Luego de dos años en los que el coronavirus y sus restricciones asociadas golpearan con fuerza al turismo, la Semana Santa llegó a su fin con una evaluación “muy positiva” tanto de las autoridades del gobierno como de los operadores del sector. Al pasar raya, ambos destacaron el intenso movimiento y coincidieron que los últimos días dejan esperanzas para afrontar de ahora en más la recuperación.
La congestión en las principales rutas del país al caer la tarde del domingo coronó una semana que tuvo al turismo interno otra vez como protagonista, si bien la llegada de turistas desde el exterior también aportó lo suyo con casi 162 mil ingresos, un número que igualmente está bastante por debajo respecto a los niveles prepandemia (en 2019 hubo más de 238 mil arribos, según las cifras de la Dirección Nacional de Migraciones).
El viceministro de Turismo, Remo Monzeglio, dijo a El Observador que el nivel de ocupación durante los últimos siete días rondó el 90% en todo el país, algo que según el jerarca está “a la altura” de los mejores registros de otras semanas de vacaciones, a esta altura del año. La presidenta de la Cámara de Turismo (Camtur), Marina Cantera, indicó mientras tanto que se cumplieron las expectativas y que fue “una muy buena semana”, comparable de hecho con la de 2019, si bien algunos destinos tuvieron más concurrencia que otros.
Los lugares más elegidos por los turistas durante esta Semana Santa fueron las termas, lo que repitió el antecedente de otras oportunidades y por lo que Monzeglio se mostró satisfecho. “Es un destino que estamos potenciando cada vez más”, aseguró en diálogo El Observador. Según el jerarca, la afluencia en los complejos de Salto y Paysandú fue “muy alta” a lo largo de toda la semana.
El viceministro también pasó raya a la situación de otros destinos del interior que crecieron en comparación a años anteriores y que tuvieron una buena performance a lo largo de la semana: por ejemplo, destacó a Flores como un departamento que “ya no es una promesa turística, sino una realidad” en la que hubo “muchísima demanda”; al tiempo que aseguró que hubo “buena llegada” en Treinta y Tres y en Cerro Largo y que en Colonia “se triplicó el turismo interno” con una llegada en goteo, también, de algunos argentinos.
Según las cifras oficiales, unas 43 mil personas cruzaron a este lado del Río de la Plata pese a la diferencia cambiaria entre el peso uruguayo y el argentino.
La presidenta de la Camtur coincidió con la evaluación de Monzeglio respecto a los destinos más elegidos y si bien destacó que hubo “mucho movimiento” en todo el país, también subrayó que “no fue homogéneo” según la zona ni de acuerdo al día de la semana. En ese sentido, Cantera explicó que los destinos de la costa atlántica tuvieron un “repunte” a partir del jueves que salvaron las cuentas y cambiaron la perspectiva porque, hasta entonces, las ocupaciones “fueron un poco más magras”.
De hecho, para el gerente general del Grupo Solanas y presidente del Cámara de la Industria Hotelera Turística del Uruguay (Cihtu), Alejandro D’Elia, se notó claramente que hubo “dos Semanas Santas” en una. La primera fue “muy tranquila” desde el sábado 10 hasta el miércoles pasado donde hubo “menos movimiento de lo que se esperaba” y la segunda, a partir del jueves, donde se duplicaron la cantidad de reservas en el este.
Los días de turismo transcurrieron bajo un contexto pandémico bien diferente a los que tuvieron otros momentos importantes para el rubro, con una cantidad de casos de coronavirus activos casi insignificante en comparación a la que dejó, por ejemplo, la explosiva ola de ómicron de diciembre y enero que torció las expectativas de la temporada de verano.
Ahora, pocos días después del levantamiento de la emergencia sanitaria por parte del gobierno, hubo una serie de factores que según el subsecretario de Turismo se conjugaron para lograr una semana que dejó un buen gusto en las autoridades y los operadores. Entre la concatenación de sucesos, obviamente, uno de los elementos arriba de la mesa es el deseo de la gente de recorrer y hacer turismo, tras un largo tiempo donde la incertidumbre de la pandemia retrajo la actividad. Monzeglio consideró, a su vez, que jugó a favor el factor climático y el hecho de que el feriado por el Desembarco de los Treinta y Tres Orientales se moviera para este lunes, algo que en muchos casos estiró las vacaciones un poco más.
Otro de los puntos destacados por el jerarca y por la presidenta de la Camtur fueron la variedad de ofertas de festivales al norte del país, que convocaron a un alto número de turistas locales y extranjeros. Según Monzeglio, la Semana de la Cerveza en Paysandú “rompió todos los récord”, mientras que el Festival del Olimar en Treinta y Tres tuvo “una afluencia de público impresionante”. Para Cantera, ambas instancias ayudaron a traccionar mucho público hacia el interior.
En el caso de los extranjeros, el cierre de fronteras. En el caso de los locales, las reiteraciones una y otra vez a disminuir la movilidad. El sector turístico fue uno de los más castigados debido a la llegada de la pandemia al Uruguay, pero la Semana Santa que terminó da atisbos de que la situación, poco a poco, está volviendo a la normalidad.
La presidenta de la Camtur dijo a El Observador que estos días dan “esperanzas hacia adelante” y significan un “último envión” para un período donde, en muchos casos, el ritmo de trabajo baja y no se reactiva, en el mejor de los casos, hasta la llegada de la primavera. En ese sentido, Cantera consideró que “queda mucho por hacer” y recalcó que uno de los grandes desafíos por delante tiene que ser la recuperación de los turistas extranjeros, aún retraídos por un contexto de restricciones en algunos países y por un valor del peso que, en el caso de los vecinos, desfavorece su llegada.
Si bien la semana que pasó fue buena, lo que también subrayan los operadores es que todavía no alcanza para enmendar lo que significaron dos años con el sector a media máquina. “Hay que seguir trabajando porque no estamos recuperados”, consideró D’Elia, quien subrayó que se sigue necesitando la ayuda del gobierno porque el turismo “recién está saliendo de la pandemia”, algo en lo que, por cierto, Monzeglio está de acuerdo. Sin embargo, la expectativa del subsecretario es que la reactivación sea más rápida que en otros países por la cercanía con otros polos de gran población, como San Pablo y Buenos Aires.
En diálogo con El Observador, el viceministro dijo igualmente que la Semana Santa es “la prueba de que la estrategia de mantener los motores encendidos logró que, al reabrir el sector, todos pudieran tener demanda y trabajar”. Con un halo de entusiasmo por el futuro, Monzeglio concluyó: “estamos listos”.
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