El consumo de agua embotellada se disparó fuertemente en las últimas dos semanas, y las ventas diarias se triplicaron, tras el aumento de la salinidad en el agua que distribuye OSE en Montevideo y la zona metropolitana.
El agua tiene cada vez más peso entre todas las bebidas que se consumen en Uruguay. Las últimas cifras anuales muestran que el consumo de este producto volvió a crecer luego de tres años consecutivos en los que había bajado. En 2022 el consumo de agua mineral y sodas totalizó 332,7 millones, lo que equivale a 4 millones más en la comparación interanual (+1,2%).
Así lo muestran los datos de volumen físico comercializados en el mercado local y declarado por fabricantes ante la Dirección General Impositiva (DGI), para la determinación del Impuesto Específico Interno (Imesi).
En Uruguay hay unas 60 empresas que comercializan agua embotellada. Entre ellas sobresalen tres grandes, como la multinacional francesa Danone (agua Salus), la chilena Compañía Cervecerías Unidas (agua Nativa), y Coca Cola (agua Vitale), que tienen aproximadamente el 70% del mercado.
Los volúmenes de consumo de agua están muy por encima que hace una década atrás. Entre 2011 y 2018 el crecimiento fue constante, y se pasó de unos 220 millones de litros anuales a 360 millones de litros, según los datos de DGI.
Una explicación posible pasa por los cambios en los hábitos de consumo de la población a favor de productos más sanos. También hay que tener en cuenta los problemas que se han dado con el agua potable de OSE y que en el último tiempo han sido más asiduos. En muchos hogares se ha dejado de consumir esa agua y se ha sustituido con aguas envasadas.
El consumo de bebidas cola y refrescos también creció el año pasado y por segundo año consecutivo, pero de forma más moderada que en 2021, y totalizó 298,8 millones de litros (+2,6% interanual).
Tras un pico registrado en 2014 (338 millones de litros), ese rubro se había retraído durante cinco años consecutivos, y tocó un piso en 2020 durante el primer año de pandemia con solo 282 millones de litros.
Por otro parte, las bebidas en base a jugos que habían sido las únicas que habían aumentado en consumo durante el primer año de pandemia, cayeron por segundo año consecutivo. En 2022 la baja fue de 1,5%, y el consumo se situó en 207 millones de litros. En esta categoría están las bebidas con un 10% como mínimo de jugo de frutas, o 5% si se trata de limón, de acuerdo con la clasificación que hace DGI.
El vino había sido la gran vedette de la pandemia cuando su consumo se disparó y superó los 72 millones de litros. Eso de la mano con las restricciones sanitarias que hicieron que las personas pasaran más tiempo en sus casas.
Ya en 2021 se había notado un primer descenso, que se acentuó el año pasado, con 64 millones de litros de vino consumidos (-9,8% interanual), según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura. Esa cifra de consumo está más cercana a los registros de la segunda mitad de la década pasada, y al del año previo a la llegada del covid-19.
Menos whisky nacional
Para el caso del whisky, el año pasado se pagaron impuestos por 4,2 millones de litros y el volumen declarado fue levemente inferior a 2021. Nueve de cada diez litros comercializados fueron de bebida importada.
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