Helen Mirren, realeza en el cine

El estallido de la revolución rusa en 1917 obligó al diplomático Piotr Mironoff, que en ese momento estaba en Londres negociando una venta de armamento, a quedarse a vivir en Inglaterra. Se hizo taxista y recibió allí a su esposa e hijo, Vasili, quien años después se casaría con una inglesa y tendría una hija llamada Helen.

Vasili y su familia cambiarían su nombre durante la década de 1950, dándole así el apellido Mirren a una de las actrices más destacadas y reconocidas del cine y el teatro británico.

Helen Mirren, quien mañana cumple 70 años, es una dama y no solo por su elegancia, sino que de forma legal. En 2003 recibió el título de la Orden del Imperio Británico por su aporte a la actuación de manos de la reina Isabel II, a quien tres años después interpretaría en la pantalla grande. Por ese papel recibiría en 2007 su único premio Oscar, que se une a los dos Globos de Oro, los cuatro Emmys y al premio Tony recibido en 2015, entre otros galardones que acumula.

Formada en la escuela de teatro shakespereano de la que han surgido otros importantes actores ingleses, la carrera de Mirren tiene la particularidad de que fue premiada por interpretar a las dos reinas Isabel: a la llamada "reina Virgen" la encarnó en televisión y a la actual monarca británica la llevó al teatro, como si hubiera nacido para ponerse en la piel de la realeza.

Al igual que Isabel I, Mirren no tuvo hijos por decisión propia. La postura de la actriz en contra de tener niños es parte de su público feminismo.

Mirren ha sido una de las voces que se han quejado con mayor intensidad sobre el sexismo imperante en Hollywood, que limita los papeles que una mujer de mediana edad puede recibir y también genera que cobren menos que sus contrapartes masculinas.

De hecho, Mirren tuvo una experiencia directa con el sexismo en una época diferente, en la que estaba aún más presente que ahora. En los años 1970 fue entrevistada en televisión por Michael Parkinson, quien en un momento le preguntó como una mujer como ella, "promiscuamente erótica" podía ser considerada una actriz seria. Esa entrevista la marcó de por vida. El año pasado defendió su postura al respecto afirmando: "Ser poderosa es mucho más interesante que ser linda", a lo agregó que la situación actual de Hollywood es "ridícula y molesta".

De cualquier modo, Mirren se mantiene como uno de los máximos ejemplos de una belleza que desconoce el paso del tiempo. No en vano el año pasado fue la cara de la campaña "edad perfecta" de L'Oréal.

Por lo pronto, y a pesar de lo que ella diga, sigue siendo considerada una mujer elegante, con un estilo propio y que demuestra que el paso de los años no tiene que ser un condicionante. Además, no parece estar dispuesta a retirarse, con una película en cartel (La dama de oro) y dos más en camino a estrenarse entre este año y comienzos de 2016.

La reina (2006). No se puede evitar hablar de esta película, que le valió un Oscar (entre otros premios) interpretando a la reina Isabel II.