Es martes al mediodía, el único día que el Museo Gurvich no cobra entradas. En el primer piso se escucha una conversación en inglés, los visitantes llegaron desde Arizona, Estados Unidos y Martín Gurvich –hijo y heredero de José Gurvich, presidente de la fundación que gestiona el museo– se detiene a charlar con ellos. Los extranjeros son el 50% de los visitantes del edificio ubicado en el número 522 de la calle Sarandí. Los uruguayos, por lo general, se acercan cuando tienen una excusa: Noche de los Museos, Día de Patrimonio, conferencias, inauguraciones de exposiciones. Conclusión, cuando el gratis. Gurvich, que reside desde hace años en Europa, dice que es una cuestión de mentalidad: “Nadie se cuestiona que para ir al cine hay que pagar. La gente va y paga”.
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