La intimidad de Vázquez en la hora de los resultados

A esa hora, las empresas encuestadoras que trabajan para los canales de aire privados comenzaron a proyectar resultados que oscilaron entre 43% y 46% para el oficialismo. Pero el FA ya tenía un avance representativo de su propia muestra con resultados distintos.

Mientras el nerviosismo ganaba entre el grueso de los dirigentes que estaban en el segundo piso del comando junto a los periodistas, en otro piso del edificio, donde estaba la fórmula, el clima era distinto.

Los resultados del centro de cómputos del FA fueron informados a Vázquez en un extremo hermetismo.

Los técnicos le advirtieron al candidato que, según sus registros y en base a la experiencia de trabajo en elecciones anteriores, las encuestadoras comenzarían a ajustar sus datos con el correr de los minutos.

Según le indicaron a Vázquez, en cuestión de horas las proyecciones de las consultoras serían similares a las del FA, dijeron a El Observador integrantes del comando de campaña oficialista.

También argumentaron que la muestra del FA a voto visto al menos triplicaba a la de las encuestadoras.

Entonces, la decisión fue mirar la televisión y esperar ese viraje.

Casi una hora pasó entre la aparición pública de Vázquez y las proyecciones de los primeros resultados de las encuestadoras en la noche del 26 de octubre. En ese discurso, el candidato afirmó que el FA estaba en el “umbral” de las mayorías. Y, confiado, siguió esperando.

Una hora después, sobre las 22.30, las encuestadoras ya proyectaban un 47% ascendente para el FA. La mayoría parlamentaria estaba cada vez más cerca.

El aparato

El FA desplegó para la jornada del domingo un sistema de 249 delegados en distintos circuitos que transmitieron en tiempo real al centro de cómputos los primeros 50 votos de cada lugar que compuso la muestra. Los circuitos a registrar fueron organizados en base a seis categorías clasificadas según la tendencia circuital histórica de adhesión al voto de izquierda, explicaron las fuentes.

A la hora 20.30 el FA ya tenía ingresados los datos de 194 circuitos (77,9% de la muestra) y la proyección de escrutinio del centro de cómputos oficialista rondaba el 47,8 %.

Por entonces, desde el comando vazquista llamaron a las empresas consultoras para advertir que su muestra era mayor y tenían resultados distintos.

Las diferencias entre Vázquez y sus allegados y las encuestadoras estuvieron un momento en el centro de la campaña. El candidato cuestionó durante toda la carrera las mediciones de las encuestadoras, a quienes incluso acusó de operar políticamente cuando la intención de voto oficialista, según esas empresas, estaba entre 39% y 41%.

De todos modos, las diferencias con las encuestadoras llevaron al centro de cómputos de la izquierda a chequear sus datos sobre la hora 21. Primero se comunicaron con todos los delegados y comprobaron que el escrutinio había sido pasado de forma correcta. Luego fueron a las seis categorías, para comprobar que hasta ese momento no se habían ingresado más datos de una que de otras. A esa hora, las primeras dos series, referidas a los circuitos históricamente más alejados de la izquierda, ya estaban ingresadas en 95%.

La idea fue la misma que sobre la hora 20.30: continuar a la espera de la corrección de las encuestadoras. Además, según el muestreo del FA, el plebiscito para bajar la edad de imputabilidad alcanzaba el 44,2%. Por ese momento, en la izquierda también temían la aprobación de la reforma. Según el escrutinio primario, el Sí a la baja obtuvo el 46%.

Siguen las reuniones

Tanto Vázquez como su entorno pretenden transmitir al Frente Amplio que, pese a haber obtenido la mayoría parlamentaria, la elección no está ganada. De hecho, el comando de campaña del candidato tuvo el lunes una primera reunión de trabajo. Ese día, Vázquez designó un comando reducido que ya trabajó ayer para continuar analizando la estrategia a desarrollar en el camino hacia la segunda vuelta.