Miles de trabajadores se movilizaron en Lisboa en reclamo de mejoras salariales, de un aumento de las jubilaciones y a favor de medidas para limitar los precios de productos básicos como una forma de contener la inflación, que en Portugal superó el 8% anual en febrero, la más elevada en tres décadas.
Convocada por la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) bajo el lema "Todos a Lisboa", la manifestación transcurrió sin incidentes por el centro de la capital lusa encabezada por una pancarta con el reclamo de "Aumento general de salarios y pensiones, emergencia nacional".
La protesta, que según los organizadores convocó a 100.000 personas, se concretó un día después de la huelga de funcionarios públicos que afectó la recolección de basura y el funcionamiento de escuelas y hospitales. "Exigimos un alza de los salarios, pero un alza real, superior a la inflación, que permita que las familias recuperen y refuercen su poder adquisitivo", declaró la secretaria general de la CGTP, Isabel Camarinha.
La convocatoria estaba dirigida a trabajadores de todos los sectores y de todo el país, aunque profesores, empleados públicos y jubilados fueron los colectivos con mayor representación. Los sindicatos, además, reclaman que el gobierno fije límites a los precios de servicios básicos e impuestos sobre los beneficios extraordinarios de empresas y bancos, como así también que implemente ayudas para compensar el alza de los alquileres y de los préstamos hipotecarios.
La movilización contó también con el apoyo de los partidos de izquierda, como el Partido Comunista (PCP) y el Bloque de Izquierda. Desde el PCP, su secretario general, Paulo Raimundo, recordó que el empleo debe acompañarse de derechos y salarios "que es con lo que se pagan las cuentas". Por su parte, Catarina Martins, del BE denunció que “el Gobierno se limita a hacer anuncios” y que incumplió sus compromisos porque "respeto para quien trabaja es actualizar salarios y congelar precios".
La conflictividad social y las protestas sindicales en Portugal aumentaron el último año por la escalada de precios, que alcanza a casi todos los rubros, pero que se hace sentir con especial fuerza en el precio de los alimentos y de la energía. En ese contexto, la CGTP viene pidiendo la aplicación de precios máximos para un conjunto de bienes y servicios esenciales, política que el gobierno portugués, que preside el socialista António Costa, descarta por el momento.
(Con información de las agencias AFP y EFE)
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