La confianza de los consumidores avanzó 1,3 puntos en diciembre, y con un puntaje de 47,3 el índice arroja el segundo puntaje más alto desde el shock del covid-19 en marzo (el mayor puntaje se registró en setiembre, con 47,5 puntos).
Este crecimiento contrarresta las caídas observadas en los dos meses anteriores (1,3 y 0,2). Sin embargo, el ICC continúa, por décimo mes consecutivo, en el nivel de moderado pesimismo, según los datos divulgados este miércoles por la Cátedra Sura de Confianza Económica de la Universidad Católica.
En cuanto a los subíndices, la situación económica personal aumentó 4,8 puntos luego de tres meses consecutivos de descenso. Este aumento ubica al subíndice en el mayor puntaje desde marzo 2020. Dentro de sus componentes (situación económica personal actual y a un año), se presentó un mayor aumento en la situación económica a un año (5,4) respecto a la situación actual (4,2), lo que muestra que la población es más optimista con las expectativas a futuro que con la situación actual, explica el informe.
Por su parte, la situación económica del país aumentó 3,7 puntos, luego de dos meses consecutivos de descenso. Al interior de este subíndice, se observa que los dos componentes que lo conforman (situación económica del país a un año y a tres años), mostraron ambos, un aumento en las expectativas de 1,9 y 5,5 respectivamente. Al igual que en la situación económica personal, la expectativa a mayor plazo es más optimista, lo que puede deberse a la espera de una recuperación a largo plazo (más de un año).
Por último, la “predisposición a la compra de bienes durables” disminuyó 4,6, y se alejó del puntaje registrado en noviembre (el más alto desde el shock covid-19), comportándose de forma contraria a lo esperado ya que, salvo en 2016, la predisposición a la compra de bienes durables suele aumentar en diciembre.
Según el informe, este cambio no resulta ajeno a una situación de adecuación de las decisiones de compra a un contexto de “nueva normalidad”. “Diciembre es, usualmente, un mes de festejos y preparación de vacaciones. Sin embargo, las características propias de este año con los impactos económicos derivados de la pandemia afectaron tanto el ingreso disponible como las opciones para su gasto (limitación de reuniones, cierre de fronteras, etcétera). Asimismo, existieron cambios que afectaron los patrones de comportamiento y consumo ya en meses anteriores (trabajo a distancia, limitación de espectáculos públicos, más tiempo en la vivienda), que pueden estar afectando la predisposición a la compra en diciembre”, dice el texto.
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