Julio Benelli fue jugador del club y desde hace años trabaja en la utilería<br>
Los cajones donde se guarda la ropa para lavar<br>
Federico le entrega una manzana a los jóvenes que culminaron de entrenar<br>
La computadora donde se anota la ropa que se le entrega a cada jugador<br>
Los canastos donde los jugadores se llevan la ropa<br>
Federico pone la ropa a lavar<br>
La camiseta de Parque del Plata que es filial de Huracán<br>
Cacho, el utilero de Huracán con su hijo Federico<br>
Las camisetas de Huracán del Paso de la Arena<br>

Fútbol > UN VIAJE AL CORAZÓN DEL FÚTBOL

Huracán, el club donde conocen la lucha de Jorge García

El exquisito futbolista que tiene una fuerte historia de vida, dejó su marca en una utilería llena de amor y sacrificios por el club del Paso de la Arena
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18 de diciembre de 2017 a las 05:00
La pelota depositada en el punto medio de la cancha. La mayoría de los jugadores estaba en otra. Y de pronto, lo inesperado. Un zurdazo seco, largo. La pelota que viaja. Todos la acompañan con la mirada. Entre ellos el joven Federico, utilero de Parque.

El botija, que andaba haciendo sus primeras armas en el fútbol de la C (actual Segunda Divisional Amateur) con la utilería de Parque del Plata, fue testigo de un gol increíble.

Cuando le dijeron quién había marcado el gol no lo podía creer: "¿Jorge García?", preguntó Federico. "Cuando me dijeron Jorge García dije: 'Pah, tas loco, no lo puedo creer'. ¡Qué jugador!", rememoró.
Por aquellos tiempos Jorge estaba pasado de peso y jugaba de enganche en Parque, que es filial de Huracán del Paso de la Arena. Pasó un tiempo y Huracán necesitaba un volante. No dudaron. El presidente Álvaro Khalek fue a hablar con García.

Chiquito Benelli, el papá de Federico, ya había repartido la ropa para el entrenamiento de Huracán. Comenzó la práctica y a la distancia vio a aquel muchacho pasado de peso. "Yo a este lo conozco", me dije. "Después me di cuenta. Lo conocía de cuando jugaba en Danubio porque miraba el fútbol como todos, y sabía quién era Jorge García".

Aquel fue el primer contacto de Julio Benelli, el utilero de Huracán del Paso de la Arena, con un jugador de extraordinarias condiciones que jugó en la selección, estuvo a punto de ser fichado por Chelsea y que luego tuvo una historia de vida muy fuerte, que incluyó parricidio y su posterior internación en el hospital de Vilardebó.

"Acá me conocen por Cachito –dice el utilero– porque jugué al fútbol en el club. Empecé en 1975 en la Extra con 15 años, luego en la C. Jugué hasta 1980. Soy del barrio. Jugaba de lateral y si faltaba el back me ponían ahí. La C era de hacha y tiza", contó en charla con Referí.

"Un día estaba en casa y fue el presidente Álvaro Khalek con Jorge Álvarez a buscarme para ver si quería arrimarme porque precisaban un equipier. Ya hace cinco años que estoy acá. Empecé con Miguel Puppo como entrenador. Arranqué de cero y ahí me las fui arreglando".

Un tal García

Con el paso del tiempo Chiquito se encontró con Jorge García en el club. Fue inesperado.
"Cuando llegué no había firmado contrato y yo le daba para adelante. Anduvo con ganas de largar, estaba gordo, pero la verdad que le puso unas ganas bárbaras. Yo le decía 'vamos arriba Jorge que vos podés'", comenzó diciendo el utilero.

"Cuando llegó vino con una mano atrás y otra adelante. Es tremendo muchacho".
Benelli dice que cuando hay asado en el plantel comparte algún truco con Jorge. En alguna que otra oportunidad charlaron. Y salió el tema del frustrado pase a Chelsea.

"Yo me acordaba que había estado por el Chelsea. Le pregunté y me contó que en esa época andaba en lo bailes y está arrepentido de eso. Habla mucho con los gurises y trasmite las que pasó", dijo Chiquito.

Su hijo Federico, mientras acomodaba unos shores, acotó: "Tremendo trato tengo con él, flor de persona. Para mi es el uno acá. Me contó que anduvo por el Chelsea, que llegó, le hablaban en inglés y no entendía nada".

Ambos dicen que Jorge habla permanentemente con los botijas de la Cuarta División.
"Yo ya sabía la historia de lo que le pasó. El presidente lo arrimó y lo veo bien eso. El muchacho es bien, lo quieren mucho acá. Termina la práctica y va al hogar. Tienen un lavadero en el hogar y Jorge trabaja allí. Todos los primeros días de mes va al médico. Yo he hablado con él de muchas cosas y me alegra verlo bien", contó Chiquito.

Puppo, un fenómeno

Chiquito Benelli contó: "Antes estábamos en el Complejo Medina y se dejaban todas las cosas ahí. Luego estuvimos en la cancha de Huracán hasta que nos vinimos para acá (la casa del presidente). Este año tenemos lavadero. Ropa siempre hubo acá, equipos para entrenar siempre tuvimos. Cuando yo jugaba no te daban ropa. La camiseta se la llevaba el club. Cuando terminabas de jugar entregabas todo".

Cuando comenzó a trabajar, el primer DT fue Miguel Puppo, de quien no olvida sus gritos y bromas.
"Puppo de repente te gritaba y yo no sabía si era en serio o en broma. Me agarraba una bronca. Una vez me empezó a gritar y le dije 'no me hablés mal, te respeto, pero hablame bien'. Después me hice amigo y andábamos juntos", recordó.

Chiquito da paso a las anécdotas con Puppo. "Era un personaje. Sabía hablar al jugador. Fumaba como loco, sobre todo de noche, yo lo acompañaba. Se quedaba anotando, anotaba mucho los días previos al partido. Cuando estaban todos acostados, durmiendo, me llamaba y me servía una copita. Llevaba una petaca en un bolsito. Yo lo acompañaba. Un fenómeno".

Anécdotas

Alberto Silva
El utilero de Huracán recuerda que el año que estuvo Puppo como entrenador había un buen equipo. "Ese año hubo buen cuadro. Había buenos jugadores, Nelson Semperena, Marcelo Méndez, el golero Melián, después vino Vigneri, Alberto Silva aquel que jugó en Nacional que pintó notable. Jugaba bien, pero si no te cuidás... A veces andaba un partido de novela y al otro andaba muerto".

El bandido del Lolo
Chiquito Benelli no olvida a Marcelo Méndez y Fabián Estoyanoff que se iniciaron en el club. "Marcelo Méndez es del Paso de la Arena lo vi jugar en el baby fútbol. Empezó acá. Igual que el Lolo Estoyanoff. Lo llegué a ver, era vecino mío y lo llevaba el abuelo a practicar. Le gustaba pisar la pelota, era bandido en la cancha. A Adrián Colombo lo dirigí yo en el baby fútbol donde estuve un año como técnico".

La ropa de Marroco

"Con el que tenía más afinidad era con el golero Marroco. No teníamos lavadero y yo le llevaba los zapatos y la ropa a casa para poner todo en el lavarropas. Su ropa se la llevaba aparte porque tenía de todo y me daba unos mangos aparte".

Campera de Pablo

El utilero de Huracán del Paso de la Arena recordó el día que se armó terrible revuelo con una campera de Pablo Hernández. "A mí, en estos cinco años que estuve en la utilería, nunca me faltó nada. Una vez a Pablo Hernández le llevaron la campera en la cancha de Villa Española. Era un equipo Adidas y sin querer un botija se la llevó. Pah, un escándalo se armó".

Un día en ómnibus

Chiquito fue utilero de la selección de la B en una gira que realizaron por Paraguay. "El técnico era Alberto Quintela y me llevaron. Estuvimos 15 días en Asunción. Fue mi primera salida al exterior, en ómnibus. Fueron 26 horas de viaje. No saben lo que fue, no llegábamos más. ¡Un calor!".

Los zapatos

"Recién este año estoy agarrando los zapatos de los jugadores, no los agarraba porque no tenía lugar donde dejarlos. Ahora agarro zapatos, championes, para limpiarlos. Vengo de mañana temprano, lavo la conservadora, pongo el agua que llevamos, las pelotas, le pido los chalecos a mi hijo. Recién ahora tenemos la utilería acá. Antes andaba yo solo para todos lados".

Carácter especial

"Para andar con los jugadores hay que tener un carácter especial, a veces me caliento, pero hay que saber manejar el tema. No es solo darle la ropa, a veces hablo con alguno si lo veo medio caído. Lo apoyo, con palabras de aliento. Yo siempre estoy ahí, al firme. No les falta nada. Yo vengo siempre, incluso cuando entrenan los dos o tres que no están citados y vienen a moverse. Yo voy con ellos a la práctica".

Todo por el cuadro

El hijo del presidente de Huracán FC, Gonzalo Khalek, contó que cierta tarde, llegaron los equipos deportivos nuevos de Parque del Plata. Al otro día jugaban y se repartieron sin anotar nada. "El equipo tenía que salir para Rocha, repartieron y al otro día faltaron como seis equipos. Ese día tuve que manejar, cociné, jugué y me vine de regreso manejando", reveló a Referí.


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