La Santa de la discordia

Que fue prostituta. Que dejó esa vida atrás para seguir a Jesús. Que fue testigo de su crucifixión y posterior resurrección. Que podría haber tenido un romance con él. Que fue su ancla al mundo carnal. Que tiene su propio evangelio apócrifo.

Las teorías sobre María Magdalena, una de las figuras bíblicas más polémicas y con menos información dentro y fuera del canon bíblico, son tantas como los propios fieles del cristianismo. Los debates sobre su importancia en la vida terrenal de Jesús generan comentarios que van desde el repudio más radical hasta la aceptación de que él, en su condición de hombre mortal, podría haber consumado una relación con ella. También, se la ve como una figura referente del amor que trasciende al sentido romántico de la palabra.

En la cultura su presencia siempre fue motivo de inspiración artística. Pintores renacentistas –Rubens, Tiziano, Donatello, – la consideraron una figura digna de ser reproducida e inmortalizada en sus frescos. Dan Brown, escritor bestseller y siempre atento a sacar rédito económico de sus controversias con la Iglesia, la utilizó para vender millones de ejemplares de El código Da Vinci. Y varios autores anteriores la ponderaron como la pata inicial de una corriente femenina del catolicismo que, según ellos, la Iglesia ha querido ocultar desde sus anales (aunque es oficialmente Santa y tiene su propia festividad).

Entre vaivenes y teorías, María Magdalena también ha tenido una fuerte presencia en la pantalla. Tomando en cuenta películas para el cine y la televisión, miniseries y programas animados, su rostro se ha visto nada menos que veintinueve veces. Entre las actrices más destacadas que la interpretaron se encuentran Anne Bancroft en la miniserie Jesús de Nazaret, Barbara Hershey en La última tentación de Cristo de Martin Scorsese, Debra Messing en una película para la televisión llamada simplemente Jesús, Monica Bellucci en La pasión de Cristo y Paz Vega en María de Nazaret.

Siempre con su relación con Jesús en el primer plano, María Magdalena vuelve al cine este jueves en una película homónima que reúne a Rooney Mara, Joaquín Phoenix y el director de Un camino a casa, Garth Davis.

Una joven vive en un pueblo pesquero de Nazaret. Hasta allí llega un carismático líder espiritual al frente de un nuevo movimiento que la conquista y la convence de dejar sus raíces y sumarse a la fundación de una nueva doctrina. Ese es Jesús y ella es María. Y juntos comienzan a transitar los caminos que terminarán en la histórica crucifixión.

Al ser una historia repetida infinitas veces, el gran desafío de la producción era mostrar una cara nueva para un personaje ya conocido. "El descubrimiento de fragmentos de un pergamino en Egipto y Grecia que decían ser el evangelio según María Magdalena nos dio la idea de que sería interesante contar la historia de una mujer dentro de las historias de la Biblia", explicó Iain Canning, uno de los productores de la película. "Sentíamos que podíamos contar la historia de María Magdalena, que la perspectiva femenina de esta historia de la vida y muerte de Jesucristo era una nueva manera de ver la historia y que además arrojaría luz en problemas contemporáneos."

El punto de vista femenino de la historia de Jesús fue, también, lo que atrajo a Mara y a Phoenix a la producción. Según contó la actriz de Carol y La chica del dragón tatuado, la primera vez que leyó el guion lo hizo con cinismo, pero luego entendió que la película constituía una oportunidad para reivindicar el lugar de la mujer en la religión más extendida del mundo.

"Aún podemos ver muchas de las cosas que estamos acostumbrados a ver en películas bíblicas, pero lo vemos desde los ojos de María. Al verlo desde sus ojos, lo vemos con una luz muy distinta", explicó Mara.

María Magdalena llega, oportunamente, en Semana Santa, por lo que aquellos espectadores más feligreses tienen una oportunidad para ahondar en uno de los personajes más interesantes de su creencia. El resto puede, también, descubrir la historia de una mujer que abandonó todo para seguir a un líder que le prometía la vida eterna.