Se trata de un profesional. Tuvo preso a su hijo unos siete años por rapiñas. Conoce bien lo que es hacer fila en el Comcar y en Libertad para verlo. Dio su testimonio a El Observador: "¿Qué pasa cuando un familiar tuyo hace días que no va a la casa? ¿Qué haces si detienen a un hijo o hermano? Llamás a hospitales, a la Policía y te dicen 'sí, tenemos un ingreso pero lo pasamos a juez hace varios días así que tiene que llamar a cárceles'. No hay nada para atender al novato. No hay quien te atienda, te pasan de oficina en oficina hasta que encontrás un buen samaritano en un juzgado que te da una mano porque el juzgado por sí no te da información.
Nada está pensado como para atender a la familia. Si llegás como un incauto capaz que llamaste y te dijeron que podías llevarle dulce de membrillo pero, en el momento de revisación, te dicen que el dulce no pasa. 'Pero me dijeron...'; 'sí pero el director o el jefe de reclusión lo prohibió ayer', te contestan.
Hay veces que podés llevar la comida en bolsa de arpillera, otras te dicen que tiene que ser transparente. Te permiten la yerba si llevás el paquete entero siempre y cuando lo abras adelante de ellos; otras veces tenés que llegar con la yerba puesta en bolsa. Eso cambia continuamente y cada jefe de establecimiento fija las reglas.
En la revisación a las personas las desnudan totalmente una por una y a los niños si están con pañales hay que cambiárselo delante de la requisadora.
Adentro hay un edificio con salones y dos patios abiertos. En el penal la visita es sábado o domingo si tu preso no está sancionado. Si lo está hay épocas en que reciben encomiendas y otras no; entonces el preso queda "a la pelada", como dicen ellos. Si está sancionado te enterás cuando vas, salvo que el preso tenga teléfono.
En la visita están todos los presos juntos. El baño en general está ocupado por parejas que cuelgan prendas para que se sepa que lo están usando de dormitorios, aunque hay visitas conyugales. En general el ambiente es bueno salvo que haya mar de fondo grande y que las autoridades no lo hayan percibido. A la visita se la suele respetar, tanto que se trata de señor, señora, a los familiares de otros presos. No se exhiben cortadas carcelarias, ni el torso desnudo, son reglas que respetan entre ellos. Las mujeres no van con polleras cortas, eso es regla de la cárcel, no pueden ir con sandalias, pies desnudos no, polleras por encima de la rodilla y escotes tampoco. Hay normas de la cárcel pero los propios presos tienen las suyas y las marcan como respeto. No se mira a la mujer o a la hermana de otro preso salvo que el otro preso la presente. Si la miran, después hay problemas adentro".
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