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La definición sobre el dique Mauá quedará en manos del próximo gobierno
Cuando la instalación de una terminal de pasajeros de Buquebus todavía estaba sobre la mesa –ya con críticas de varios sectores–, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, defendió el proyecto y argumentó que, tal como está hoy, el predio del dique Mauá es "un nido de ratas" que no constituye un "paseo para nadie".
"Es una parte abandonada de la ciudad desde hace decenas de años", justificó el ministro en agosto de 2018. Pese a los intentos por revitalizar la zona, el destino del predio no se definirá hasta que no asuma el próximo gobierno.
La custodia del lugar está en manos del Ministerio de Industria, Minería y Energía (MIEM), mientras que el edificio que acoge el dique pertenece a la Armada Nacional.
El ministro de Industria, Guillermo Moncecchi, explicó a El Observador que lo que se hará en estos meses de transición entre un gobierno y otro es establecer un grupo de trabajo integrado por representantes de la cartera, así como de la Intendencia de Montevideo (IMM) y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU).
La intención es que ese grupo defina, en el corto plazo, aspectos vinculados al mantenimiento del lugar, mientras que a largo plazo está previsto que se pronuncie sobre los proyectos e interesados en desarrollar actividades allí, agregó el ministro.
A fines de junio el Ministerio de Industria convocó en conjunto con la FADU y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) un concurso de ideas urbano-arquitectónicas para el dique Mauá y el exgasómetro. El llamado estuvo abierto hasta setiembre y se presentaron más de 50 trabajos, de los cuales tres fueron premiados por Industria con US$ 20 mil y uno por la ANII, con un apoyo económico de US$ 10 mil. Las ideas pasaron a ser propiedad del ministerio organizador, que puede hacer uso de ellas de forma aislada o en conjunto.
Este martes el intendente de Montevideo, Christian Di Candia, mantuvo una reunión con el presidente Tabaré Vázquez y, entre otros temas, ambos conversaron sobre la situación del dique Mauá.
Según supo El Observador, la comuna está dispuesta a invertir recursos en el lugar para conseguir que se convierta en un espacio público de disfrute para los montevideanos.
Los proyectos que naufragaron
A fines de 2015 el empresario argentino dueño de Buquebus Juan Carlos López Mena presentó una iniciativa privada para construir, instalar, administrar y explotar una terminal fluvio-marítima en la zona de la rambla sur. La propuesta dividió al oficialismo, sobre todo respecto a la conveniencia de enajenar los predios del Estado para la explotación de un privado.
Aunque el Senado había dado luz verde a la enajenación del terreno -declarado Monumento Histórico Nacional-, el rechazo de la Cámara de Representantes, la mesa política del Frente Amplio y un núcleo de vecinos de la zona terminó de echar por tierra la propuesta.
Quienes se oponían -entre ellos los sectores Casa Grande, el Partido Socialista, el Partido Comunista y la Vertiente Artiguista- pretendían que se realizara una concesión, aunque otros entendían que el dique Mauá no era el mejor lugar para encarar un proyecto de este tipo.
El gobierno, por su parte, apoyaba la iniciativa. Las obras implicaban rellenar un área de roca que está en la costa y hacer una escollera de protección para el área portuaria. El costo lo asumiría el privado pero las obras pasaban a ser propiedad del Estado, que se comprometía a enajenar dos padrones en los que se construiría un hotel.
Una vez que fracasó ese proyecto –y volvió a estar sobre la mesa la discusión sobre el destino del predio–, la entonces ministra de Industria, Carolina Cosse, firmó un convenio con la FADU, encabezada por el decano Marcelo Danza, para diseñar las bases del llamado a ideas que finalmente se concretó en el segundo semestre de este año.
