MGAP ordenó el sacrificio de 18 caballos en Florida

En forma inesperada, dado que esta enfermedad no se manifestaba en Uruguay desde 2007, surgió un foco en un establecimiento en Florida, donde al momento la afectación es a un porcentaje muy chico de la población de 2.200 caballos.

El doctor José Gallero, integrante de la asesoría técnica en la Dirección General de los Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), precisó a El Observador que la situación amerita ocuparse con la máxima responsabilidad, lo que está sucediendo, no obstante “no da para generar una alarma”.

Comentó, incluso, que sería más preocupante si fuese un foco de influenza equina, como sucedió en otros momentos, cuando incluso en algunas zonas del país fue necesario como medida precautoria prohibir durante algunos días actividades que involucraran el traslado y concentración de equinos, pero en este caso se está “muy lejos de llegar a eso”.

Al respecto, puntualizó que no solo no es una zoonosis, sino que es una enfermedad de distribución universal, que Chile reportó un caso la semana pasada y que hay zonas en Argentina y en Brasil donde es endémica, con una prevalencia muy alta en algunas zonas como el norte argentino y Matto Grosso Do Sul.

“Hicimos un primer sangrado a los reaccionantes positivos, los confirmamos, le comunicamos a la empresa el resultado del estudio y se está coordinando la eliminación de los reaccionantes positivos”, explicó el doctor José Gallero.

También mencionó que el establecimiento ha quedado interdicto y que la situación ya fue informada por el MGAP a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).

Investigación epidemiológica

Decidido eso, ahora se encamina la etapa de investigación epidemiológica, en cuyo marco se visitará a los proveedores de caballos de ese establecimiento que, por su parte, ingresará en un plan de saneamiento en busca de obtener dos sangrados consecutivos con diferencia de 45 días de todos los animales negativos.

Gallero comentó que esta enfermedad existió en el país desde mediados del siglo pasado, con un mayor impacto desde la década de 1960 cuando se reintrodujo en hipódromos y clubes hípicos, con un modelo epidemiológico relacionado a la trasmisión mediante objetos inanimados, como inyectables o embocaduras, mientras en los países vecinos el modelo está más vinculado a vectores biológicos, flebótomos como el tábano o la mosca del establo, un modelo que prácticamente no está presente en Uruguay.

Por lo tanto,“estamos ante un caso muy planteado dentro del modelo epidemiológico histórico del país”, afirmó.

Otro detalle que mencionó es que los animales afectados son asintomáticos, no han tenido anemia, fiebre, puntos hemorrágicos, edemas, decaimiento, enflaquecimiento u otras reacciones, es decir que en algún momento tuvieron su etapa de epidemia y la resolvieron, pero el virus queda permanente en el animal y son reaccionantes positivos, por lo cual hay que eliminarlos.