El proyecto es una vía rápida para ampliar la oferta de pescado en la isla de 11 millones de habitantes.

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La acuaponía se presenta como una alternativa ante la escasez de pescado fresco en Cuba

La técnica, que combina la producción de peces y plantas, permite a dos emprendedores cultivar cada año 12 toneladas de tilapias, una especie altamente nutritiva
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27 de octubre de 2023 a las 05:03

Lo que parece una cruel ironía tiene su explicación, además de algunas consecuencias obvias y otras inesperadas.

Cuba tuvo en su plataforma marítima un enorme potencial pesquero que sobreexplotó hasta la década de 1990. Además, embargo estadounidense mediante, la falta de repuestos y combustibles mantiene desde 2002 prácticamente paralizada su flota. Hoy, conseguir pescado fresco en la isla es una tarea casi imposible, un plato al que sólo pueden acceder los turistas por sus precios prohibitivos.

"Aquí tenemos en estos momentos dos especies: la tilapia roja, que es la más vistosa y atractiva al plato del consumidor, y la tilapia negra", explica José Martínez, después de arrojar puñados de pienso a los alevines que suben a la superficie del estanque para alimentarse. Con su socio, Joel López, cultiva cada año 12 toneladas de ambas especies mediante acuaponía, lo que les permite vender pescado fresco a los habitantes de la isla.

Con un préstamo gubernamental y sus ahorros, estos dos emprendedores, ambos abogados de 35 años, dejaron los tribunales y comenzaron a levantar hace dos años su negocio privado, JOJO Acuapónico, en Barbosa, un barrio de la periferia de la capital del país.

“La acuaponía es una técnica que combina el cultivo de peces y plantas. En un sistema cerrado, el excremento de los primeros nutre a las plantas, que a su vez devuelven el agua limpia y segura a los peces”, dice Martínez.

En lo que fuera un solar yermo construyeron 12 estanques de 20 metros cúbicos cada uno, de los que extraen anualmente las 12 toneladas de pescado que venden. Cuando terminen el proceso de inversión en sus tres casas de cultivo, estiman que podrán cosechar unas 36 toneladas de vegetales.

“Nuestras tilapias alcanzan la talla comercial de 400 gramos en seis meses, 12 meses menos de lo que tardan en lograrla los ejemplares que se cultivan en los embalses del país mediante el método de acuicultura extensiva que impulsa el gobierno”, afirma López.

López y Martínez defienden su proyecto como una vía rápida para ampliar la oferta de pescado en una isla de 11 millones de habitantes, que enfrenta su peor crisis económica en tres décadas, con escasez de alimentos, medicinas y combustible.

"Nuestra idea es llevar este conocimiento a todo el que quiera producir pescado mediante la técnica de la acuaponía, una solución viable y sostenible", comenta López.

Por sus condiciones naturales y la sobrepesca, Cuba tiene en su plataforma marina un potencial pesquero de unas 12.000 toneladas anuales, según los datos oficiales. Sin embargo, esa cifra no se ha obtenido en los últimos tres años por la falta de motores para los barcos y de combustible, dijo recientemente en la televisión local el ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino.

Para captar divisas, Cuba exportó en 2022 productos del mar por US$ 54 millones de acuerdo con cifras oficiales. Antes de la crisis económica de la década de  1990 que generó la caída del bloque comunista soviético, el país disponía de una flota que garantizaba en aguas internacionales la captura de unas 100.000 toneladas de pescado, que los cubanos compraban a precios subsidiados.

Desde 2002, la flota quedó inactiva. Fue entonces que Cuba se vio obligada a importar pescado y a potenciar la acuicultura, la única vía que tiene actualmente para alcanzar "incrementos" en el consumo de pescado, según Sobrino.

No obstante, la falta de divisas, que el presidente Miguel Díaz-Canel definió recientemente como el "problema fundamental del país", forzó a la acuicultura cubana a transformar su plan de desarrollo intensivo en extensivo, reduciendo sus rendimientos. Según datos oficiales, entre 2018 y 2022 el cultivo de clarias, otra especie de agua dulce, cayó de 6.286 a 1.355 toneladas. Además, la producción agropecuaria registró una caída del 35% entre 2019 y 2023.

Frente a esta situación, en julio pasado, el viceprimer ministro Jorge Luis Tapia propuso a los cubanos cultivar peces en sus patios, una práctica que se generalizó durante la crisis de la década del 90, pero que esta vez provoca escepticismo. "Vamos a llevar la acuicultura a las familias. Tenemos que hacerlo", dijo Tapia.

Para estimular al sector, el gobierno aprobó en 2019 una nueva Ley de Pesca, que flexibiliza la actividad y permite a los pescadores la venta directa de sus capturas. En este contexto, pequeños negocios privados han empezado en los últimos meses a comercializar el pescado que obtienen a través de pescadores individuales, pero sus elevados precios impiden que la mayoría de los cubanos tengan acceso a este mercado.

López y Martínez son optimistas. Mientras siguen adelante con la acuaponía también trabajan en la construcción de una pequeña fábrica para elaborar alimentos. "Esta experiencia debe multiplicarse", sentencia Martínez.

(Con información de AFP)

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