La justicia imputó este viernes al principal sospechoso del homicidio de Marcelo Demestoy, el encargado de la sucursal de Ta-Ta del Parque Rodó asesinado el pasado 29 de mayo, por los delitos de "homicidio muy especialmente agravado", lesiones personas y "rapiña muy especialmente agravada".
El hombre fue detenido a principios de junio en medio de una investigación por otras dos rapiñas que había cometido en El Pinar, hechos por los que aún se encuentra en prisión preventiva. Un día después de su detención apareció muerto su cómplice, con un disparo y calcinado, en Melilla.
Según la resolución judicial de este viernes a la que accedió El Observador, la fiscal de Homicidios Adriana Edelman confirmó que el implicado asesinó a Demestoy con un disparo que salió al darle un culatazo a un guardia de seguridad, gracias a las cámaras de seguridad del comercio y al relato de diversos testigos.
El imputado y su cómplice estacionaron su moto cerca del supermercado Ta-Ta de Filgueira y Maggiolo a las 17:01 del 29 de mayo e ingresaron a pie y armados al lugar.
Al entrar, el homicida le pidió al encargado de seguridad que le entregue el botón de pánico, y luego se lo llevó junto a Demestoy, de 56 años, a un depósito donde los implicados presumían que podía estar la caja fuerte del súper. Testigos contaron a El Observador que su cómplice quedó en la puerta, vigilando a los otros empleados presentes.
En el depósito el guardia comenzó a forcejear con el ladrón, quien le dio un golpe en la cabeza con la culata del arma. Según la resolución judicial, en ese momento el arma "efectúa un disparo" que impacta en la cabeza de Demestoy, lo que provoca su muerte en el lugar.
Las imágenes de las cámaras del supermercado evidenciaron "el periplo delictivo" recorrido por los delincuentes "en el interior del lugar", y también que el imputado "es la persona que ingresó y se dirigió hacia el fondo con las dos víctimas y quien dispara el arma de fuego", se lee en la sentencia.
La Fiscalía se apoyó en las declaraciones del comisario que detuvo al implicado en junio, quien relató que cuando lo capturaron dijo: "Yo no lo quería matar al gerente".
Además, las autoridades cuentan con el relato de otros ocho testigos que identificaron al imputado y su compañero en el lugar de los hechos. Incluso uno de ellos, que mantuvo su identidad reservada, dijo que al homicida le decían "El Gordo", y lo vio llegar y salir del Ta-Ta a la hora de los hechos.
Tras el asesinato, los delincuentes huyeron con $ 4.402 de una caja registradora del Ta-Ta hacia el Cerro.
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