Hace pocos días El Observador publicó una nota sobre el caso de un vecino de San José que, para su sorpresa, encontró en su quinta morrones de color violeta. Sin embargo, estos sucesos son bastante frecuentes y responden a variantes genéticas de la semilla. De esta manera, también se han cosechado tomates negros o rosados y berenjenas blancas, por ejemplo.
Guillermo Galván, profesor de horticultura de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República, comentó a El Observador que estos casos “son bastante comunes” y que el color violeta en el morrón “es una de las variantes que hay”, respondiente a una variante genética de la semilla.
“El morrón inmaduro está verde y después, cuando evoluciona a maduro, lo más común es el color rojo, pero también hay amarillos y violetas. Eso sucede por distintos pigmentos dados por las variantes genéticas de la semilla”, indicó.
El especialista contó que en el caso del tomate, aunque el más normal sea el de color rojo, también hay amarillos, rosados y coloraciones bastante oscuras, como negras.
“El negro es un estado antes de pasar al color rojo. En algunas variedades se forma por la mezcla con el verde, que no se degrada y, cuando se forma el rojo, queda un pigmento final negro. Eso puede pasar también en el morrón”, dijo.
A su vez, contó que se han dado casos de berenjenas blancas o blancas con tintes violáceos.
Miguel Ángel Verde, un exferroviario, jubilado de AFE y dedicado ahora al cuidado de su quinta, fue el vecino maragato responsable de "producir" los morrones violetas producidos en su quinta. Según lo expresado a El Observador fue algo que no buscó, que sucedió “por casualidad” y que hasta ahora solo había conseguido morrones de los colores habituales. Cuando los coseche, los probará y también utilizará las semillas para ver si puede producir más de esos particulares morrones.
Al respecto, Galván sostuvo que “con gran seguridad” ese productor siga obteniendo esos particulares morrones, porque, opinó, no es un problema ambiental, sino que “seguramente sea un tema genética con la semilla” de esa verdura.
“Si no esperaba (producir morrones violetas) es porque no conocía la semilla”, afirmó.
En tanto, informó que lo que cambia con estos productos es la pigmentación –y probablemente incida en las vitaminas–, pero aseguró que “son verduras totalmente comestibles”.
Al respecto, hizo referencia a que hay muchas variaciones de color y que antes el mercado tenía “algunos pocos productos dominantes”, pero que hoy “hay más espacio para novedades”.
“El público está abierto a probar nuevas cosas o nuevas presentaciones y esos productos diferentes son bastante aceptados y buscados”, indicó.
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