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La historia de espías detrás del Palacio Salvo porteño
La Agencia Federal de Inteligencia puso a la venta sus oficinas ubicadas en el edificio, donde había información del caso AMIA
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28 de marzo de 2018 a las 12:15
Es uno de los edificios más emblemáticos de Argentina y se lo considera el gemelo del Palacio Salvo de la Ciudad Vieja montevideana. El Palacio Barolo, ubicado en la Avenida de Mayo porteña, tiene tantas o más historias que su hermano uruguayo (ambos obra del arquitecto italiano Mario Palanti) y ahora tiene a la venta uno de sus recovecos más misteriosos.
El programa Animales Sueltos, de América TV, informó que la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex SIDE) puso en marcha un plan de ajuste que incluye la venta de varias "cuevas" en distintos rincones de la capital argentina donde se realizaban operaciones de espionaje.
Entre ellas se encuentra el Pasaje Barolo, una sede camuflada en la barroca construcción de 24 plantas, y que ha sido uno de los puntos más calientes de la Guerra Fría que mantienen las distintas facciones de los servicios de inteligencia argentinos.
Allí en Barolo, además de operar una agencia de noticias al servicio del gobierno, también se presume que había un importante volumen de información acerca del atentado a la AMIA, así como datos clave sobre los vínculos de Yusuf Khalil, el militante islamista denunciado por el fallecido fiscal Alberto Nisman como uno de los sospechosos de encubrimiento entre el gobierno iraní y la administración Kirchner.
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En la mañana del domingo 27 de marzo de 2016, un misterioso robo provocó un terremoto en la AFI y en los círculos de contrainteligencia, cuando un grupo comando integrado por cinco delincuentes redujo a un guardia de seguridad privado y vació siete oficinas del edificio, no sin antes pintar con aerosol negro las cámaras de seguridad del edificio para que no quedara registro.
En 95 minutos, los delincuentes entraron a robar en las oficinas 103, 105, 109 y 110, del quinto piso, y las 267, 271 y 274, del décimo. La AFI enseguida salió a desmentir que se hubieran robado las oficinas del organismo, pero versiones no oficiales, tanto de la Policía como de funcionarios de inteligencia, no fueron tan tajantes. "Efectivamente se robaron dependencias vinculadas con la Agencia Federal de Inteligencia, aunque ahora están tratando de taparlo. Ya vino gente de allá para ver si lo pueden arreglar", dijo a Clarín un oficial de esa comisaría."
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"Ahí había discos duros con todos los contactos de Yusuf, que se trabajaban para ver con quién se movía, cómo captaba gente a través de las redes sociales y después le ofrecían fiananciacón. Mucho trabajo de prevención del terrorismo", contó al mismo diario un agente de la AFI.
Según ese agente, la cueva era de vital importancia para Jaime Stiusso, el espía de contrainteligencia despedido en 2014 luego de que Cristina Kirchner decidiera descabezar el organismo. "Stiuso escondía todo ahí", mencionó a Clarín el agente de la AFI.
Otras casas a la venta
Además del Pasaje Berolo, la AFI puso otras sedes a la venta. Entre ellas, está la Base Chile, conocida con ese nombre por estar ubicada a pocos metros de la Embajada de Chile. Según el informe de Animales Sueltos, esa sede fue construida con el objetivo de interceptar las comunicaciones de las autoridades de ese país en momentos más álgidos de las relaciones diplomáticas.
La que ya se vendió fue la Base Billinghurst, una vieja casona ubicada en el barrio Norte. El edificio se vendió a US$ 9,5 millones.
