Tabárez y los apuntes en el banco de suplentes

Copa América > LA MIRADA TÁCTICA

Las claves de Uruguay: el ida y vuelta de Nández, De Arrascaeta de 10 y el ingreso justo de Torres

Uruguay le ganó por 2-0 a Bolivia con un planteo que tuvo a Nández como figura en el primer tiempo y con el ingreso de Facundo Torres para liquidar el trámite en el complemento
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24 de junio de 2021 a las 20:51

La selección uruguaya logró su primera victoria y el pase a los cuartos de final de la Copa América de Brasil 2021 al derrotar a Bolivia por 2-0, en un partido en el que la celeste creció en juego, con varias situaciones ofensivas, aunque también desperdició varias chances.

Ante el rival más débil del grupo, algo que hay que tener en cuenta, la celeste dominó el partido desde el primer minuto en un encuentro en el que tuvo como principal novedad la presencia de Nahitan Nández en el lateral derecho.

Tabárez repitió el equipo titular del pasado lunes ante Chile, pero con esa sola variante: el volante ingresó en el lateral derecho en lugar de Giovanni González.

El once de Uruguay ante Bolivia

El once celeste fue con Fernando Muslera; Nández, José María Giménez, Diego Godín y Matías Viña; Federico Valverde, Matías Vecino y Nicolás De la Cruz; Giorgian De Arrascaeta, Luis Suárez y Edinson Cavani.

El dibujo fue un 4-3-1-2 con el volante de Flamengo como un 10 tradicional, suelto y sin tener que replegarse a los tres volantes a la hora de defender.

El ida y vuelta de Nahitan

Nández se ganó el puesto luego de tener buenos minutos en su ingreso ante los trasandinos y tuvo un gran arranque frente a los bolivianos, haciendo que el juego de Uruguay se volcara por el carril derecho como vía para llegar al ataque.

Con su gran despliegue físico en el calor de Cuiabá, el jugador de Cagliari se posicionó casi como un volante por derecha cuando el equipo subió, con llegada hasta la línea final y resto para volver a posición de lateral en la línea de cuatro.

Nández fue figura en el primer tiempo

En algunas ocasiones también se paró junto a Valverde y salió antes que él en la presión. Es que al darle libertad a De Arrascaeta como enlace, y quedar con una línea de tres en el medio, el fernandino dio una mano a los volantes para presionar en esa zona.

El 8 celeste se proyectó por la banda llegando en ocasiones hasta la última línea tras dejar por el camino a rivales antes de enviar el centro. A veces queda la sensación que quizás hace algún enganche de más y que podría hacer el centro antes, pero por lo general logra meter el pase al medio o, en el peor de los casos, gana tiros de esquina.

Además, no tuvo complicaciones para, desde la posición de lateral, buscar a Suárez con pases al vacío, lo que hizo en un par de ocasiones y bien.

Valverde y la pelota

Nández, que comenzó como doble cinco y luego pasó a volante por afuera, tuvo su primera experiencia como lateral derecho cuando lo dirigió Pablo Bengoechea en Peñarol.

En sus últimos partidos de la temporada en Cagliari jugó como carrilero por esa banda y también por la izquierda, una nueva función de la que Tabárez pudo haber sacado apuntes para colocarlo como lateral derecho.

En el otro costado, Viña, por su parte, comenzó más pasivo en el lateral izquierdo, donde tuvo como socio por ese sector a De La Cruz.

Por esa banda las llegadas fueron más asociadas entre esos dos jugadores. A veces fue el de River Plate quien hizo la pausa y mandó el centro de derecha, y en otras fue el de Palmeiras quien buscó el espacio y mandó el envío.

Giorgian fue un 10 como los de antes

El otro sello en el equipo que paró Tabárez fue la posición de Giorgian De Arrascaeta, como un enganche tradicional, delante de los tres volantes y por detrás de Suárez y Cavani, con libertad para volcarse a ambas puntas.

El autogol boliviano del 1-0 se dio en una llegada suya en la que se metió al área y mando el centro desde la derecha.

De esa forma, Tabárez tuvo distintas opciones ofensivas en sus tres carriles: por la derecha con Nández liberado para pasar al ataque, por el medio con De Arrascaeta como enganche y lanzador y también con Vecino enviando pelotas, como la que le puso a Cavani en una jugada en la que le ganó Lampe yendo al piso, y con Viña y De la Cruz más en sociedad por la izquierda.

El ingreso de Torres

La labor defensiva en el mediocampo tuvo a Vecino y a Valverde como los volantes más dedicados a esa función.

El festejo uruguaya

En el primer tiempo, el de Real Madrid cuidó su zona sin grandes despliegues, dejándole el espacio a Nández y asistiéndolo en algunas ocasiones.

En la segunda mitad, Valverde también bajó unos metros para iniciar las salidas y recibir las pelotas de los zagueros, y con el correr de los minutos fue ganando protagonismo, llegando al área con la pelota y siendo el péndulo para mover el balón hacia las bandas.

Vecino, por su parte, fue el corazón del mediocampo, con recuperaciones y también con aportes ofensivos.

En la zaga central hubo un par de fallas que llamaron la atención en los primeros minutos. La primera fue una carga en la que Godín fue superado por las espaldas y que Giménez no pudo cerrar, que recordó al gol de Chile del lunes, y una desatención en el medio que dejó mano a mano al zaguero con un atacante boliviano, que fue resuelta por la llegada de Josema.

Cavani volvió al gol y también falló algunas ocasiones

Como se ha visto en esto partidos, cuando el capitán es exigido en velocidad, necesita tener una buena cobertura para que el fondo no pase sobresaltos.

Tabárez movió el banco en el minuto 61’ al colocar a Rodrigo Bentancur por De la Cruz, un cambio para ganar marca y presencia física ante una Bolivia que tenía que salir a buscar el partido, pero que demostró poco interés en hacerlo.

Uruguay no se replegó y siguió en pos del segundo tanto para liquidar el trámite. De Arrascaeta prácticamente se paró como un delantero junto a Cavani y Suárez, mientras que Valverde también se sumó a las proyecciones.

A la celeste le faltaba perforar la última línea y afinar el último toque ante un golero boliviano, Carlos Lampe, que tuvo muy buenas intervenciones, siendo figura de su equipo.

Torres dando una mano en la marca

A los 70’, Tabárez sacó a De Arrascaeta y puso a Torres quien comenzó por la banda izquierda.

En esos momentos, el dibujo de Uruguay pareció se un 4-2-3-1, con Vecino y Bentancur en el doble cinco, con Valverde por la banda derecha, con Nández que ya había dejado de subir con el ritmo del primer tiempo, y con Cavani por detrás de Suárez.

Hasta que, en una salida rápida, con una recuperación de Josema, que se la pasó de gran forma a Torres, el juvenil picó sin marcas por izquierda y habilitó a Cavani, quien por fin pudo marcar y felicitó a su asistente.

Torres tuvo un buen ingreso

Tras el 2-0, Uruguay culminó el partido con la misma figura con la que comenzó, con Torres por el medio a modo de enganche.

Tabárez hizo los dos últimos cambios en el minuto 87 con los ingresos de Maxi Gómez, que se perdió un gol de forma increíble, por Suárez y con Giovanni González por Nández.

Uruguay selló su primera victoria ante el rival más débil de la serie, se aseguró el pase a los cuartos de final a falta del último partido, y creció en juego ofensiva, si bien quedó la preocupación de las chances que se desperdiciaron, algo que se deberá mejorar para los próximos partidos.

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