel europeo y, por el otro, los que tienen resultados por debajo de cualquiera de los 79 países y economías evaluadas por PISA.
A pesar de que en estos últimos años se registró la mayor inversión en educación, esa brecha no ha registrado cambios desde la primera vez que Uruguay participó en PISA en 2003.
La Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP) nuclea aproximadamente el 80% de la educación en el país. En 2018, el entonces presidente del Codicen, Wilson Netto, afirmó que solo el 43% de los liceales termina el bachillerato, lo que ubica a Uruguay "en el nivel más bajo de la región".
