Macri y Scioli a la conquista de un Massa que pone condiciones

Con 28 días entre la primera y la segunda vuelta, el tiempo es oro para Daniel Scioli y Mauricio Macri, que buscan conseguir los votos necesarios para que crezca su caudal electoral y así encumbrarse como el nuevo presidente de la República. Tienen cuatro semanas para terminar de condicionar el destino de los próximos cuatro años.

Los dos están en una posición similar (el oficialista sacó 36,86 % y el opositor, 34,33 %) y se pelean por el mismo botín: los votos a los demás candidatos, especialmente a Sergio Massa, que fue apoyado por 21,34 %.

Se sabe que Macri ya dio un primer paso: "Estuvimos chateando con Massa y De la Sota", contó ayer en una entrevista televisiva. De la Sota es el cordobés que acompaña a Massa y el diálogo fue por Whatsapp, según contó el bonaerense. Hay optimismo después de lo que pasó en Tucumán, donde los grupos afines a Massa y a Macri cerraron filas en torno a un candidato, José Cano. "Lo de Tucumán abrió un espacio y nos reunimos todos para defender una idea", agregó Macri, según indicó La Nación.

En sus primeras comparecencias después del triunfo virtual del domingo, Macri se mostró en una actitud dialoguista cpropia de quien tiene que sumar esfuerzos de personas que seguramente piensen distinto que él. Ayer en entrevista en Telefé insistió en su "vocación de acordar políticas y coincidencias" con los demás bloques políticos y prometió que, al día siguiente de asumir como presidente, reunirá a todos los excandidatos para acordar políticas de Estado.

El principal destinatario de sus mensajes, claro está, es Massa. Se trata de un hombre escindido del kirchnerismo que en su momento coqueteó con el PRO y que ahora es el más deseado por los cinco millones de votantes que lo apoyaron el domingo.

El tigrense ya trabaja en el futuro: el lunes reunió a sus máximos colaboradores y juntos preparan el borrador de un documento con propuestas que debería adoptar el candidato a presidente que se case con él. Lo presentará hoy, miércoles, en la capital del país.

Según reconstruyó Infobae, ese texto incluye posturas en materia de educación y seguridad. Pero además hace énfasis en la exigencia de que se investiguen casos de corrupción.

"Vamos a fijar por qué cosas vamos a pelear. Yo quiero un presidente que se anime a luchar contra el narcotráfico, que se anime a declarar la emergencia de seguridad en todos los centros urbanos de la Argentina y que se anime a reformar la Ley de Presupuesto", explicó Massa ayer temprano en el canal de TV América.

Su mensaje podría entenderse como una puerta cerrada hacia Scioli, que proviene de un ámbito (el Frente para la Victoria) donde hay más de uno sospechoso de corrupción.

"La gente el domingo dijo que no quiere continuidad", dijo también Massa ayer, en lo que los macristas interpretan como un guiño a su alianza "Cambiemos".
Consultado sobre si la alternativa es entonces Macri, Massa fue condicional: "Si hay un compromiso respecto de esos temas".

Es difícil que llegue a tomar partido por alguien: proveniente del peronismo, consigue votos de dos grandes fuentes, la de los peronistas pero desencantados con los Kirchner y la de los no peronistas que tampoco quieren a Macri y sus aliados.

Tal vez lo que suceda es lo que él mismo reconoció que puede pasar: que un eventual pronunciamiento en determinada dirección no significará un cambio absoluto en todos sus seguidores. "Yo no soy dueño de los votos", puntualizó.

Algo similar había comentado Alberto Fernández, en su momento jefe de gabinete de Néstor Kirchner y uno de los estrategas del massismo. "Es muy difícil direccionar el voto (...). Tengo la impresión de que si el espacio resolviera apoyar a Scioli o Macri, la gente hará lo que le dé la gana. Es muy difícil que a un independiente se le diga 'vota para acá o para allá'", dijo el lunes a Radio América.

Scioli entre dos puntas

No tomaron trascendencia pública los eventuales contactos de Scioli con sus excompetidores. Sí hubo un llamado público del mismo candidato hacia los votantes de todos aquellos que "están más lejos de Macri".

Apenas trascendió a través de Eduardo van der Kooy, columnista de Clarín, que un intendente que siempre está cerca de Scioli hizo llegar a Massa un mensaje para comenzar una negociación. "Decile que está loco", habría respondido el hombre más deseado de la política argentina por estas horas.

Scioli tuvo menos exposición pública que Macri y esto seguramente responda a que todavía evalúa como seguir. Los resultados del domingo muestran que su partido padece cierta fragmentación y ante la realidad tiene dos alternativas. La primera, que es la que encarnó en su discurso del domingo y en la aparición del lunes, es mostrarse más kirchnerista que antes y así intentar seducir al núcleo duro del partido, ese que tiene menos chances de elegir a Macri. La segunda es salir a la búsqueda de los votos que quedaron más en el centro, tener una actitud más generalista y comprometerse con los desafíos que le plantee Massa. Incluso el de investigar la corrupción a costa de perder a los kirchneristas de fuste que quedan a su lado. Ayer dijo que quería escuchar esos pedidos de Massa y que está en su naturaleza "ser integrador".

También son apetecibles

Los otros que estaban en carrera comienzan también a mover sus fichas. Nicolás Del Caño, que quedó cuarto con 3,27 %, dijo que no sería coherente inclinarse por ninguno de los dos que quedan y llamó a votar en blanco.

Margarita Stolbizer, de los progresistas de GEN, no terminó de inclinar el querer de su 2,53 %. Ayer afirmó que no apoyará a Scioli porque es la continuidad de este gobierno pero agregó que aún no resolvió si apoyará de modo explícito a Macri o no. "Hay que reflexionar y no hay que apurarse", dijo a radio Mitre.

Adolfo Rodríguez Saa, con su 1,67 % de apoyo, tampoco se definió. Dijo que se reunirá con los dos pretendientes antes de tomar alguna decisión.

Pero como los massistas ya saben, ni siquiera una estrategia garantizará un comportamiento uniforme de los votantes. Lo resumió bien Mario Wainfeld en una columna en Página 12. "El arte electoral no es un juego discursivo en el que prevalece quien argumenta mejor, ni siquiera quien tiene razón, si tal cosa existe. Hay que convencer, sumar, congregar".

De la negatividad a la pasión

Daniel Scioli declaraba que no apoyaba los debates porque estos caían en los ataques personales y dejaban los argumentos de lado. Además, eran innecesarios porque él tenía línea directa con la gente. Pero ahora aseguró que le "apasiona" debatir e irá a dos: el del canal TN el domingo 11 y el "oficial" el jueves 15.

Qué harán

Massa (21,3 %). Hoy presentará ante el resto de su equipo un documento con pautas que deberá aceptar el presidenciable que quiera sus votos. Dialogó con Macri.

Del Caño (3,3 %). Llamó a votar en blanco.

Stolbizer (2,5 %). Rechazó aliarse con Scioli pero aún no definió si apoyará de modo explícito a Macri o no.

Rodríguez Saa (1,7 %). Se reunirá con Scioli y Macri antes de tomar una postura.