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Los Céspedes en época de coronavirus: ¿cómo fue la vuelta de Nacional?
Después de tres meses de verse y entrenar casi exclusivamente por Zoom, los futbolistas de Nacional regresaron el lunes al complejo deportivo Los Céspedes cumpliendo a rajatabla el protocolo sanitario para evitar contagios de covid-19. Se puso en marcha así la fase 1 del protocolo aprobado por el Ministerio de Salud Pública (MSP) para el regreso del fútbol.
Tanto a los futbolistas como a los funcionarios se les controla la temperatura cuando llegan al complejo. En todos los sectores hay alfombras sanitizantes, así como torres con alcohol en gel diseminadas por distintos espacios y cabinas de desinfección para la indumentaria y los artículos de utilería. También, como otros elementos nuevos, rebotadores de madera, que Nacional los mandó hacer afuera, y que sirven para que los jugadores simulen los pases.
La temperatura es tomada por una cámara termográfica que dispone de una alarma que sonará en caso de detección de fiebre y la persona pasará a una sala de aislación, donde tendrá que esperar a que llegue el prestador de salud, para que disponga su traslado. Así de estrictos son estos días en el complejo deportivo tricolor.
Las canchas nunca se desatendieron a pesar de la disminución del personal por la crisis y por eso ahora lucen en muy buen estado. En la semana previa al regreso de los jugadores se reforzó el trabajo en los espacios verdes, en la caminería, los árboles y los alrededores de la piscina. Todo quedó pronto para que volviera la vida a Los Céspedes, donde por ahora no hay personal en la cocina y tampoco se reciben visitas, de acuerdo a lo que corresponde a la fase presente.
Reencuentro sin el mate
Verse cara a cara, cruzar algunas palabras y compartir movimientos en la cancha o en el gimnasio, aunque sea a distancia, es lo que más extrañaban los jugadores y que destacó uno de ellos en charla con Referí. “No podemos compartir el mate, pero eso es lo de menos”.
De acuerdo a la planificación del cuerpo técnico, el plantel fue dividido en cinco grupos de cinco o seis jugadores cada uno, que se entrenan cada media hora entre las 9 y las 11. Los futbolistas llegan en sus autos particulares ya con la ropa de entrenamiento puesta, pasan por el control de temperatura y se ponen a las órdenes del cuerpo técnico. Al finalizar la jornada dejan la ropa en las cabinas de desinfección y se les entrega una bolsa con ropa nueva para el día siguiente. Durante los ejercicios cada uno tiene una botella de agua y otra de Gatorade, que no pueden compartir con sus compañeros.
La entrada en calor en la cancha se realiza en un espacio definido por dos conos. El campo se divide en partes con cintas blancas, para que los futbolistas se muevan manteniendo las distancias físicas. Los ejercicios con balón son individuales, salvo los goleros que en estos primeros días no lo pueden utilizar y por eso son los que se sienten más “raros” entrenando. Los jugadores de campo eluden estacas clavadas en el piso y le dan pases a los rebotadores, maderas exclusivas de la nueva normalidad, ya que en esta etapa no se pueden pasar la pelota entre ellos.
También utilizan el gimnasio y la carpa que ya está desde el año pasado en el espacio entre la cocina y el chalet de los entrenadores. Los grupos se van alternando las tareas en los distintos lugares, seguidos de cerca por los preparadores físicos Félix Martínez, Julio Moreno y Nicolás Maidana, estos siempre con tapabocas.
La falta de aire, el ahogo y los dolores musculares, son las sensaciones de los futbolistas en estas primeras jornadas, después de tres meses de entrenar solos adentro de sus casas. La idea del cuerpo técnico, según supo Referí, es que durante los primeros siete días se hagan las evaluaciones físicas y científicas individualmente, para tener una idea de cómo seguir a partir del próximo lunes, segunda semana de la primera fase. También les urge saber cuánto antes la fecha de la reanudación del torneo.
Cuatro amistosos
Ejercicios aeróbicos, de coordinación, sensibilidad con la pelota y mucha observación por parte de los técnicos, teniendo especial cuidado en que ninguno sufra una lesión. A partir del 15 de julio están previstos los partidos amistosos.
El área deportiva que dirige Jorge Giordano ya acordó jugar contra los tres equipos que enfrentaron en el Apertura: Rentistas, Cerro Largo y Wanderers. También se programó un amistoso contra Liverpool para el 1° de agosto, pero este partido va a depender del reinicio de la competencia.
El primer día fueron recibidos por el presidente José Decurnex quien les brindó un discurso brevísimo: les deseó éxito en la vuelta las prácticas y luego se fotografió con varios de ellos mostrando los certificados de hinchas que todos los jugadores tienen y que forman parte de la campaña de marketing “Nacionalizate” que el club lanzó el 14 de mayo y que el martes 16 de junio ya sumaba 119.971 hinchas fidelizados en 68 países.
La operación de Suárez y los contratos
Mathías Suárez es el único jugador que esta semana no se presentó en Los Céspedes. El lunes fue finalmente operado mediante artroscopía de la rotura del menisco externo. Se le realizó una resección parcial del mismo y fue dado de alta el mismo día, empezando la recuperación en la clínica Fisiomed, cuyos dueños son el jugador Gonzalo Castro y el médico del club Álvaro Arsuaga.
La idea de los médicos y entrenadores es que esté pronto para jugar cuando retorne el campeonato. Su préstamo de Montpellier vence a fin de año.
Con respecto a los contratos, el de Felipe Carballo tiene una cláusula de salida en el mes de julio. El volante, que llegó a préstamo desde Sevilla, en enero pasado firmó la prórroga de la cesión hasta fin de año.
Los dirigentes, además, están negociando las renovaciones de Mathías Laborda, Gabriel Neves y Emiliano Martínez que vencen en diciembre. Por Laborda hay clubes interesados, pero el zaguero adelantó su idea de renovar con Nacional para que el club tenga una mayor participación en la transferencia.
