Bajan los precios en Chicago pero en Uruguay nadie se queja. Con tal de que lleguen las lluvias que este sábado se esperan en abundantes cantidades sobre el territorio uruguayo, la baja es bienvenida.
Fue una semana importante porque el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) actualizó proyecciones diversas que tuvieron signos de sentido contrario.
La sequía ya ha provocado un daño irreparable sobre la producción del Mercosur, especialmente al norte de Uruguay, los estados de Paraná y Río Grande del Sur, el centro y norte de Argentina y Paraguay. El ajuste de la producción de los países vecinos que hizo el USDA fue importante tanto para Argentina como para Brasil.
La reducción de la producción prevista en Brasil en 5 millones de toneladas (de 144 MT a 139 MT) y de Argentina de 49,5 MT a 46,5 MT generó el miércoles una primera reacción positiva. El stock mundial fue recortado de 99,8 a 95,2 (MT). Pero no es el único factor que está pesando en el mercado. Por un lado la producción de soja de EEUU resultó finamente muy buena, 120,7 millones de toneladas que permiten una recuperación de las reservas algo mayor a la prevista por los privados.
Las existencias de EEUU pasan de 7 millones de toneladas a mediados de 2021 a 9,5 millones a mediados de 2022. Eso se complementa con un ritmo de exportación de soja de EEUU que es notoriamente más bajo que el año pasado.
En el balance la oleaginosa bajó y eso llevó a que el precio al productor uruguayo perdiera las referencias de algo más de US$ 500 que traía para la cosecha 2022 y quedará sobre los US$ 495. En el balance es algo positivo, porque las lluvias llegan a los cultivos en Uruguay en una etapa en la que todavía pueden recuperarse y de concretarse las lluvias que están pronosticadas llegarán en buena forma a febrero, un mes algo más amigable que enero habitualmente.
El maíz y el trigo en Chicago acompañaron los descensos, especialmente el trigo. La excelente cosecha de Argentina y Australia siguen pesando en el mercado y la suba de área de trigo en EEUU, aunque leve, consolidó un sentimiento bajista que se hizo sentir en el mercado uruguayo donde el cereal bajó a US$ 260 y ya acumula un descenso de US$ 20 por tonelada desde la cosecha en noviembre.
Al momento del cierre de esta nota todo es angustia y esperanza.
Hay cultivos de maíz que están al borde de colapsar y que solo se sabrá la semana próxima si logran recuperarse. Otros productores están sembrando en seco con la esperanza de que aunque tarde se pueda comenzar un cultivo que empiece bien regado.
Para la soja en cambio el panorama luce mejor al que había el año pasado a esta altura. Dos Niñas seguidas son todo un desafío para la agricultura de verano de Uruguay. La segunda quincena de enero puede encaminar todavía una buena cosecha.
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