La caja de ahorro de Peñarol

Cuando Barcelona hizo ayer oficial la transferencia de Santiago Bueno, los hinchas de Peñarol se quedaron con el gusto amargo de ver cómo otra promesa se va sin debutar oficialmente en el primer equipo. Las últimas grandes ventas de Peñarol le dieron al club mayor rédito económico que deportivo, ya que tres de las cinco mejores transferencias se fueron sin debutar en Primera en partidos oficiales.

Sin embargo, la realidad marca que en dos años Peñarol colocó joyas en dos potencias europeas, como Real Madrid y Barcelona.

Ante ese escenario las preguntan se imponen. ¿Cómo es la red de captación? ¿Cómo llegaron Valverde y Bueno a Peñarol?

Juan Ahuntchain, Jorge Gonçálves y Néstor Gonçálves, tres nombres claves en el esquema de juveniles de Peñarol dan sus respuestas para Referí.

"Cuando vine a Peñarol, Valverde y Bueno estaban en Séptima división. Ellos hicieron todo el proceso formativo en el club y de forma paralela con la selección. Eso los tiene muy identificados con el club aunque no se los pudo disfrutar en el primer equipo", dijo Ahuntchain a Referí sobre las joyas de la Generación 1998, entre los que hay que incluir a Diego Rossi, quien ya debutó en Primera.

Peñarol tiene una red de captación a nivel nacional distribuido en dos zonas: Montevideo y el interior. En Montevideo trabajan cuatro captadores, mientras que todo el interior es coordinado por Néstor Gonçálves aunque en una tarea colectiva, según afirma el propio Gonçálves a Referí: "Cuando es necesario por los partidos o los horarios nos ayudamos en equipo. Tratamos de tener intuición producto de la experiencia. Se puede acertar en pibes que andan bien por categoría, que es relativamente fácil, pero el gran tema es la proyección. Tenemos que ver aptitudes naturales y condiciones que nos permitan proyectar el futuro del jugador, además de las variables técnicas".

Formadores, clubes y jugadores compiten hoy en un escenario mucho más complejo: "La realidad de la captación cambió mucho. Se hace cada vez más abajo y requiere más estructura. Cuando era juvenil íbamos a probarnos en el baby. Te pagaban un viático si ganabas y si perdías te tenías que colar en un ómnibus para volver", recuerda Gonçálves, haciendo referencia a que, en el caso de determinados talentos, ya no son los juveniles quienes van a probarse al club, sino que los clubes los van a buscar.

En ese sentido, los brazos del pulpo son varios. Desde las tradicionales pruebas de aspirantes, escuelita de fútbol y equipo de AUFI, hasta los convenios con ligas barriales y zonales. Fue así que llegaron los últimos grandes capitales de Peñarol.

"Hicimos un convenio con la Liga Interbalnearia. Nos encargamos de la selección de la liga, dirigida por Peñarol y paralelamente Peñarol tenía una escuelita y un equipo de AUFI cuya última categoría pertenece a las juveniles de Peñarol. Producto de ese acuerdo llegaron al club Santiago Bueno y Federico Valverde", agrega Gonçalves.

"El caso de Valverde fue especial porque vino en esa camada pero estuvo un tiempo practicando sin jugar en Peñarol hasta que adherimos a Peñarol AUFI y lo pudimos mechar", reconoce.

Pero los recursos de la cantera no se acaban ahí, ya que de ese mismo acuerdo Peñarol incorporó a Diego Rossi e Iván Cartes, uno de los arqueros de mayor proyección y nieto de una gloria como Luis Maidana.

La escuelita de fútbol de Peñarol también acerca sus valores. El último ejemplo es Martín Chaves, quien se fue a préstamo a Gremio con opción de compra.

Las otras tres ventas genuinas que Peñarol tuvo en juveniles fueron las de Sebastián Cristóforo y Guillermo Varela en 2013 y el volante Kevin Méndez en 2014.

Méndez llegó a probarse desde Trinidad y quedó tras pedido de Víctor Púa mientras que Cristóforo fue una sorpresa caída del cielo.

"Llegó directo del Colegio La Mennais a acompañar a un amigo, que se llamaba Federico Burges. Vino a probarse y nos gustó, enseguida lo fichamos. Es uno de esos casos que te llegan de casualidad. Hay un prejuicio a nivel formativo con los chicos que vienen de los colegios y los que juegan al baby fútbol. Bueno y Rossi también venían de colegios", recuerda Gonçalves.

Varela llegó a los 15 años de Danubio y Jorge Gonçalves guarda un recuerdo especial: "La primera práctica que vi a Sebastián le dije a Púa que lo quería y con Guillermo me pasó lo mismo. En la primera práctica con Primera, Varela no le dejó tocar una pelota a Diego Alonso. El Tornado vino y me dijo, '¿A este de dónde lo sacaron?'".

El diagnóstico de juveniles es claro. Peñarol forma joyas que alivian las cuentas del club pero que por ahora se disfrutan en Europa antes de pasar por Primera.

Puesto: Volante Central