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Muerte de policías: Interior insiste a efectivos en extremar precauciones en la calle
El Ministerio del Interior emitió en los últimos días una circular y pidió a todos los jefes que se reúnan con sus subordinados para analizar los ataques contra policías –dos de ellos terminaron en la muerte de agentes– y extremar las medidas de precaución, sobre todo una vez terminado el servicio, cuando advierten que los policías son más vulnerables, señalaron a El Observador fuentes de la cartera.
La situación preocupa a las autoridades, así como al sindicato policial y al gobierno electo. El futuro mandatario Luis Lacalle Pou afirmó la semana pasada en una entrevista con Primera Mañana de El Espectador que le llamaba "la atención" que en una seguidilla de "cuatro días" los delincuentes "hayan ido a buscar, específicamente, a uniformados".
Para ese entonces ya había ocurrido el homicidio del agente de 29 años, David Teixeira, en los accesos de Montevideo, y otros casos de agresiones a policías, como el episodio de Villa Española, donde un funcionario fue herido de bala a la altura de la cabeza y el brazo. Ese agente todavía está internado en el Hospital Policial. A esos ataques se le sumó este 25 de enero el asesinato de otro policía, en San Carlos, Maldonado.
Mientras la Policía y la Justicia investigan a narcos por ofrecer dinero para robar armas a agentes, desde el Ministerio del Interior explicaron que el único motivo que se encontró para explicar los ataques directos a los uniformados fue el de hacerse con el arma de reglamento y también el chaleco antibalas.
La mayoría de las agresiones se dieron cuando los policías iban o volvían del servicio, así como estando solos en la vía pública.
Los policías tienen derecho a ir uniformados, así como a portar el arma de reglamento. Y aunque no se desconoce ese derecho, según las fuentes, el Ministerio del Interior trabaja en la "concientización" del personal, para que tome las medidas preventivas cuando circula en la calle y también en su casa. Las recomendaciones van desde estar más atentos en la vía pública, evitar llevar el arma en un lugar visible, y nunca dejarla en sus casas si van a salir.
No sólo los policías son blanco de los delincuentes, sino también sus casas, donde los agresores saben que podrán encontrar al menos un arma y un chaleco antibalas, artículos cada vez más cotizados en el mercado negro.
Es allí donde vuelve a aparecer el principal reclamo de los sindicatos: mejorar la situación de vivienda de los funcionarios que conviven con los delincuentes en los mismos barrios. Los policías aportan 1% de su sueldo a un fondo de vivienda creado en 2016 para "facilitar el acceso a una morada decorosa a los funcionarios policiales y personal en situación de retiro".
Según la reglamentación del fondo, lo recaudado será utilizado para dar préstamos vinculados a la vivienda, como la compra o el subsidio para alquilar. Para ser elegible como beneficiario el policía debe tener al menos cinco años de antigüedad y no puede estar sometido a un "proceso disciplinario" a la hora de solicitar la ayuda.
También se determinó que se tomará en cuenta las "condiciones de vulnerabilidad" de la vivienda, entre las que se fijaron los contextos sociales adversos "en virtud del desempeño de la función".
Julio Pereira, vocero del sindicato policial de Maldonado, señaló a El Observador que en la circular que emitió en los últimos días el Ministerio del Interior para los policías de todo el país se incluyó, además del pedido de "precaución" cuando los funcionarios se trasladan de un lugar a otro, la posibilidad de hacer "una evaluación de dónde vive cada uno, así como mandar informes a la Dirección Nacional de Asuntos Sociales".
"Nos están descontando todos los meses para aportar a un fondo de vivienda que realmente no cumple con los objetivos deseados. Deberíamos estar dando soluciones", lamentó Pereira.
"Andar en lugares seguros"
Luego de la muerte del agente Teixeira, el jefe de Policía de Montevideo, Ricardo Pérez, señaló en una conferencia de prensa que "hace bastante tiempo" hubo "advertencias" sobre el tema de "porte de armas y andar en lugares seguros", sobre todo en momentos en los que los funcionarios ya no están en servicio.
Las declaraciones de Pérez fueron criticadas por el futuro ministro del Interior, Jorge Larrañaga, así como por el presidente electo. “Ojalá todos pudiéramos andar por zonas donde se pueda vivir sin miedo. ¿No era que el miedo no era la forma?. Ahora hay lugares en donde sí hay miedo”, dijo Larrañaga cuando le preguntaron por las declaraciones.
También fue crítico el presidente electo, quien dijo que "lamentablemente" las declaraciones de Pérez iban "en línea" con lo que ya habían expresado "muchos jerarcas" de la administración actual, cuando "se les recomienda a los policías no estar en lugares inseguros".
"No es un concepto aislado, desde el director nacional de la Policía (Mario Layer), hasta el subsecretario (del Interior, Jorge Vázquez)... Han tenido declaraciones de este tipo que están lejos de lo que uno espera de un gobernante", señaló Lacalle Pou.
El fondo para viviendas
Pese a que ese fondo para viviendas de policías se nutre de aportes desde 2016, los sindicatos policiales reclaman que no ha tenido el impacto esperado. El tema estuvo sobre la mesa en las últimas semanas, cuando se celebró una reunión entre el Sindicato Policial de Montevideo y la futura cúpula del Ministerio del Interior, encabezada por Larrañaga.
Una vez terminado el encuentro, la presidenta del gremio, Patricia Rodríguez, señaló que hay unos 1.200 policías que viven en las denominadas zonas rojas y que ese es uno de los puntos prioritarios que quedan por resolver.
El Ministerio del Interior había encargado un censo en 2015 que arrojó la cifra de 1.107 policías viviendo en asentamientos (4,2% del total). En ese entonces, unos 764 manifestaron querer cambiar de vivienda por vivir en zonas conflictivas y por carecer de servicios. Según esos datos oficiales, las situaciones más complejas se daban en Montevideo y Canelones.
