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Macron subirá el salario mínimo y bajará impuestos para calmar las protestas

El presidente de Francia dijo que comprendía la molestia de los llamados "chalecos amarillos"
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10 de diciembre de 2018 a las 16:57

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este lunes en un discurso televisado de 13 minutos que subirá en 100 euros el salario mínimo, actualmente de 1.185 euros mensuales, y que eximirá a los jubilados con ingresos inferiores a 2.000 euros de un reciente aumento impositivo. Además agregó que las horas extra se cobrarán "sin impuestos ni cargos a partir de 2019" y pidió a las empresas "que puedan" que paguen a sus empleados una prima de fin de año también exenta de impuestos y cargas sociales.

Esto se suma a otras concesiones realizadas por el presidente de Francia con las que anuló el alza del gravamen a los combustibles, que formaba parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses.

Tanto con dichas medidas como con este discurso, Macron trató de responder a las demandas de los "chalecos amarillos".

Los denominados chalecos amarillos conforman un movimiento desestructurado y sin líder que nació en las redes sociales y representa sobre todo a la población de clase media-baja, que considera que la política social y económica de Macron beneficia a los ricos. 

Comenzó con manifestaciones contra un alza de los impuestos a los combustibles y se ha convertido en un movimiento popular que reclama al presidente por la pérdida de poder adquisitivo. La protesta que realizaron el sábado pasado en París se sumó a los tres sábados anteriores en los que los integrantes de este movimiento se manifestaron con actos de violencia. La tienda Apple de Sainte-Catherine en Bordeaux fue robada y vandalizada. Los manifestantes rompieron las ventanas e ingresaron a la Apple store para robar iPhones, iPads y otros productos de la marca. 

Las protestas en París también provocaron daños en la tienda Apple de la Ópera y en su nueva tienda icónica de Champs-Élysées. Ambos locales debieron ser cerrados en determinados momentos, durante las protestas callejeras.

Las fuerzas de seguridad francesas han detenido a 4.523 personas en todo el país desde la primera manifestación, el llamado "acto 1", que ocurrió el sábado 17 de noviembre de manos de este movimiento que reclama más justicia social en Francia. Solo el sábado, durante el "acto 4" de los chalecos amarillos, 136 mil personas salieron a las calles y cerca de 2.000 fueron detenidas.

Tras estos hechos de violencia, Macron decidió este lunes atender el reclamo de sus ciudadanos. El mandatario reconoció que sus palabras "han herido a algunos" en el pasado y consideró justificado el descontento que provocó las protestas. Por este motivo anunció que decretará un "estado de emergencia económico y social" para hacer frente a la situación.

Sin embargo, el presidente francés condenó la violencia de las últimas manifestaciones que, advirtió, no lleva a ninguna parte: “Cuando la violencia se desencadena, la libertad cesa”.

"Queremos una Francia donde se pueda vivir dignamente del trabajo. Y le pido al gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario para ello”, dijo Macron en un discurso retransmitido por numerosas cadenas francesas.

Impacto económico

El impacto económico de esta crisis, que entró en su cuarta semana, provocó que varios comercios en París y en provincias decidieran no abrir en los últimos sábados de disturbios, renunciando a importantes ingresos a dos semanas de las fiestas de fin de año.

Según indicó este lunes el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, los disturbios que han acompañado estas manifestaciones le costarán a Francia 0,1% de su PIB.

"Veo que esto tiene impacto en el extranjero, y no es bueno para la imagen de nuestro país", dijo. Poco tiempo después de las declaraciones del ministro, el Banco de Francia dividió por dos sus previsiones de crecimiento del PIB francés para el cuarto trimestre: 0,2% en lugar de 0,4%.

La Federación del Comercio y la Distribución ya ha anticipado que el sector va a perder más de 1.000 millones de euros en facturación y el presidente de la Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas (CPME), François Asselin, advirtió de que habrá “muchas quiebras”, en una entrevista en Le Journal du Dimanche. Dio por hecho que las pérdidas llegarán a 10.000 millones de euros y tendrán su corolario de despidos

Fuente: EFE y AFP
 

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