Lo de Alejandro Foglia en los Juegos Olímpicos no fue casualidad. Lo de Pablo Defazio en Juegos Panamericanos tampoco. Uruguay es un país competitivo en yachting. En la cancha y en la clase que sea.
Por eso, no resulta que extraño que uno de los tres competidores que representaron a Uruguay en la primera edición de los Juegos Sudamericanos de la Juventud, en Lima, se vuelva con una medalla. Y todavía de oro.
La encargada de darle a Uruguay la tercera dorada en el evento fue Dolores Moreira, Lola para los íntimos.
Tiene 14 años, nació en Paysandú y comenzó a navegar en la escuelita del Yacht Club sanducero con Carlos Piedeferri.
Desde allá, cada fin de semana bajaba a Montevideo a entrenar. En auto con sus padres o en ómnibus sola.
“Me dio tremenda alegría que haya ganado por todos los sacrificios que ha hecho durante tanto tiempo”, contó a El Observador Manfredo Finck quien fue su entrenador en la preparación de dos sudamericanos de optimist.
El optimist es el baby fútbol de la vela. La clase de iniciación.
Lola ganó la medalla en la clase laser 4,7.
“Es el mismo casco que los barcos que se usan a nivel olímpico pero lo que varía es la vela, la 4,7 es la más chica”, contó Finck.
“Empezó hace apenas dos meses con esa clase”, explicó el padre de la criatura, Ernesto.
“Se hizo un llamado para una clínica de laser que dio Ricardo Fabini (campeón mundial de snipe en 1989 entre otros tantos logros) y ella asistió. El que la preparó fue Ignacio Trnka que fue durante mucho tiempo su entrenador en optimist”, reveló su padre.
También influyó para que Lola compitiera en esta clase la histórica actuación de Alejandro Foglia el año pasado en los Juegos Olímpicos de Londres: “El año pasado un entrenador de Paysandú, Alejandro Fernández, lo inivitó a Jano a que viniera a dar una charla. Y los gurises se entusiasmaron mucho. Nosotros lo invitamos a cenar en familia”, dijo el padre.
En Lima, Lola hizo un torneo brillante. Ganó cinco regatas aunque en una fue penalizada por largar pasada (OCS) por lo que la tuvo que utilizar como descarte. Terminó con 25 puntos en 12 regatas y superó por cinco a su más inmediata perseguidora, la peruana Rafaella Calvo.
“La última regata fue impresionante porque venía primera pero al montar una boya la tocó y tuvo que hacer un 360º (un giro de penalización que determina que pierda tiempo mientras sus rivales pueden pasarla). Sin embargo, empezó a remontar y al final terminó pasando a la peruana y ganando”, contó Ernesto.
“Fue un torneo con muy poco viento”, explicó su padre. Eso favorece a los competidores más livianos.
“Lola no tuvo grandes resultados en optimist porque es pesada para la clase, el laser le viene bien”, comentó Finck.
Sin embargo, la sumatoria de competencias internacionales a ese nivel sirvieron de mucho.
“Lola corrió un Norteamericano, tres Sudamericanos y este año fue al Mundial de Italia donde Uruguay terminó noveno por equipos eliminando a potencias mundiales como Alemania o Singapur”, comentó su padre.
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