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La actuación de Uruguay en los Juegos Panamericanos bajo lupa
Uruguay cerró el domingo unos Juegos Panamericanos para la historia al elevar considerablemente la media de medallas obtenidas con nueve podios (un oro, cuatro platas y cuatro bronces) y también aumentar notoriamente el nivel de competencia en la mayoría de los deportes en los que se presentó.
Estas nueve medallas superan con luz las cinco ganadas en Toronto 2015 y solo son superadas por las 12 que Uruguay ganó en San Pablo 1963 donde cuatro de ellas fueron doradas. Aquella fue la mejor actuación de la historia para la celeste.
Por cantidad de medallas de oro, que eso es lo que posiciona a los países en los medalleros de este tipo de eventos, Uruguay logró su cuarta mejor actuación siendo superado además de por la edición de 1963, por la de Indianápolis 1987 (dos oros, una plata y cuatro bronces) y la de Santo Domingo 2003 (dos oros, ambos de Milton Wynants, una plata y cinco bronces).
Pero considerando que estos eventos son cada vez más competitivos y donde clasificar ya es de por sí muy complejo, los números finales de Lima 2019 realzan la actuación uruguaya.
Las medallas son un indicador de la actuación. Pero no es un patrón absoluto.
De todos modos, el oro ganado en el cuádruple par de remo por Leandro Salvagno, Martín González, Marcos Sarraute y Bruno Cetraro -abanderado de la ceremonia de clausura- quedará en la historia como una de las 13 medallas que Uruguay tiene en sus 17 ediciones disputadas en Juegos Panamericanos. Esa actuación fue la más sobresaliente por la forma en que se impusieron a Argentina y por haber superado también a potencias como México, Cuba y Estados Unidos. Eran solo cuatro botes, pero Uruguay es muy chiquito al lado del potencial de esos países en remo. Pero hay oros donde las infraestructuras y niveles de apoyo quedan de lado cuando se rema con el alma.
Además de las medallas ganadas, Uruguay quedó a un paso del podio en varios deportes. En el fútbol perdió el bronce contra México y en la clase laser radial de yachting, donde Dolores “Lola” Moreira entró a la medal race tercera pero salió última y cayó al cuarto puesto.
También fueron cuartos el nacra 17 de Pablo Defazio y Dominique Knuppel aunque entraron a la medal race sin chances de ganar medalla. Mejor que su posición fue haber alcanzado el objetivo que fueron a buscar: superar a Chile, Guatemala y Perú para clasificar a los Juegos Olímpicos.
Antes de los Juegos, en el Mundial de Japón, se había clasificado Moreira que se fue con la decepción de la medalla que se le escurrió en la última regata.
¿Qué le pasó? La complicaron las jornadas de mucho viento, particularmente la última donde tumbó. Con viento escaso sacó diferencias y llegó a liderar las dos primeras jornadas. Lo positivo es que la espalda, lesionada a principio de año, respondió bien.
Sebastián Delgado fue cuarto en el K1 1.000 de canotaje demostrando un gran nivel.
La pelota vasca disputó dos bronces y los perdió: Brian Ramírez en frontón y Lucas Rivas con Facundo Guichón en trinquete pelota de goma masculino. Camila Naviliat y Jimena Miranda volvieron a lucirse con la medalla de plata, algo que ya habian logrado en Guadalajara 2011.
Otro que fue cuarto fue Santiago Catrofe en los 1.500 m. Se trata de un nuevo valor, formado en España y que venía de batirle el récord nacional a Ricardo Vera.
Déborah Rodríguez y Emiliano Lasa ganaron, como en Toronto, dos medallas de bronce. Rodríguez se mandó un carrerón en 800 m logrando su segunda mejor marca personal al tiempo que Lasa compitió sin estar 100% recuperado de una lesión y no pudo superar los ocho metros, pero su categoría le dio para subir al podio.
Lorena Aires y Eduardo Gregorio no lograron mejorar sus registros, algo que no es sencillo. El entorno de un Juego Panamericano es completamente distinto a la realidad que vive un deportista en el solitario plano local. Además, el factor psicológico juega su parte cuando una vez cada cuatro años todos los ojos se posan sobre deportes y deportistas que normalmente pasan ignorados.
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Muchos récords
Si de récords nacionales batidos se trata, Uruguay se trajo una muy interesante colección de mejoría.
En atletismo mejoró su récord nacional Pia Fernández en 1.500 m con (4.10.93) y en natación Martín Melconian en 100 m pecho (1.01.89), solo 16 días después de hacer lo propio en el Mundial de Gwangju. A los 29 años, el nadador radicado en España dio una categórica muestra de vigencia.
En tiro, en la modalidad rifle de aire 10 metros, Rudi Lausarot batió el récord nacional (595 puntos) en una prueba donde se clasificó a la final y terminó sexto.
Un récord más grande, el panamericano, batió Julieta Mautone que fue cuarta en pistola de aire 10 metros con 568 puntos. Fue otra que quedó en la puerta del podio con gran actuación con apenas 19 años.
En la otra modalidad que compitió, pistola de 22 a 25 metros (tiro deportivo), logró su mejor marca personal sin poder pasar a la final (fue 11º entre 31).
Otro que en este deporte estuvo cerca de pasar a la final fue Franco González cumpliendo una buena actuación en un deporte donde Uruguay tiene un desarrollo muy precario tanto en infraestructura como en cantidad de competidores.
Jonathan Ayala e Ignacio Hernández estuvieron lejos en el contexto panamericano.
En pesas, un deporte en el que Uruguay está en el fondo de América, los competidores bajaron cuatro récords nacionales. Sofia Rito lo hizo en arranque (73 k) y en el total olímpico (163 k) en su categoría de -55 k. Enrique Juanicó, en -96 k, rompió el récord de arranque con 132 k, mientras que Rodrigo Marra, en -109 k, impuso un nuevo registro en envión con 164 k.
Mejoraron sus marcas personales Nicolás Cuestas en maratón (2.13.59) y Nicole Frank, de 15 años, en 200 m libre (2.09.97). Enzo Martínez nadó muy bien el 50 m libre quedando segundo en la final B. Micaela Sierra, también de 15 años, nadó por encima de sus marcas y las dos veces olímpica Inés Remersaro no repitió actuaciones precedentes y estuvo lejos de sus marcas.
En triatlón, Federico Scarabino logró la mejor actuación de un triatlonista uruguayo en el evento con un 21º puesto.
El beach volley, Mauricio Vieyto y Marco Cairús fueron sextos pero protagonizaron un brillante torneo jugando con molestias físicas ambos a partir del primer partido. En el camino le ganaron a duplas de Cuba y Brasil perdiendo apenas con Argentina el pase a semis.
Es muy importante analizar el rendimiento más allá del resultado. Y eso aplica también a los casos exitosos como el del boxeador Lucas Fernández ganador de medalla de bronce en el peso gallo (-56 k) ganando un solo combate contra un pugilista de Guyana (Keevin Allicock) y perdiendo el otro contra Duke Ragan de Estados Unidos.
Si de competitivos se trata Fabiana Granizal fue octava en la prueba de ruta en un deporte como el ciclismo que en Uruguay tiene en la rama femenina un escaso o nulo desarrollo porque no hay calendario ni estructuras para desarrollar los talentos juveniles que surgen. Pablo Anchieri estuvo más lejos en varones y ambos no pudieron destacar en la prueba de pista, la omnium.
Los deportes ecuestres sostuvieron su crecimiento mostrado en los últimos años. Agustina Bravo fue la mejor en adiestramiento, Lucía Chieza la única que completó la prueba completa y en salto Juan Manuel Luzardo y Raúl Guarino llegaron a la última instancia de competencia metiéndose entre los 20 mejores.
Juan Álvarez, único uruguayo profesional, fue el mejor en golf terminando octavo.
Víctor Rostagno y Pierina Cedrés no lograron meterse en finales por aparatos y quedaron como reservas en all-around en la competitiva gimnasia artística panamericana.
En remo, Leandro Rodas y Martín Zócalo ganaron la final B del doble par peso abierto. En el debe quedó Sabrina Díaz que llegó apenas a dar el peso para competir en su single femenino por un problema de alimentación en Lima.
Los deportes colectivos
En otras ramas colectivas, el hockey sobre césped femenino se mantuvo en el quinto puesto goleando a México (4-0) pero viendo cómo Chile y Canadá se le despegaron (derrotas 5-0). Uruguay tiene mucho talento. Lo que no tiene es cancha de agua, superficie en la que se juega a nivel mundial mientras en casa los sintéticos son de arena y por ende, el juego más lento.
Mientras, el básquetbol masculino, con un elenco joven y muy renovado, terminó sexto ganándole a México y plantándole cara a Venezuela y –durante tres cuartos– a República Dominicana.
El básquetbol 3x3 femenino, que sufrió una lesión un día antes del debut, terminó sexto y último perdiendo todos sus partidos. Lo importante en este caso, teniendo en cuenta el desarrollo incipiente de este deporte pero la aparición de una camada juvenil muy buena y promisoria, es haber dado este primer paso.
El rugby fue de lo más flojo al perder por goleada contra Canadá y Argentina y caer también con Jamaica. Solo le ganó a Guyana. Esto debe mover a una revisión de cuál es el rol que juega el seven en Uruguay. En 2019 quedó claro que solo fue plataforma de desarrollo para el XV que este año tiene Mundial.
En resumen, Uruguay fue mucho más que las nueve medallas ganadas. Mostró una superación muy marcada en varios deportes con las ventajas que da tradicionalmente contra sus pares de América, tanto en lo demográfico como en el grado de inversión en el deporte.
