En medio de la pandemia, tras llegar a un acuerdo con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto por transferencias, con incertidumbre sobre qué pasará con los programas de otros ministerios y en el inicio de la campaña electoral, las intendencias comienzan a pasar raya de la gestión económica de los últimos cinco años. El déficit acumulado de algunos gobiernos departamentales, que suele acumular años de arrastre, ha sido enfrentado de diversas maneras con distintos resultados y son pocos los que logran tener superávit.
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