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22 de mayo 2022 - 5:00hs

Fue en la noche del 18 de mayo de 1994 en el teatro El Galpón. Danilo Astori, el contador que cinco años antes había integrado la fórmula del Frente Amplio junto a Líber Seregni y había encabezado las siete listas al Senado, lanzaba con bombos y platillos al sector Asamblea Uruguay. Su lista 2121 culminaría esos comicios como la más votada de la entonces oposición, con cuatro senadores y nueve diputados electos. 

Con el respaldo de excomunistas, frentistas independientes y escindidos de un Partido por el Gobierno del Pueblo en crisis, el senador impulsaba una alternativa de política económica que cuidara "el resultado de las cuentas públicas" y se apartara de "un enorme déficit fiscal, el desorden monetario y la inflación galopante". "Queremos caras nuevas, una renovación generacional", anunciaba triunfal. 

Veintiocho años después, con el desgaste de seis elecciones, habiendo timoneado la economía de los tres gobiernos frentistas y en un escenario renovado en la izquierda, Astori volvió a dirigirse a los suyos. Esta vez lo hizo desde su casa, adonde la irrupción de la pandemia y una enfermedad pulmonar obligaron a replegarlo de la actividad parlamentaria. 

Astori desglosó nivel por nivel la situación mundial, regional, nacional, partidaria y finalmente sectorial, hoy anexado a los movimientos de la Convocatoria Seregnista Progresistas (CSP) que forjó con varias agrupaciones, entre las que se incluyen varias del sublema que apuntaló la precandidatura de Mario Bergara en 2019.

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Sobre el final de su mensaje de siete minutos, llamó a "evitar flancos por los que se cuela la división y objetivos personales o sectoriales referidos a supuestos liderazgos" o "candidaturas que no han sido discutidas". Desde su entorno aseguran que fue una señal "general" hacia la interna frentista, pero el rezongo cae en pleno cortocircuito entre Bergara y Álvaro García –exdirector de OPP y líder de Plataforma– por quién toma la posta del ala más socialdemócrata de la coalición. 

Al igual que sucede con otros históricos del FA –como el expresidente José Mujica–, el de Astori es un liderazgo en salida. Pese a que el exministro declaró a Desayunos Informales que trabaja en su “recomposición física” para adaptarse a la dinámica de “desplazamiento interno” del Parlamento –y que dijo a los suyos que retornaría para junio, según supo El Observador– sus allegados ponen esa posibilidad en duda. 

Mientras tanto, Asamblea Uruguay se aferra a la “construcción colectiva” de la Convocatoria, a falta de una vanguardia como la que lo instaló por años como primera fuerza del FA. “Asamblea Uruguay es Danilo Astori. Su razón de ser es Danilo. Lo que pase en el futuro, lo veremos”, reconoció a El Observador el diputado Carlos Varela, uno de los fundadores del sector. El dirigente le quita “dramatismo” a ese proceso, en tanto entiende que es “natural” en la política. 

Puertas adentro hay dirigentes que confiesan que su permanencia responde a una “lealtad” hacia su líder, al tiempo que ven con desgano cómo el sector queda poco a poco absorbido por la proyección de Bergara. La dirección defiende en cambio el hecho de que la lista 95 que nucleó a los sectores de la Convocatoria en las elecciones internas del FA logró posicionarse como tercera fuerza en diciembre, incluso cuando el pacto se había sellado pocas semanas antes. 

"Estamos convencidos que la suma de Convocatoria es algo que nos hace más fuerte a todos los que la componemos y al proyecto en su conjunto, y es a lo que estamos apuntando", declaró a El Observador el senador José Carlos Mahía –suplente de Astori en la cámara alta–, hoy de los principales referentes de Asamblea Uruguay y uno de los artífices de las alianzas.

Danilo Astori fundó Asamblea Uruguay el 19 de mayo de 1994

Con ese trasfondo, la interrogante se planta: ¿El sector va a quedar subordinado a Bergara?. "Es difícil responder. Estamos en una construcción colectiva. Evidentemente Mario es un líder natural de la línea económica que impulsó Astori", respondió Mahía. Respecto al declive electoral del sector y su pérdida de peso en la estructura del FA, el senador sostuvo que "el único sector con un comportamiento electoral sostenido fue el MPP". 

"Bandera cada vez más difusa"

La diáspora del astorismo no es un tema nuevo. Ya en los últimos períodos prendían las luces amarillas los alejamientos del exministro Enrique Pintado –de la dirección fundacional de Asamblea Uruguay–, el exinspector de Trabajo Gerardo Rey, el entonces jefe de gabinete del Ministerio de Transporte, Andrés Copelmayer, el exdirector de Educación Juan Pedro Mir, entre otros.

"Hay una dirección y un verticalismo excesivo por parte de Astori. Fijate que no hubo elecciones internas hace no sé cuanto", decía en 2015 el hoy diputado de Asamblea Uruguay, Luis Gallo.

Sobre el final del tercer gobierno de Tabaré Vázquez los politólogos daban cuenta del “desgaste” aparejado por 15 años en la primera línea de la gestión, al tiempo que el líder histórico había generado en su trayectoria varios frentes internos en la izquierda en su afán por mantener la casa en orden. 

En términos similares a sus anteriores correligionarios se expresó en los últimos días el director de Contralor de la Intendencia de Canelones, Luis Garrido, mediante una carta de renuncia a la que accedió El Observador. El dirigente alegó en un fragmento que la dirección de Asamblea Uruguay "no se elige democráticamente desde hace más de 18 años" y que "la realidad que marca el continuo declive electoral del sector". Garrido sostuvo también que los movimientos del sector conducen a seguir abrazando "una bandera cada vez más difusa e insostenible". 

Pese a que la dirigencia de Asamblea Uruguay atribuye la carta a “otras razones” de la interna canaria, no le escapa a uno de sus reclamos. “Hemos tenido dificultades en el recambio, es cierto”, admitió el senador Mahía. “Tenemos en el debe una actualización de la orgánica de Asamblea Uruguay”, añadió. 

Mientras tanto, exintegrantes del Frente Líber Seregni –uno de los bastiones que defendió por una década Astori antes de que la agrupación se diluyera en las últimas elecciones nacionales– como el sindicalista Richard Read, Juan Pedro Mir y el publicista Esteban Valenti comienzan a acortar distancias con la fuerza política por fuera del ala socialdemócrata forjada, en este caso en conversaciones periódicas con el intendente Yamandú Orsi. 

La dirección, no obstante, pone sus fuerzas en un “proceso” para revitalizar sus estructuras y continuar la “larga trayectoria”. El líder, pese a sus aflicciones de salud, no falta a su compromiso de conducir religiosamente cada semana el Consejo Político. En el 28° aniversario de Asamblea Uruguay, Astori pidió continuar con el “testimonio de militancia”: “No permitamos que nuestro proyecto fracase”, concluyó. 

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