Maduro y la oposición reanudan negociaciones para salir de la crisis y terminar con el embargo

El tema central de las tratativas, suspendidas hace más de un año, será la fijación de un cronograma electoral para elecciones presidenciales “libres” en 2024.

El gobierno de Caracas ha puesto como condición el cese de las sanciones que Estados Unidos le impuso a Venezuela luego de que la oposición acusara al gobierno chavista de reelegirse fraudulentamente en 2018.

Además del embargo petrolero y la incautación de activos venezolanos en el extranjero --incluyendo depósitos por más de US$ 12.000 millones en bancos ingleses--, Washington reconoce al opositor Juan Guaidó como “presidente legítimo” de Venezuela luego de que este se autoproclamara presidente legal en 2019.

La decisión fue acompañada por la Unión Europea y algunos gobiernos latinoamericanos que ya cambiaron de orientación.

“Este 25 y 26 de noviembre se reinician los diálogos entre el gobierno de Maduro y la oposición venezolana", publicó en Twitter Petro, quien ha manifestado disposición a apoyar los contactos entre ambas partes.

El presidente de Colombia no precisó dónde serían estas conversaciones, pero según fuentes citadas por la agencia AFP las delegaciones comenzarán a llegar a Ciudad de México este viernes.

El sábado está previsto firmar un primer acuerdo sobre aspectos sociales, agregó la fuente, pero todavía no hay consenso alrededor de asuntos políticos cruciales como las próximas elecciones presidenciales y sus condiciones.

Las autoridades de Caracas y la oposición iniciaron tratativas en agosto del 2021, pero Maduro las cortó dos meses después a raíz de la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, próximo al gobierno, para enjuiciarlo por supuesto lavado de dinero.

La reanudación de las negociaciones tomó fuerza en los últimos meses, empujada por actores internacionales que instaron a las partes a volver encontrarse en México.

A la iniciativa del presidente francés Emmanuel Macron se sumaron los mandatarios de Colombia, Gustavo Petro, y de Argentina, Alberto Fernández, así como el canciller noruego Anniken Huitfeldt.

En una reunión en el marco del Foro por la Paz de París, Macron recibió a comienzos de este mes a los representantes de la oposición y el chavismo que en una declaración conjunta reivindicaron la negociación como "única vía" para salir de la actual crisis política en Venezuela.

También acordaron "animar a los actores políticos venezolanos a acordar una salida a la crisis, con miras a unas elecciones presidenciales libres, democráticas y con observación electoral internacional en 2024".

Desde que asumió el poder el 7 de agosto, Petro estrecha lazos con Maduro. Ambos retomaron las relaciones diplomáticas Caracas-Bogotá, rotas desde 2019 por las diferencias entre el entonces presidente, Iván Duque (2018-2022), y el mandatario venezolano.

Pero el factor principal que permite estas negociaciones es la pérdida de peso de Guaidó tras la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, así como de otros mandatarios afines, como el colombiano Duke, el argentino Mauricio Macri y el chileno Sebastián Piñera.

Guaidó se autojuramentó como presidente encargado en 2019 en una plaza pública y no volvió a Venezuela ni ejerció ningún poder efectivo, tras instar al derrocamiento por la fuerza de Maduro.

El mandatario venezolano, por su parte, ha buscado contactos directos con la administración de Joe Biden, que envió delegados a Caracas en mayo y junio.

Washington, oficialmente, sigue desconociendo a Maduro, al igual que Francia, pero ha expresado disposición a revisar sus sanciones, que incluyen un embargo petrolero, en medio de la crisis energética por la invasión rusa a Ucrania.

Europa también busca salidas y Maduro se ha declarado "listo" para proveerle petróleo y gas. El 7 de noviembre, en la Conferencia Internacional contra el Cambio Climático (COP27) en Egipto, Maduro tuvo una breve conversación informal con Macron, quien le llamó a "emprender un trabajo bilateral útil".

También los principales partidos opositores se debilitaron: perdieron las elecciones regionales del año pasado, en las que regresaron a las urnas tras boicotear por denuncias de fraude las presidenciales de 2018 y las legislativas de 2020, y su poder de convocatoria a protestas se desplomó.