Los pies en la tierra

El programa Santo y Seña de canal 4 recogió el testimonio de extrabajadores de la cooperativa que denunciaron haber sido obligados a trabajar “en negro” hace unos dos años y, además, que, en la empresa, gestionada originalmente por ex trabajadores de la firma Cristalerías del Uruguay, interviene o intervenía el diputado oficialista Daniel Placeres (MPP), un exsocio fundador y precursor del proyecto productivo de Envidrio para la fabricación de vidrio hueco en el país.

La fábrica se puso en marcha gracias al apoyo financiero  de Venezuela, en tiempos de Hugo Chávez -cuyo gobierno inundó de petrodólares a los países “socialistas” de la región a mediados de la década de 1990-, el Banco de la República y el Fondo para el Desarrollo (Fondes), que funciona dentro de la órbita de la Corporación Nacional para el Desarrollo, creado por el gobernante Frente Amplio para apoyar emprendimientos “que sean sostenibles económica y financieramente, innovadores en sus productos, mercados, procesos tecno-productivos y/o modelo de gestión, aporten a la comunidad en términos de creación de empleo, mejora de la calidad de vida y/o contribución al equilibrio territorial (descentralización), entre otros”.

Una fiscalía especializada en Crimen Organizado comenzó a investigar el caso, que se suma a otra pesquisa judicial por una denuncia de legisladores del Partido Nacional por los préstamos del Fondes a Envidrio.

La discusión pública del tema ha dejado al desnudo la oscura gestión de la cooperativa Envidrio que debería haber sido más transparente que el agua solo por el hecho de haber recibido millonarios recursos públicos.

Las explicaciones de Placeres -un legislador oficialista que interviene en la gestión de una cooperativa financiada por el Estado- en estos días en los medios de comunicación, contribuyen a entender mejor algunas de las razones del notorio fracaso de un proyecto productivo que está signado por el voluntarismo y la ideología, más no por una gestión con los pies en la tierra.

En el programa matinal Desayunos Informales, de Canal 12, la semana pasada, el diputado del Frente Amplio dijo que el objetivo de una empresa autogestionada como Envidrio es la creación de puestos de trabajo y “salarios buenos”. Según Placeres, Envidrio tiene unos 100 empleos directos y unos 200 indirectos.

Es muy difícil -por no decir imposible- que un emprendimiento productivo pueda sobrevivir si sus principales preocupaciones no son la productividad laboral y la innovación. En todo caso, el empleo y el salario son una consecuencia directa de la relación entre la mano de obra y el equipamiento, y de la calidad de formación de los empleados.

Es muy preocupante, y suma mucha más incertidumbre, que el Estado haya volcado millones de dólares en una compañía que no parece que sea sostenible económica y financieramente, y que no haya demostrado una ventaja comparativa en sus productos y gestión.