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Lacalle afín de frenar (por ahora) rebaja arancelaria del Mercosur para no dañarlo
La cumbre del Mercosur que se está desarrollando en Brasil tiene algunos condimentos especiales. Dos de los cuatro socios fundacionales del bloque tendrán recambio de gobierno. El más evidente y que puede definir buena parte de la suerte del bloque a futuro es Argentina. Mauricio Macri con una línea proaperturista del bloque -en sintonía con la gestión que encabeza el actual presidente brasileño Jair Bolsonaro- entregará el bastón de mando al peronista Alberto Fernández con un perfil claramente más proteccionista.
La cumbre que comenzó este lunes en Río Grande do Sul con la reunión de la Comisión de Comercio del Mercado Común (CMC) y seguirá este jueves 5 con la participación de los jefes de Estado, viene precedida de una tensión evidente tras los cruces previos que hubo entre Bolsonaro y Fernández. De hecho, la cumbre semestral se adelantó -a pedido de Brasil- en el calendario para que sea Macri quien vaya en representación de Argentina y no el nuevo presidente electo que asumirá en funciones el próximo 14 de diciembre.
Según trascendió en la prensa, el mandatario brasileño y su superministro de Economía Paulo Guedes promoverán una apertura del bloque con una reducción del Arancel Externo Común (AEC), que hoy está en promedio en 12,5%, lo que de alguna manera oficia como una protección para los sectores industriales (básicamente argentinos y brasileños). El tope máximo del AEC es del 35%, aunque el mismo se ha perforado por las excepciones constantes que han solicitado desde la creación del bloque en 1991 por las dos economías más importantes (Argentina y Brasil).
Bolsonaro ya dio pasos concretos hacia una mayor liberalización de su economía con la reciente importación de 750 mil toneladas de trigo sin arancel de países por fuera del Mercosur.
¿Cómo se parará Uruguay?
Durante la primera reunión de transición que hubo este lunes entre el presidente Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou se acordó que con una persona de confianza del mandatario electo de la futura cancillería integre la comitiva oficial de la próxima cumbre del Mercosur.
Lacalle comentó que este domingo mantuvo un diálogo telefónico con su par de Argentina (Alberto Fernández), mientras que previamente ya lo había hecho con Bolsonaro.
“Están claras las tensiones. Tiendo a pensar, quizás como una expresión de deseo, de que el pragmatismo va a pasar por arriba a la ideología en las relaciones exteriores”, declaró Lacalle Pou este lunes.
El mandatario electo reconoció que le “preocupa” qué pueda pasar con el AEC tras la propuesta que impulsa Brasil para flexibilizar el bloque. En ese sentido, recordó la posición afín del futuro gobierno de coalición de promover una mayor apertura bloque, en el marco de la decisión N°32 del año 2000, que permite la negociación de tratado bilaterales sin necesidad de contar con el aval del resto de los socios.
“Nosotros (por Uruguay) tenemos un camino para explorar y profundizar sin fragilizar el Mercosur. ¿Qué pasa? Las propuestas no solo son buenas en sí mismas, es el momento en que la propuesta llega a hacerse. Y en un momento de aparentes fricciones en el bloque, quizás profundizar de inmediato la flexibilización fragilice más el bloque. No alteramos nuestra propuesta sobre el futuro del Mercosur, pero queremos ver primero cómo se viabiliza las relaciones entre los estados miembros”, fundamentó sobre un probable rechazo de Fernández a esa determinación brasileña.
El investigador de la Universidad del Sur de California y experto en relaciones internacionales, Nicolás Albertoni, dijo a El Observador que era “entendible” el planteo de Lacalle Pou porque antes del “diálogo arancelario” el Mercosur se debe un debate institucional para ver cómo se va a instrumentar esa flexibilización.
“Mucho se habla de flexibilización del Mercosur y demás, pero para los pequeños países no quedar vulnerables es clave ver la institucionalidad que va a respaldarla”, advirtió Albertoni.
Para el experto, la postura de Uruguay sobre ese tema debe “ser muy cuidadosa” porque los “movimientos pueden ser muy sensibles. Un Brasil sin una plataforma institucional negociando libremente con el resto del mundo puede dejar muy vulnerable también la posición uruguaya”, añadió.
“Aspiro a una región con mucho pragmatismo. Hemos dicho una y otra vez que cuando la ideología tiñe las relaciones exteriores de alguna manera parcializa el interés nacional”, dijo Lacalle en otro pasaje de su conferencia.
Por otro lado, Albertoni consideró que Uruguay también debería darse un “debate interno” sobre si Brasil plantea, por ejemplo, firmar un tratado comercial con un tercer país como China. En ese sentido, consideró que no debería repetirse la última experiencia de tardar 2 años en ratificar una ampliación del TLC con Chile, porque el país queda “muy desbalanceado” a la hora de aprovechar sus beneficios.
