Guido Manini Ríos, un general necesario en la batalla contra el Frente Amplio

Tras su relativamente exitoso bautismo electoral de 2019 cuando se quedó con el 11% de los votos, en los próximos comicios los cabildantes tienen el desafío de continuar creciendo en la aceptación popular o, al menos, evitar el comienzo de una caída que, dado los antecedentes, los puede llevar a tocar fondo.

Pero, antes de que una u otra cosa ocurra, sería un grave error tanto de blancos y colorados, como de los frenteamplistas, menospreciar el rol que Manini Ríos puede cumplir cuando la gente tenga que decidir si le renueva el crédito al oficialismo o si vuelve a confiarle el gobierno a la izquierda.

Es probable que los hechos ocurridos en las últimas semanas -que incluyeron la amenaza de Cabildo Abierto de abandonar la coalición luego de que el presidente Luis Lacalle Pou destituyera a la ministra de Vivienda y esposa de Manini Ríos, Irene Moreira, por otorgar a dedo una casa a una militante cabildante- suponga un golpe para la credibilidad de ese partido en una parte del electorado.

En cualquier escenario, Manini tal vez sea el candidato con las condiciones precisas para disputarle al Frente Amplio un puñado de votos mayormente domiciliados en las zonas más pobres de Montevideo; votos que suelen fluctuar sin demasiada coherencia ideológica y que, eventualmente, se pueden convertir en decisivos para volcar la balanza en 2024.

Ya en las elecciones de 2019 Cabildo le peleó al Frente Amplio el terreno de los asentamientos irregulares y sus adyacencias, donde muchas banderas tricolores fueron desplazadas por las amarillas y moradas de la fuerza de Manini.

Se sabe que en esos barrios marginales, -en los que, según datos de Un Techo para mi país de 2019, residen unas 200 mil personas-. en las últimas décadas las preferencias fueron mutando casi siempre a favor de caudillos de fuerte personalidad: desde el colorado Jorge Pacheco Areco, pasando por los frenteamplistas Tabaré Vázquez y José Mujica, y arribando a este presente en donde parte de los pobres apuestan sus esperanzas a Manini.

El exgeneral lo sabe y las suelas de sus zapatos ya han pisado las baldosas casi inexistentes de la periferia. "Los barrios más carenciados de Montevideo, Canelones y Ciudad del Plata en San José son para nosotros lugares con especial prioridad, porque ahí tenemos un fuerte potencial de votantes y es donde votamos mejor", declaró Manini Ríos a El Observador mientras recorría el barrio Santa María cerca de Piedras Blancas. "Ahí va a estar el quid de la elección, donde tenemos que hacer nuestro principal esfuerzo", advirtió el líder de Cabildo Abierto. Y no le falta razón

En una nota publicada el 29 de julio de 2019 en El Observador titulada “El voto cantegril: una incógnita que los candidatos deben descifrar”, el politólogo Eduardo Botinelli señaló que quien logre captar e interpretar los reclamos de los cantegriles tendrá un plus electoral innegable. “Es un electorado nada desdeñable y a la vez son los menos interesados en la política. Suelen buscar referentes que les despierten esperanzas y les ofrezcan soluciones concretas. Allí se hizo fuerte Mujica, ahí estuvieron los primeros focos de apoyo a (Edgardo) Novick que luego se apagaron, y ahora parece estar haciendo pie Sartori”, dijo el director de la empresa Factum cuando Cabildo Abierto daba sus primeros pasos.

Ya sentados sus reales entre la desesperanza del pobrerío, Manini Ríos se da incluso el lujo de correr por izquierda al Frente Amplio achacándole acciones equivocadas y olvidos imperdonables. “En este país hubo dineros suficientes para terminar, por ejemplo, con algo que nos golpea los ojos a todos, que son los asentamientos irregulares. En cambio se priorizaron otras cosas que supusieron un despilfarro. Acá se habló durante décadas de los latifundios y del problema de la concentración de la tierra y nunca se concentró tanto la tierra como en los años frenteamplistas. Se habló siempre de las grandes riquezas, de la concentración del capital y se propició la concentración del capital, se favoreció a las superficies, las redes de farmacias (…)”, declaró el senador a Búsqueda

Más allá de este presente en el que las relaciones en el bloque oficialista son un tanto asfixiantes, es dificultoso conocer ahora qué harán los votantes en los comicios de 2024. Como fue dicho, el efecto Manini quizás empiece a perder efervescencia tras el auspicioso bautismo electoral. Pero también es posible que desde el ala derecha de la política se convierta, paradójicamente, en la persona indicada para captar en los cantegriles esos pocos miles de votos que en el balotaje pasado marcaron la diferencia entre los triunfantes multicolores y la derrotada izquierda. Blancos y colorados deberían tomar nota de ello. Y el Frente Amplio también.