Luis Suárez se presentó este domingo en la Ciudad Deportiva Joan Gamper para realizarse el hisopado correspondiente junto a sus compañeros de Barcelona luego de las vacaciones y de cara a lo que será la temporada venidera, por más que sabe que su flamante técnico, Ronald Koeman, no lo tendrá en cuenta, mientras que como se había informado el sábado, Lionel Messi no lo hizo.
La situación del salteño es distinta a la del argentino ya que si bien los dos aún tienen un año más de contrato, a Suárez fue el club (por parte de una llamada telefónica del entrenador) que le avisó que no lo tendrá más en cuenta, mientras que lo del astro rosarino pasa por el lado de que es él quien se considera libre.
Debido a esto es que Suárez, por más que sabe que deberá buscar la rescisión consensuada del pago de todo el año que resta con Barcelona, aún pertenece a la institución y de esa forma se presentó para realizarse el hisopado.
A su vez, el lunes también se presentará, pero esta vez, será para comenzar los entrenamientos, como lo hará el resto del plantel barcelonista.
Una vez que Suárez logre rescindir su contrato con el club catalán, allí sí comenzará a buscar un nuevo club en Europa.
Los dos que picaron en punta para ir por el son Atlético de Madrid, del argentino Diego "Cholo" Simeone, y Juventus de Italia, por más que este último no tiene el dinero necesario como para pagarle lo que le paga Barcelona por mes (€ 2,9 millones).
El divorcio se consuma. Lionel Messi, que anunció el martes a la directiva su intención de salir de Barcelona, no acudió este domingo al centro de entrenamiento azulgrana donde los jugadores estaban citados para someterse a una prueba de covid-19.
Al contrario que los otros jugadores del plantel, el argentino no fue visto por los periodistas en la entrada del centro de entrenamiento Joan Gamper para una sesión médica en la víspera de la reanudación de los entrenamientos.
Messi se considera libre por haber ejecutado la cláusula, pero si no se pone de acuerdo con Barcelona para salir de forma amigable, la FIFA le dará el Certificado de Transferencia Internacional (CTI), pero el club que lo contrate correrá el riesgo ante un futuro fallo adverso si existe un juicio con el club blaugrana y sale a su favor, por lo que en ese caso debería abonar € 700 millones.
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