La mayor fábrica de iPhone de China vuelve a la normalidad tras casi dos meses de confinamiento

La compañía, propiedad de la tecnológica taiwanesa Foxconn en la ciudad china de Zhengzhou, comunicó en su cuenta de mensajería WeChat, que concluyó los 56 días de "circuito cerrado".

Esa es la expresión que se usa para las empresas que aíslan a sus empleados del exterior, haciéndoles vivir en el propio complejo para que no se contagien de Covid y así puedan continuar produciendo.

El máximo aislamiento se había aplicado a fines de octubre en la gigantesca planta, que emplea a 200.000 trabajadores, tras la huida de numerosos empleados por el aumento de casos de Covid en Zhengzhou, capital de la provincia central de Henan.

Durante el confinamiento se produjeron además disturbios entre el personal y la seguridad estatal a raíz de la mala liquidación de los sueldos, por debajo de lo acordado, que luego fueron rectificados por la compañía.

Ante la fuga de sus trabajadores, la empresa se había comprometido a ofrecer grandes premios para atraer a nuevos trabajadores que los sustituyeran. Pero estos, acabaron enfrentándose a la Policía por el impago de las cantidades prometidas, algo que la compañía achacó a un "error técnico".

Esos disturbios visibilizaron las protestas en muchas ciudades por el hartazgo social a los confinamientos y testeos permanentes.

La tecnológica taiwanesa, que produce chips para los teléfonos de Apple, admitió una caída de sus ingresos del 29 % durante noviembre en comparación con el mes anterior.

En los últimos días, la prensa oficial ha comenzado a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos.

Se trata de un giro de argumento que acompaña a la relajación de algunas de las medidas más estrictas de la política de 'cero covid', vigente desde hace casi tres años.

Las autoridades ya han afirmado que se dan las "condiciones" para que el país "ajuste" sus medidas en esta "nueva situación" en la que el virus provoca menos muertes.

Simultáneamente reforzó la campaña de vacunación entre los ancianos chinos que, en gran proporción, se niegan aplicarse la vacuna, generando el temor oficial de un estallido de casos.

Este jueves, el gobierno central chino anunció que permitirá aislarse en sus casas a los infectados asintomáticos o con síntomas leves, que hasta ahora estaban obligados a internarse en centros de cuarentena.

También se relajaron los testeos para entrar en la mayoría de lugares y establecimientos, con única excepción de hospitales o escuelas.

Según el diario de negocios neoyorkino The Wall Street Journal, el relajamiento de las normas de cero civil se produjo luego de que el fundador de Foxconn, Terry Gou, gestionara ante los líderes chinos un cambio en las normas sanitarias tan estrictas a la luz de lo ocurrido en su empresa.