La justicia procesó este jueves a los militares retirados José Nino Gavazzo, Jorge Silveira, Mario Aguerrondo, Ernesto Rama, Rudyard Scioscia, Mario Frachelle, Mario Cola, por delitos cometidos en el centro de detención "300 Carlos" ("Infierno Grande") y en el Batallón de Infantería N°13 durante la dictadura militar, informó Subrayado. Aguerrondo, Scioscia, Frachelle y Cola fueron procesados con prisión por primera vez, mientras que los demás represores –Gavazzo, Silveira y Rama– ya tenían condenas de la Justicia por otros crímenes de lesa humanidad que cometieron en ese período.
En esta instancia, a los procesados les cabe el delito de "abuso de autoridad y privación de libertad" y fueron investigados a raíz de denuncias de personas que estuvieron detenidas en ambos centros y que sufrieron torturas por parte de estos militares, dijo a El Observador el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe.
El centro de detención 300 Carlos fue un centro de detención y tortura clandestino que funcionaba en Instrucciones y Casavalle, contiguo al Batallón de Infantería Nº 13. Ahí, según datos de la Secretaría de Derechos Humanos para el pasado reciente, entre noviembre de 1975 y enero de 1977 desaparecieron ocho detenidos en el lugar: Eduardo Bleier, Juan Manuel Brieba, Fernando Miranda, Carlos Arévalo, Julio Correa, Otermín Montes de Oca, Julio Escudero y Elena Quinteros. "Las investigaciones por esas desapariciones todavía continúan y estas insertas en otras causas penales", explicó Perciballe.
Ángeles Michelena, una de las integrantes del colectivo Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos –esposa de Rubén Pietro y hermana de José Michelena, ambos desaparecidos–, recordó, en una nota con El Observador en 2019, el funcionamiento de este centro, del que se conoció a medida que algunos detenidos quedaron libres. "Fue un lugar que se caracterizó por la represión, presos políticos que entraban y salían, y otros que fueron procesados y enviados a cárceles militares", explicó
La coordinadora de investigación histórica de la Secretaría de Derechos Humanos, Fabiana Larrobla, estimó, en aquella oportunidad, que pasaron por el centro más de 500 uruguayos, en su mayoría militantes del Partido Comunista y del Partido Por la Victoria del Pueblo. Además dijo que podían pasar días o meses antes de que fueran trasladados a otras dependencias militares.
El libro Investigación histórica sobre la dictadura y el terrorismo de estado en el Uruguay del actual decano de Humanidades, Álvaro Rico, cataloga al 300 Carlos como uno de los lugares clandestinos de detención más grandes en la época, también denominado "infierno grande" o "la fábrica", y cita testimonios de torturas ocurridas allí, como la de una estudiante de Medicina. "Llegué ya vendada al 300 Carlos y luego supe que era un cuartel, el 13, en la calle Instrucciones. Allí estuve cinco meses y medio, mi esposo seis meses. Plantones, submarino, caballete, colgadas, golpes, picana combinada con el caballete –mi esposo escuchando mis gritos, lo paraban cerca de mí para eso–", relató.
El lugar lo componen dos predios: en uno funcionaba el Batallón de Infantería Blindado Nº 13 y en el edificio contiguo se encontraba el Servicio de Material y Armamento. En esa época, ambas instalaciones estaban unidas por el fondo, donde se ingresaba al centro de detención clandestino que funcionó en el galpón número cuatro. Uno de los procesados, Mario Aguerrondo, supo ser el jefe del Batallón cuando estas torturas ocurrían tanto dentro del centro como en el edificio contiguo.
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