Las heridas del pasado son asunto del presente

Este año se cumple medio siglo del golpe de Estado en Uruguay, un episodio que abrió un período dictatorial que dejó profundas heridas a nivel individual, familiar y comunitario. Pero más todavía, las masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos ocurridas también infringieron un gran daño a la sociedad en su conjunto.

Hoy, Uruguay es un Estado democrático de derecho que consiguió superar parte de la pesada herencia de la dictadura. Entre los avances recientes, merecen reconocimiento los logrados en materia de justicia, en particular, los esfuerzos por superar el retraso de las causas. Asimismo, destaca el trabajo de la Institución Nacional de Derechos Humanos, que desde 2019 está a cargo de la búsqueda de las personas desaparecidas. Sin embargo, aún existen más de 190 personas de las que no se ha vuelto a tener noticia.

A décadas de ocurridos los hechos, resulta imperioso descubrir toda la verdad y lograr justicia. Para esto, los pactos de silencio deben ser superados. Recordemos que, en 2022, el Comité de la ONU que supervisa el cumplimiento de la Convención sobre Desapariciones Forzadas solicitó a Uruguay tomar todas las medidas necesarias para acelerar el proceso de enjuiciamiento y redoblar sus esfuerzos para buscar a las personas desaparecidas.

También pidió al país garantizar y facilitar la reparación integral de las víctimas, y adoptar una política de educación y memoria sobre las graves violaciones de derechos humanos ocurridas durante la dictadura. Uruguay tiene las condiciones para avanzar decididamente en todas las áreas de la denominada justicia transicional. A 50 años del golpe de Estado, se requiere una política decidida de compromiso activo en los cuatro pilares que la componen: verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, debemos reafirmar el mensaje de que las heridas del pasado son asunto del presente. Así lo hemos definido como humanidad en distintos acuerdos que representan un consenso amplio y universal.

Jan Jarab, Representante Regional para América del Sur de ONU Derechos Humanos