Madre de infante asesinado: "Lo sorprendieron durmiendo, se hubiera defendido porque estaba entrenado"

El joven de 22 años que fue asesinado en un destacamento del Cerro se presentó dos veces para dar la prueba en el Liceo Militar, la última a los 15 años, pero perdió por un punto.

Luego de terminar cuarto año de liceo, empezó a trabajar en empresas y comercios de Tacuarembó, departamento en el que se crio aunque había nacido en Montevideo.

Su hijo, que nació hace 16 meses, fue su motivación para intentarlo una vez más. Esta vez, hace poco más de un año, logró ser aceptado en la Armada Nacional y estudió para infante de la Marina, un curso de cinco meses que tiene una exigencia mental y física severa.

Fany Agosta, madre de Manuel, contó que su hijo quería seguir preparándose y escalando en la carrera, ya que estaba motivado por estudiar. "Pretendía llegar mas lejos, le encantaba, siempre pretendía más", dijo en diálogo con El Observador minutos antes del sepelio de su hijo en Tacuarembó.

Agosta asegura que el crimen fue "un acto cobarde" debido a la forma en que se cometió, sin que los tres jóvenes pudieran defenderse. 

Manuel fue el último en ser asesinado, ya que estaba descansando solo en otra pieza. El asesinó disparó primero a sus compañeros que estaban sentados alrededor de una mesa y luego a Manuel. "Lo sorprendieron durmiendo, él era muy vivo y se hubiera defendido, porque estaba entrenado", comentó. El joven practicó fútbol, karate, kick boxing y otros deportes, además del entrenamiento para ser marinero, que implica actividad física constante.

El principal sospechoso del homicidio de los infantes es un exmarinero que trabajó en el mismo destacamento del Cerro hasta marzo, y luego desertó de la fuerza, informaron a El Observador fuentes de la investigación.

Según la información que maneja la policía, es adicto a las drogas y por ese motivo habría dejado el trabajo.

Agosta no lo conocía ni su hijo le había hablado de él. "Si hizo todo eso fue para que no lo reconocieran, pero confío plenamente en que se va a hacer justicia", expresó. 

Ese mensaje también fue transmitido por el presidente, Luis Lacalle Pou; el ministro de Defensa, Javier García, y autoridades de la Armada Nacional que se acercaron hasta las tres familias en la ceremonia que se realizó el lunes en la Base Naval del Cerro.

"Todos me trasmitieron tranquilidad de que se va a hacer justicia por Manuel y por todos", señaló.

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Los tres jóvenes asesinados en el destacamento militar eran marinos de primera y debían custodiar un predio ubicado a metros de la Fortaleza del Cerro en el que se encontraba una vieja antena de radar que ya no se utilizaba.

Alan Rodríguez hacía cuatro años que había terminado el curso para convertirse en infante de Marina. Tenía 31 años, nació en Rivera y antes de desempeñar esa tarea había estado en el Ejército en Maldonado. 

Alex Guillenea, de 25 años, tenía cuatro hijos. También era de Rivera, y estaba preparándose para ser cabo de segunda, el siguiente escalafón en el personal militar de la Armada Nacional.

En su cuenta de Facebook, su madre compartió la conferencia de prensa del presidente en la que anunció que decretaría duelo nacional y que el gobierno trabajaría para hacer justicia por el crimen.

En otra publicación, compartió las fotos de sus cuatro nietos y escribió: "Hijo, le pido a Dios y a ti que los protejan desde el cielo, yo quedé con la misión de abuela, voy a estar siempre para ellos".